[Estados Unidos] [Religiosa rechazan críticas del Vaticano.]
[Laurie Goodstein] Las religiosas estadounidenses que, en abril, fueron severamente condenadas por el Vaticano por no ajustarse a la doctrina católica respondieron finalmente el viernes en duros términos, diciendo que la evaluación del Vaticano estaba basado en “acusaciones sin fundamento” y era un “proceso viciado” que ha causado escándalo, dolor y polarización en el Iglesia Católica Romana.
Las monjas emitieron una declaración después de seis semanas de virtual silencio durante las cuales sus comunidades religiosas en el país reflexionaron sobre el sorprendente pronunciamiento del Vaticano. Católicos de todo el país se unieron para apoyar a las hermanas. El Vaticano había anunciado que enviaría tres obispos estadounidenses para dirigir una completa restructuración de la principal organización de las hermanas, la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, la que representa a cerca del ochenta por ciento de las 57 mil religiosas del país.
Después de tres días de coloquios y oraciones en Washington esta semana, las veintiún miembros de la dirección nacional de la organización decidieron que no podían aceptar el veredicto del Vaticano y enviarán a Roma, el 12 de junio, a su presidenta y directora ejecutiva para iniciar un diálogo con funcionarios vaticanos.
Sor Pat Farrell, presidenta de la conferencia de liderazgo, dijo en una entrevista telefónica el viernes, que “nosotros queremos ser sinceras y contar la verdad tal como la entendemos en nuestras vidas”. Dijo que las hermanas estaban “aturdidas por la severidad” del pronunciamiento del Vaticano, en el que son acusadas de transgresiones que incluyen el fomento del feminismo radical y por contradecir a los obispos. Las hermanas estaban también preocupadas porque el juicio fue realizado casi enteramente mediante comunicaciones escritas, con “contacto mínimo” con funcionarios en la repartición del Vaticano que emitió las conclusiones, la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Entre las acusaciones que las monjas consideraron “sin fundamento” estaba el cargo del Vaticano de que promovían “temas feministas radicales”, dijo Sor Farrell.
“Incluso grandes sectores de la iglesia misma tienen una preocupación legítima y quieren continuar hablando sobre el lugar de la mujer en la iglesia y sobre la justa igualdad entre hombres y mujeres”, dijo Sor Farrell, que es miembro del equipo de liderazgo de las Hermanas de San Francisco de Dubuque, Iowa. “Si eso se llama feminismo radical, entonces un montón de hombres y mujeres de la iglesia, y mucho más allá de nosotros, son culpables de eso”.
El Vaticano ordenó una “evaluación doctrinal” de la conferencia de liderazgo de mujeres en 2008 después de años de preocupaciones sobre su dirección. La conferencia fue fundada en 1956 para proporcionar comunicación y coordinación entre las comunidades de hermanas, y es una organización canónica, lo que quiere decir que responde al Vaticano. La evaluación concluyó que la conferencia de liderazgo había presentado a oradores que “a menudo contradicen o ignoran” las enseñanzas de la iglesia; no había revocado nunca una declaración de 1977 que ponía cuestionaba el sacerdocio se reservara sólo a los hombres y concentraba sus esfuerzos en ayudar a los pobres y oprimidos, permaneciendo prácticamente en silencio en temas que la iglesia considera como grandes males sociales: el aborto y el matrimonio homosexual.
También reprendió a las monjas el Vaticano por hacer declaraciones públicas que “se apartan de la opinión de los obispos, o los retan, los que son los auténticos maestros de la iglesia en fe y morales”. Muchas influyentes religiosas que trabajan en hospitales y en el área de la salud apoyaron el pasaje del gobierno de Obama sobre la reforma de la salud y discutieron con los obispos que trabajan con el Congreso para impedir la inclusión de ese pasaje en el proyecto de ley debido a sus temores sobre el aborto.
Sor Farrell dijo que querían comunicar sus particulares objeciones a la evaluación del Vaticano en privado en Roma al cardenal William Levada, estadounidense que dirige la oficina doctrinal vaticana para reformar la organización de las religiosas.
La declaración de las hermanas dice que las acciones del Vaticano eran “desproporcionadas para las inquietudes formuladas” y “podrían hace peligrar” la capacidad de las mujeres religiosas “para cumplir sus misiones”.
El arzobispo Sartain que designado por el Vaticano para pasar cinco años revisando los estatutos de la organización de las hermanas, aprobando o desaprobando sus oradores y publicaciones, y cerciorándose de que sus eventos incluyan la eucaristía, la que puede sólo ser administrada por un sacerdote. El arzobispo dijo en una declaración el viernes que él estaba “dedicado incondicionalmente a tratar los temas más importantes” planteados por el Vaticano con “franqueza, honestidad, integridad y fidelidad a la fe de iglesia”.
La organización de las religiosas toma decisiones lentamente y sólo después de amplias consultas con sus miembros. La organización no tomará otras medidas sino hasta después de que sus autoridades vuelvan de Roma y sus miembros se reúnan en asambleas regionales y una asamblea más amplia en agosto.
Las hermanas observaron también las muestras de afecto que han recibido desde que el Vaticano denunciara a la organización. Católicos en más de cincuenta ciudades realizaron vigilias y más de 52 mil firmaron una declaración de apoyo de las hermanas, organizada por el Nun Justice Project, una alianza de organizaciones católicas liberales. El proyecto ha llamado a los católicos a suspender sus donaciones al óbolo de San Pedro, una recaudación especial enviada al Vaticano y en lugar de eso donar el dinero a organizaciones locales de monjas.
Sor Christine Schenk, directora ejecutiva de Future Church, una organización católica liberal que apoya las reformas y ha ayudado a organizar la solidaridad con las hermanas en Cleveland, dijo que los laicos que conocía estaban indignados por el hecho de que el Vaticano apenas si había consultado a las hermanas antes de evacuar su evaluación.
“Aquí hay mujeres muy competentes, altamente educadas, con doctorados en teología, maestrías en ministerio, directoras ejecutivas de hospitales, directoras de escuelas, que están siendo tratadas como si fueran niños”, dijo. “Eso en sí mismo revela el problema de dónde están las mujeres en las estructuras que toman decisiones en Roma”.
El miércoles noche en Cleveland, unas 650 personas, incluyendo a laicos, cerca de cien monjas y un puñado de sacerdotes con collarines romanos, se reunieron para un servicio de oración en una iglesia católica para rendir homenaje a las religiosas. Cuando se les pidió que se levantaran para una bendición, la congregación respondió con una espontánea ovación que duró casi cinco minutos, dijeron varios asistentes.
4 de junio de 2012
1 de junio de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer
La religión Católica no se puede cambiar, en todo caso que esas monjas y sacerdotes que no están de acuerdo con el Papa, que se vayan a otra religión de acuerdo a lo que les convenga; que no se autoproclamen «Católicos», porque no lo son.