[Organizaciones de derechos humanos sospechan que políticos derechistas inescrupulosos están detrás del aumento de los crímenes de odio contra musulmanes, cometidos por grupos de extrema derecha.]
[Carol J. Williams] El tribunal de Oslo donde está siendo juzgado el asesino en masa confeso Anders Behring Breivik ofrece una mirada a las trágicas consecuencias de la hostilidad contra los musulmanes.
Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, años de guerra y repetidos llamados a la violencia contra el Occidente provocaron un temor mundial del extremismo musulmán, pero muchos analistas de derechos humanos dicen que el reciente aumento de los crímenes de odio contra musulmanes se debe a la manipulación política y a los temores de que la expresión de la fe islámica represente nuevas amenazas de los fundamentalistas.
En Europa y Norteamérica, donde los incidentes de extremismo islámico han sido escasos y raramente fatales desde los atentados del 11 de septiembre, los crímenes de odio contra musulmanes han aumentado en los últimos dos años a medida que los estados aprueban leyes que prohíben la construcción de mezquitas y el uso del velo, el pañuelo de cabeza y la barba, que se supone que antes que expresiones de fanatismo, lo son de la profundidad de la fe musulmana.
Un informe publicado esta semana por Amnistía Internacional identifica el extendido prejuicio en Europa, donde los partidos de extrema derecha han cogido vuelo con una campaña de terror contra musulmanes y extranjeros en general que ha servido para legitimar la discriminación contra los musulmanes –según numerosas opiniones.
Amnistía dijo que los líderes políticos, antes que combatir el temor al extremismo islámico y contra la equiparación de los extremistas con los fieles devotos, han utilizado los prejuicios contra los musulmanes para obtener más votos.
Recientes medidas legislativas en Francia, Bélgica, España, Turquía y Suiza restringen la práctica abierta de la fe musulmana. En 2009, los votantes suizos aprobaron en un referéndum la prohibición de minaretes en el país alpino, en uno de las demostraciones más impresionantes de ansiedad sobre los 44 millones de musulmanes del continente. Otros países europeos han aprobado medidas para restringir la ropa musulmana en las escuelas y oficinas y han ignorado la discriminación laboral contra los musulmanes, dice Amnistía.
Las restricciones no se limitan a Europa, dicen líderes musulmanes de Estados Unidos, mencionando la reciente batalla por la construcción de un centro cultural islámico cerca del lugar de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y las campañas legislativas en al menos veinte estados del país para impedir que los jueces reconozcan la sharia, la estricta doctrina jurídica islámica, que no tiene autoridad den Estados Unidos debido a que los jueces deben jurar que se regirán por la Constitución.
“Las bizarras prohibiciones de la ropa islámica y los intentos de atacar a las mezquitas en Europa muestran grandes similitudes con lo que estamos viendo en Estados Unidos”, dijo Ibrahim Hooper, portavoz nacional del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas.
Hooper recordó el emocional enfrentamiento sobre la remodelación del centro cultural islámico de cien millones de dólares a sólo unas calles del sitio de los atentados terroristas en Nueva York, y a los legisladores de extrema derecha realizando sesiones sobre la amenaza del radicalismo islámico.
“Todo esto es un intento de demonizar al islam y marginar a los musulmanes de la sociedad”, dijo Hooper. “Anders Breivik es la conclusión lógica de ideologías extremistas que son fomentadas aquí y en Europa”.
El extremismo violento existe en Estados Unidos, declaró el Centro para el Progreso Americano en un informe similar el año pasado, observando un fuerte e inexplicable aumento de los delitos de odio contra musulmanes.
“En todo el mundo se comenten asesinatos terroristas en nombre del islam, pero un nuevo estudio del Centro de Combate al Terrorismo de la Academia Militar de West Point muestra que los atentados de al Qaeda han matado a ocho veces más musulmanes que a no musulmanes”, declaró el laboratorio ideológico de Washington.
En su investigación de opiniones europeas sobre musulmanes, Amnistía señaló la creciente influencia de partidos de extrema derecha que explotan los temores de los ciudadanos de aquellos que manifiestan abiertamente su fe y llamó a los políticos elegidos a luchar contra el retrato del islam como una teología violenta. La Liga del Norte italiana, la Plataforma per Catalunya española, el Frente Nacional francés y la Unión Nacional Ataque de Bulgaria, un país en el que han vivido durante siglos cientos de miles de musulmanes, han prosperado todos con programas anti-musulmanes y contra los inmigrantes.
“Esos partidos han instrumentalizado los sentimientos públicos de ansiedad y desilusión y han contribuido a que el islam sea identificado como el “enemigo más importante”, fomentando ideologías basadas en el nacionalismo étnico y en elucubraciones sobre el “choque de civilizaciones”, advirtió Amnistía.
Hay un acuerdo general entre europeos de que la discriminación racial es inaceptable, “pero no es el caso en lo que se refiere a la discriminación religiosa, especialmente el islam”, dijo John Dalhuisen, director de Amnistía para Europa y Asia Central, citando las investigaciones de Naciones Unidas y el Consejo de Europa sobre las leyes contra la discriminación en los estados miembros.
La organización de derechos humanos informó que las mujeres musulmanas que solicitan empleo con sus cabezas o rostros cubiertos con pañuelos son normalmente ignoradas o les ofrecen posiciones a condición de que dejen de usar el velo.
“Los empleadores argumentan que las empleadas que usan el pañuelo de cabeza hacen que sus colegas se sientan incómodos o no se corresponden con la imagen de su empresa”, dijo Marco Perolini, experto en discriminación y uno de los autores del informe de Amnistía. “Antes que contrarrestar esos prejuicios, los partidos políticos y los funcionarios públicos los consienten en su búsqueda de votos”.
En el informe del Centro para el Progreso Americano, los analistas responsabilizan de los temores azuzados contra los musulmanes en Norteamérica a un puñado de ideólogos y poderosas instituciones que financian su propaganda. Algunos de los “expertos” que fueron acusados de difundir falsedades sobre la propensión de los musulmanes a unirse al extremismo, fueron mencionados por Breivik en su incoherente manifiesto sobre sus ataques en Noruega en julio pasado que le costaron la vida a 77 personas.
En su recién publicado análisis, el Southern Poverty Law Center citó estadísticas criminales nacionales del FBI que muestran un salto de 107 ataques por odio contra musulmanes en 2009 a 160 en 2010, observando que las estadísticas de la agencia federal “no revelan el verdadero nivel de los delitos de odio”.
El aumento fue el más dramático desde los primeros meses después de los atentados del 11 de septiembre, cuando los ataques contra musulmanes aumentaron en 1.600 por ciento a 481 a fines de 2001, dijo Mark Potok, editor del último informe de inteligencia del centro jurídico.
“En mi opinión, la ola anti-musulmana que vimos en 2010 ha sido exacerbada por políticos oportunistas e islamófobos profesionales”, dijo Potok.
Espera que la tendencia continúe una vez que se disponga de las estadísticas sobre delitos de odio del año pasado, mencionando el brote de proyectos contra la sharia y la feroz resistencia a la construcción de mezquitas en comunidades como Murfreesboro, en Tennessee; Sheboygan, en Wisconsin; y Temecula, en California.
“Lo que dicen los personeros públicos importa”, dijo Potok. “Todavía tenemos policías y sheriffs que invitan a islamófobos extremistas a dictar charlas sobre los musulmanes”.
6 de mayo de 2012
26 de abril de 2012
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer