[Estados Unidos] [El FBI está a punto de ampliar la definición que maneja de la violación –que se remonta a más de ochenta años-, lo que permitiría que las estadísticas nacionales de violación reflejen de manera más realista la frecuencia del delito. Editorial LAT.]
Cuando el FBI comunica sus estadísticas sobre la violación en su informe anual sobre la delincuencia, incluye sólo incidentes que implican “el conocimiento carnal de una mujer, por la fuerza y contra su voluntad”. Pero esta es una definición muy estrecha. La mayoría de las jurisdicciones policiales del estado en estos días usan una formulación mucho más amplia.
De hecho, la definición del FBI, que se remonta a más de ochenta años, está tan fuera de época que muchos de los casos que las autoridades policiales locales clasifican como violación no son incluidos nunca en los informes anuales del FBI sobre la delincuencia –los Informes Uniformes sobre la Delincuencia.
Pero eso cambiará pronto. La Comisión Asesora de Políticas de Justicia Criminal del FBI aprobó este mes recomendar la formulación de una definición significativamente más amplia de violación. El director del FBI, Robert Mueller, dio a conocer la semana pasada su aprobación, explicando a la Comisión Judicial del Senado que la antigua definición no era operativa y que se utilizaría una más amplia probablemente a partir de la primavera.
La formulación ofrecida por la comisión asesora define la violación como un delito contra una mujer u hombre que implique la penetración vaginal o anal con cualquier objeto y por cualquier orificio corporal. También incluye la penetración sexual oral como un acto de violación. Abandona la descripción “por la fuerza” y afirma que estos actos constituyen un delito si ocurren sin consentimiento.
Este cambio tan largamente esperado no es solamente simbólico. Académicos, legisladores y funcionarios públicos dependen de las estadísticas a la hora de formular leyes y definir políticas. Lo que es más, minimizar la ocurrencia de la violación, dicen activistas, no sólo engaña a la opinión pública sobre la prevalencia del delito, sino además obstaculiza el financiamiento para su implementación y los programas de tratamiento.
“Desde el punto de vista de los ciudadanos, no puedes supervisar algo si no puedes medirlo”, dijo Carol Tracy, directora ejecutiva del Proyecto Legal de Mujeres, que empezó hace diez años a presionar al FBI para que introdujera estos cambios.
Agradecemos a Mueller que finalmente haya decidido actuar.
En defensa del FBI hay que decir que ya tiene un Sistema Nacional de Registros Basado en Incidentes (NIBRS, por sus siglas en inglés) que reconoce una descripción más amplia de violación. Pero el sistema exige un recabamiento de datos tan intensivo en términos de trabajo que muchos estados no participan en él. (California, por ejemplo.) En la actualidad, los datos de este sistema cubren sólo al 28 por ciento de la población.
Una nueva definición también provocaría un cambio en los informes de las agencias de policía local que no han modernizado sus propias descripciones de violación.
El Departamento de Policía de Los Ángeles define como violación sólo esos ataques que son cubiertos por la actual y estrecha definición del FBI. Otros delitos, como sodomía y cópula oral no consentida caen estadísticamente en otras categorías de delitos menores –aunque son investigados con igual perseverancia que la violación, de acuerdo a funcionarios de Los Ángeles.
Pero será importante contar con estadísticas que den cuenta del cambio tanto a nivel de estado como a nivel federal. Como dicen las activistas por los derechos de la mujer, violación es violación.
1 de enero de 2012
22 de diciembre de 2012
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer