[San Francisco, California, Estados Unidos] [Tenemos que encontrar la manera de que coexistan con los coyotes.]
[Norimitsu Onishi] Casi todos las criaturas, grandes y pequeñas, son bienvenidas en la ciudad de San Francisco, santo patrono de los animales, cuyo espíritu imbuye este lugar con amor y respeto por nuestros amigos no humanos. Veamos sólo un ejemplo cosechado del censo y datos del ayuntamiento: aquí los perros superan a los niños, convirtiendo a los asertivos dueños de perros en una fuerza política todavía más formidable.
Pero la emergencia de los coyotes en los parques de la ciudad en los últimos años, y a veces en sus caros patios y pintorescas calles, ha elevado las dudas sobre si puede sobrevivir ese fundacional legado. ¿Pueden coexistir los dos mundos animales: el domesticado y el salvaje? ¿Podrían, como esperan muchos en esta generosa ciudad, finalmente complementarse?
Para no arriesgar nada, funcionarios del ayuntamiento cerraron y acordonaron un baño en una zona del Golden Gate Park, donde han aumentado los informes sobre la presencia de coyotes siguiendo a dueños de perros y acercándose a perros sin correa. Se cree que los coyotes están protegiendo su guarida y sus recién nacidos durante la temporada de crianza de los cachorros, que se extiende de abril a agosto.
Se han instalado en el Golden Gate Park y otros lugares donde se han avistado coyotes, letreros y carteles, y otros donde se pide a los dueños de perros que mantengan con correa a sus perros.
Han aparecido informes de coyotes que han matado a perros, aunque en esta temporada no se ha reportado ninguno.
“De algunos casos no sabemos si son reales o no y cuánto de lo que se dice está causado por la histeria”, dijo Rebecca Katz, directora del departamento de Control y Cuidado Animal del ayuntamiento.
El otro día, dijo Katz, alguien llamó para informar sobre el ataque de un coyote contra un cerdo mascota. “Fuimos allá, pero no había nada, ni cerdo, ni coyote. Así que quién sabe”.
El acordonamiento también ha molestado a algunos. “Así el caso empieza a escalar”, dijo.
La semana pasada, Control y Cuidado Animal envió una severa declaración escrita advirtiendo que los “habitantes de San Francisco parecen no entender el mensaje sobre cómo coexistir pacíficamente con la fauna silvestre local” porque muchos dueños de perros estaban ignorando la ley y dejando que sus mascotas anden sueltas. Control Animal subió un video a YouTube sobre un Rottweiler suelto, filmado por su dueño, acosando a dos coyotes que aparentemente protegían su guarida.
Algunos dueños de perros no quedaron convencidos con el alegato del ayuntamiento a favor de la coexistencia.
“No me gusta la fauna silvestre. Esto es lo más silvestre que puedo aceptar”, dijo David Powers, que estaba paseando a Honda, una mestizo de Rottweiler y pastor alemán cerca del baño cerrado una tarde hace poco. “Estamos en una ciudad. Ellos son del campo”.
“Nunca he visto a ninguno, gracias a Dios”, dijo, casi media hora antes de que un solitario coyote apareciera en ese lugar y deambulara lo suficiente para satisfacer la curiosidad de los corredores que se pararon a tomar fotos con sus celulares.
En San Francisco, una ciudad de 805 mil habitantes, viven 108 mil niños, de acuerdo al censo de 2010. Y hay 180 mil perros y diez coyotes, de acuerdo a cálculos del ayuntamiento. La población de coyotes ha crecido a nivel nacional, con un creciente número de ellos incursionando en áreas urbanas y suburbanas.
Los coyotes llegaron aquí relativamente tarde. Los primeros avistamientos se remontan a 2004. En esa época se filmó en video a un coyote cruzando el Golde Gate Bridge en dirección a la ciudad, de noche. Análisis genéticos confirmaron más tarde que los coyotes de la ciudad comparten lazos con aquellos que se encuentran en el norte, al otro lado del puente.
En 2007, el ayuntamiento tuvo que llamar a las autoridades federales para sacrificar a dos coyotes que habían atacado a un par de perros en el Golden Gate Park. Desde entonces, el ayuntamiento ha enfatizado la coexistencia.
“Usualmente, la respuesta es: ‘El problema es la fauna silvestre. Pongamos trampas y matemos”, dijo Camilla Fox, directora ejecutiva de Proyecto Coyote, una organización privada del condado de Marin que ha trabajado con varias ciudades, incluyendo San Francisco, para educar a la gente sobre los coyotes. “San Francisco ha sido muy proactiva”.
Aunque algunos dueños de perros aceptaron a regañadientes la presencia de coyotes, otros la celebraron.
En el Glen Canyon Park, Matt Orrick dijo que él sacaba a pasear a su chucho dos veces al día y divisaba habitualmente a coyotes después de la puesta de sol. Nunca ha tenido un encuentro, aunque deja que Lazlo pasee sin correa.
“Hacen sus propias cosas”, dijo. “Está bastante bien. Esta es una gran ciudad y hay animales salvajes”.
22 de mayo de 2012
15 de mayo de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer