[París, Francia] [La ayuda entregada a Grecia vuelve a los prestamistas en Europa. Una crisis instalada por la codicia.]
[Liz Alderman y Jack Ewing] Con su calidad de país miembro de la unión monetaria del euro en duda, Grecia sigue recibiendo miles de millones de euros en fondos de emergencia de la llamada troika de prestamistas que supervisa su rescate.
Pero casi nada de ese dinero llega al gobierno griego para que pague los servicios públicos básicos. En lugar de eso, el dinero fluye directamente de vuelta hacia los bolsillos de la troika.
El rescate europeo de 130 mil millones de euros (163.4 mil millones de dólares) que se suponía que compraría tiempo para Grecia, paga principalmente sólo los intereses de la deuda del país –mientras la economía griega sigue tratando de recuperarse.
Si eso no hace demasiado sentido económicamente, hay cierta lógica en la política del financiamiento del euro. Después de todo, el dinero administrado por la troika –el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea- proviene de los contribuyentes europeos, muchos de los cuales están cada vez más recelosos del desorden político que ha afectado a Atenas y enturbiado el futuro de la zona euro.
Mientras se pagan a sí mismos, sin embargo, los miembros de la troika también están reteniendo otros fondos destinados a mantener operante al gobierno griego.
La semana pasada, la oficina en Atenas que le sigue la pista a la renta pública, declaró que Grecia se quedaría sin líquido en julio. Si ocurre, Grecia podría quedar en mora de pago de sus deudas –excepto aquellas debidas al Banco Central Europeo, al Fondo Monetario Internacional y a la Unión Europea.
“Grecia no dejará de pagar a la troika porque la troika se está pagando a sí misma”, dijo Thomas Mayer, asesor del Deutsche Bank en Frankfurt.
En un elaborado sistema de pago que empezó después de los comicios del 6 de mayo que hicieron caer al gobierno griego y debe asegurar que los griegos no toquen ese dinero, los tres grandes acreedores están ahora girando pagos de rescate a una cuenta de garantía bloqueada en Grecia. Allá el dinero es retenido durante dos o tres días –antes de que la mayor parte sea enviado de vuelta a la troika como pago de intereses sobre los bonos griegos que Europa aceptó bajo los términos del acuerdo de rescate cerrado en febrero.
Casi tres cuartos de la deuda griega, o 229 mil millones de dólares, está ahora efectivamente en manos de uno de los tres miembros de la troika, de acuerdo a estimaciones del banco de inversiones UBS.
El Banco Central Europeo, en particular, está ansioso de que se le pague la deuda, dijo Mayer, que ha seguido la ruta del dinero.
Para ayudar a calmar los volátiles mercados financieros, el banco compró miles de millones de euros en bonos griegos que deben ser pagados mensualmente. “Es por eso que quieren ser pagados todos los meses”, dijo. “El BCE compró a un alto precio y ahora insiste en que se le pague todo”.
Algunas personas cercanas a la situación dicen que la troika también está tratando de ejercer presión sobre Grecia para que haga todo lo posible por recaudar impuestos en una economía cada vez más devastada.
La directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, provocó indignación en Grecia durante el fin de semana cuando reprendió a los griegos por no pagar impuestos, en una entrevista con The Guardian.
Un asesor del gobierno griego que habló a condición de conservar el anonimato por temor a enajenar a los prestamistas europeos, dijo sobre la troika: “Se aseguran de que la suma del gasto doméstico sea lo suficientemente bajo como para obligar a Grecia a aumentar de manera dramática sus propios impuestos”.
Aparentemente, la situación es absurda. Las autoridades europeas están efectivamente prestando dinero griego a Grecia para que pueda pagar el dinero que había tomado prestado de ellas.
“Tú envías el dinero, lo llamas ‘préstamo’ –te lo pagan y lo llamas ‘tasa de interés’”, dijo Stephane Deo, director global de asignación de activos para el UBS en Londres. Deo dijo que estos acuerdos eran comunes en situaciones en las que los gobiernos corrían el riesgo de declararse en mora de sus deudas.
Esto es porque los gobiernos no se hunden del mismo modo que las compañías; los acreedores no los pueden desarmar y vender los activos para recobrar parte de su dinero. Así que los acreedores tienen un incentivo para asegurarse de que los gobiernos en dificultades continúen pagando sus deudas, incluso si eso significa prestarles el dinero.
Desde mayo de 2010, Grecia ha recibido cerca de 177mil millones de dólares en dinero de los contribuyentes europeos para mantener al país a flote y evitar una crisis mayor que podría amenazar la moneda misma de la unión. De ese monto, dos tercios han sido utilizados para pagar a los tenedores de bonos y a la troika. Sólo un tercio ha sido destinado para financiar operaciones del gobierno, con sólo una delgadísima tajada para estimular proyectos para una economía anémica.
Este préstamo circular tiene todo que ver con el control del riesgo. Después de todo, este año Grecia negoció un acuerdo sobre la deuda en el que los bancos que compraron bonos del estado solo recuperarán cerca de la mitad de su dinero.
La troika quiere asegurarse de que no les pase lo mismo a sus miembros y contribuyentes. Funcionarios europeos también han señalado el historial griego en cuanto a hacienda, incluyendo la manipulación de las cifras del presupuesto para poder ingresara la Unión Europea en 2001, y la corrupción oficial desde entonces.
Otro reciente desarrollo ha hecho sonar las alarmas. El mes pasado, la troika envió a Grecia 31 mil millones de dólares para apuntalar a sus bancos.
El martes, el gobierno griego a cargo, destinó 23 mil millones de dólares a los bancos. Pero algunos funcionarios griegos han sugerido utilizar el resto para mantener al gobierno operante hasta después de junio, en caso de que la troika continúe apretando el puño.
El Banco Central Europeo se convirtió en uno de los más grandes acreedores de Grecia después de que empezara a comprar deudas de países de la zona euro en problemas en 2010 en un intento por estabilizar los precios. El banco no revela cuánta deuda griega compró, pero los cálculos van de 44 a 69 mil millones de dólares.
Los bonos griegos son una rentable inversión para el banco provisto que Grecia continúe pagando los intereses. El banco se excluyó a sí mismo del acuerdo para restructurar la deuda. Y los bonos griegos ya se estaban vendiendo con un gran descuento cuando el banco central empezó a comprarlos. Como resultado, el banco está percibiendo una tasa de interés efectiva de cerca del diez por ciento, calculó Deo.
Pero agregó que también era un negocio riesgoso. Si Grecia entraba en mora, los contribuyentes europeos tendrán que poner más dinero en las reservas de capital del banco.
El fondo de rescate de la Unión Europea, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, también se convirtió en un importante acreedor de Grecia como resultado del acuerdo de reducción de la deuda que Grecia negoció con los tenedores de bonos. En total, su contribución fue de 88 mil millones de dólares.
Pero aunque los términos de pago sean duros, las autoridades europeas tienen un fuerte interés en evitar los costes todavía más altos que resultarían si Grecia abandonara la zona euro o dejara de pagar la deuda.
De acuerdo a pronósticos optimistas, ya este próximo año Grecia podría llegar al punto en que la recaudación fiscal exceda los gastos de operación del gobierno.
En ese punto, un gobierno populista podría tentarse y dejar de pagar la deuda completamente. Si ocurriera, podría arriesgarse a abandonar la zona euro sin la carga del pago de intereses.
Para ayudar a los líderes en Grecia a resistir esa tentación, razona la troika, es mejor ayudarles a pagar la deuda inmediatamente.
[Liz Alderman reported from Paris and Jack Ewing from Frankfurt.]
31 de mayo de 2012
30 de mayo de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer