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[Johannesburgo, Sudáfrica] [En Somalia, denuncia organización de derechos humanos.]

Dieciséis niños esperaban en una polvorienta cancha de fútbol en el distrito de Hamar Weyne, de Mogadishu, Somalia, para jugar un partido. Se habían inscrito por escrito el día antes y esperaban que otro equipo se presentara para jugar.
En lugar de eso, ese día de diciembre de 2010 llegó un grupo de militantes. Eran de la organización Al Shabab, vinculada a al Qaeda y conocida por reclutar a niños soldados como carne de cañón.
“Estaban armados con AK-47 y nos dijeron que jugar al fútbol no servía y que son convertirían en yihadistas. Se llevaron a dieciséis niños, de entre diez y dieciséis años”, dijo un niño de catorce de Mogadishu a Human Rights Watch.
La organización de derechos humanos dio a conocer el lunes un informe sobre el reclutamiento forzoso de niños en Somalia en anticipación de un congreso internacional sobre el conflicto en Londres este jueves. El informe dice que, en la larga guerra de Somalia, todas las partes han obligado a niños a involucrarse en el conflicto y que su reclutamiento ha aumentado en los últimos años. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon ha informado que, en 2010, cerca de dos mil niños fueron obligados a combatir.
“Fueron enviados a la primera línea u obligados a actuar como cargadores, espías y terroristas suicidas. Los niños han quedado heridos y mutilados y asesinados”, se lee en el informe de HRW. “En las zonas controladas por Al Shabab, prácticamente ningún niño está seguro”.
Al Shabab secuestró niños de escuelas, canchas de deportes, parques y de sus propias casas. Los que se negaron, fueron asesinados.
“Traté de negarme, pero no pude”, dijo a HRW otro niño de catorce. “Tuve que irme con ellos. Si te niegas, a veces te matan o te golpean, así que me fui con ellos”.
“Uno de mis amigos era mayor que yo, y cuando llegaron empezaron por él, lo mismo que a mí, y él se negó y lo dejaron marcharse”, contó el niño. “Pero otro día lo encontraron en la calle y lo mataron a tiros”.
Los nombres del niño y otros testigos no fueron revelados como medida de seguridad.
Una niña de trece años de la ciudad de El Ashabiya dijo que su hermano de dieciséis años fue dejado en su casa después de que se negara a pelear. “Al Shabab le dijo a mi hermano mayor: ‘Ven con nosotros’”, dijo. “Se negó y lo decapitaron”.
Un niño le dijo a la organización que siempre que Al Shabab llegaba a su escuela para obligar a pelear a los niños, estos se “echan a correr y saltan por las ventanas, a veces desde la segunda o tercera planta y cayendo encima unos de otros en un desesperado intento por escapar”.
Padres y maestros que han tratado de impedir que Al Shabab se llevara a los niños, a menudo han sido asesinados, de acuerdo a testigos mencionados en el informe.
En los campamentos de adiestramiento, los niños que muestren algún signo de debilidad pueden ser castigados. Otro niño de catorce dijo que los niños en el campamento tenían que hacer lagartijas y caminar con las rodillas durante horas.
“Les dije: ‘Estoy muy cansado, no puedo más’, y me cortaron con un gran cuchillo –un cuchillo de los que se usan para sacrificar a los animales”, contó a Human Rights Watch.
Los que tratan de huir son a menudo ejecutados. Un niño dijo que vio la ejecución de cinco de los quince niños que fueron secuestrados de su escuela básica en Mogadishu.
“Los cinco no querían unirse a Al Shaba y se ocultaron”, dijo. Los militantes “los trajeron y los hicieron desfilar frente a nosotros y los mataron a tiros. Eran niños de diez, catorce, quince, dieciséis y diecisiete años”.
Desde los campos de adiestramiento los niños son enviados al frente contra las tropas de Gobierno Federal de Transición de Somalia y de la aliada Unión Africana, dice el informe.
“Entonces nos llevaron a pelear”, dijo un niño de quince. “Nos derrotaron. De todos mis compañeros de escuela, cerca de cien niños, sólo dos pudimos escapar. El resto murió”.
“Los niños murieron todos y los soldados adultos se echaron a correr”, dijo.
Cuando un niño muere en el campo de batalla, se espera que su madre lo celebre, no que lo llore. Una mujer, casada con un rebelde de Al Shabab, dijo que llevó a su hijo de diez a la guerra, donde murió. Su marido le dijo más tarde que le parecía bien que el niño hubiese muerto como mártir.
“Me mostró las fotos que hizo cuando mi hijo moría en la guerra. Si sangre. Su cuerpo. Lloré”, dijo la mujer.

[Actualización del 23 de febrero de 2012].
En la conferencia del jueves en Londres, entretanto, el secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, definió a Somalia como “el peor estado fallido del mundo”, mientras la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que el turbulento país debía acelerar su transición hacia la estabilidad política.
“El Gobierno Federal de Transición debía ser simplemente eso: de transición”, observó Clinton. “Y ya es hora de que esa transición ocurra y que Somalia tenga un gobierno estable”.
Un comunicado final de la reunión prometió apoyo a los esfuerzos por tratar los síntomas de la inestabilidad somalí: la hambruna, los refugiados, los piratas y el terrorismo. Pero la declaración observaba que la comunidad internacional no respaldaría la extensión del mandato del gobierno –que ya lleva siete años en el poder- más allá de la actual agenda del 20 de agosto.
31 de marzo de 2012
13 de marzo de 2012
23 de febrero de 2012
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer

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