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[Claudio Lísperguer] [Nueva manifestación contra un proyecto de ley que no existe. Psicópatas, dementes y subnormales montan manifestación contra proyecto de ley imaginario.]

El proyecto de ley que se discute en el Senado sobre tenencia responsable de mascotas, no incluye en ninguna parte la eliminación de los perros callejeros –ni los abandonados ni los perdidos. Cuesta entender cómo han llegado estos manifestantes a creer semejante falsedad. Obviamente, no se trata de manifestantes que leen, porque es evidente que no han leído el proyecto de ley. Obviamente son manifestantes que, como no leen, creen a ciegas en sus dirigentes, que los engañan y manipulan. Y esto habla mal de lo que entienden por participación ciudadana.En la manifestación misma no han gritado aparentemente consignas contra el judío Hinzpeter, pero cualquiera que haya visitado las páginas en Facebook de las organizaciones convocantes podrán leer llamados a matar a Hiznpeter por su presunto origen judío.
En el proyecto de ley se encuentra el artículo 25, que preveía el sacrificio de perros que hubiesen causado la muerte o lesiones graves a humanos. En conversaciones con el movimiento animalista CEFU, el ministerio del Interior accedió a reformular ese artículo. El que se debe discutir ahora establece que los perros en esta condición (que hayan agredido o dado muerte a humanos), y en contexto estricto de un proceso judicial (o sea, cuando haya un litigio entre la familia del agredido y la de los dueños del can), serán rehabilitados por alguna organización animalista especializada (que contará tras licitación con fondos del estado) con el fin de entregarlos en adopción. El artículo establece que en el caso eventual, y prácticamente imposible, de que la organización animalista no acepte al can, ni haya otra persona distinta al dueño que lo adopte, será sacrificado de manera indolora.
Francamente, no me parece que una interpretación sana de este artículo pueda llevar a alguien a concluir que el proyecto de ley incluye la matanza de los perros de la calle.

Le he dado muchas vueltas a este asunto, porque en realidad intriga, también desde un punto de vista epistemológico, cómo de la lectura del artículo 25 se puede concluir que su intención es eliminar a los perros callejeros.
Veamos, es evidente que el proyecto, que podría incluir el sacrificio de algún perro peligroso que no pudo ser rehabilitado ni adoptado, no podría interpretarse en el sentido en que lo hacen los manifestantes porque la ley establece que sólo puede ocurrir en el contexto de un litigio. Vale decir, que no se trata de un programa sistemático de eliminación de perros, que la ley no incluye.
Para llegar a esa conclusión absurda hay que creer que los únicos perros peligrosos que pueden causar lesiones graves o la muerte a humanos, son los perros de la calle, que es una idea que desmienten todos los estudios que se han hecho sobre el tema. La inmensísima mayoría de los ataques contra humanos (más del 90 por ciento) los cometen perros con dueño o perros guardianes no adiestrados por profesionales.

Es lamentable que organizaciones que se presentan como animalistas repitan las insensateces del partido anti-perro. Estas organizaciones, entre las que se incluyen algunas cooptadas por la WSPA (como ProAnimal, con la nefasta Patricia Cocas), parecen a veces estar muy alejadas no sólo de la verdad sino también de la sanidad mental. Engañar a los seguidores, entregarles información falsa y sacarlos a la calle a marchar contra leyes que no existen ni nadie quiere ni propone que existan es ciertamente un acto mucho más cercano a una psicopatología que a una posición política. Esta manifestación parece haber sido organizada por subnormales para subnormales.

Por otro lado, la difusión de estas interpretaciones ridículas y malsanas, y los violentos y groseros ataques contra el ministro Hinzpeter por su condición de judío, que en la manifestación sin embargo los convocantes dejaron de lado (pero que se pueden leer en sus páginas en Facebook), difaman terriblemente al ministro, que ha dicho en varias ocasiones en los últimos dos años que, mientras él sea ministro, el actual gobierno no aprobará ni promulgará incluso ninguna ley que incluya la matanza de perros callejeros. Para todos los que quieren entender, en la lucha por los derechos animales y en la defensa de la piedad humana, el ministro Hinzpeter es mucho más que un aliado, porque comparte muchos de los sentimientos y posiciones de los animalistas.

Estos ataques son injustos e intolerables. El ministro debiese tomar medidas legales para terminar con este hostigamiento.
lísperguer

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