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[Las mascotas se integran a la subcultura del alimento orgánico. Los pasillos de alimento para mascotas en los supermercados están empezando a parecerse a los de los humanos, con artículos naturales y para gastrónomos que ocupan cada vez más espacio. Pero los dueños deberían informarse sobre qué alimentos son realmente sanos.]

[Jeannine Stein] Cuando Gabriel, un gato rescatado de diez años de Chinatown, empieza con su desayuno, no veremos en su cuenco nada de Friskies ni Meow Miz. Ahí lo más habitual es el atún y el pato.
“Creo que hay más que suficientes pesticidas y químicos y ese tipo de cosas en el alimento humano”, dice el dueño de Gabriel, Jason Lanum, en una reciente expedición a Urban Pet, una tienda de especialidades para mascotas de Los Ángeles. “Yo como alimento natural, y no veo ninguna razón para que mi gato no coma lo mismo”.
En estos días, nuestras mascotas pueden estar comiendo mejor que nosotros. Hipermercados para mascotas y las preciosas estanterías de boutiques para mascotas ofrecen crecientemente alimentos de primera calidad sin maíz, sin trigo, producidos localmente, sin subproductos, de granja, procesados mínimamente y crudos. Muchos se ofrecen con escenas hogareñas y etiquetas atrayentes, y algunos lucen apetecibles incluso para humanos. En Petco, varios establecimientos tienen dentro una tienda de alimentos naturales, con suelo de madera.
Y si piensa que algo falta en la dieta de su mascota, usted la puede reforzar con levadura de cerveza, alfalfa, arándanos y otros productos que garantizan pelajes brillantes, ojos vivaces y articulaciones flexibles.
A medida que más de nosotros nos inclinamos por alimentos más sanos, estamos haciendo lo mismo por nuestras mascotas, y el mercado lo ha entendido. “Si hay una tendencia en la alimentación humana y en los suplementos, lo podrás ver en el pasillo del alimento para mascotas”, dijo Bob Vetere, presidente de Asociación Americana de Productos para Mascotas, de Greenwich, Connecticut. “Sin gluten, con vitaminas, con productos específicos para la raza, con fórmulas para perros más viejos –todas estas cosas han invadido el mercado para mascotas, y la competencia ha aumentado”.
Es cuestión de debate si estos alimentos son apreciablemente mejor para las mascotas que las grandes marcas establecidas –aunque del mismo modo que en los debates sobre la alimentación humana, las pasiones pueden llegar a dominarlo todo. Algunos dueños de mascotas están seguros de que los alimentos de las grandes marcas están causando estragos en nuestras mascotas y algunos veterinarios tampoco están tan entusiasmados con ellas, mientras que otros piensan que están bien.
“¿Existen, desde el punto de vista científico, evidencias objetivas de que cualquier dieta comercial produce mejores resultados que otras?”, dice el doctor Tony Buffington, profesor de ciencias veterinarias clínicas en la Universidad de Ohio. “Si existe, no la conozco”.
72.9 millones de hogares –el 62 por ciento de las familias- poseen una mascota, tras haber alcanzado el 56 por ciento en 1988, según ha informado la Asociación Americana de Productos para Mascotas. Y gastamos bastante dinero en nuestros peludos, alados y escamosos amigos: las ventas minoristas del alimento para mascotas subieron de 18.4 mil millones en 2010, del 2.8 por ciento en 2009, de acuerdo a Packaged Facts, firma de investigación de mercado, y las ventas de alimentos naturales para mascotas subieron de 1.5 billones de dólares en 2009, de 689 millones en 2005. La firma predice que las ventas de alimentos naturales probablemente superarán las ventas generales de alimento para mascotas en los próximos cinco años.
El coste de los alimentos naturales puede ser significativamente más alto: un paquete de tres kilos de alimento para gatos sin granos Evo, por ejemplo, se vende por cerca de 19 dólares, en comparación con la bolsa de Friskies de 2 kilos 800 de diez dólares.
Dicho simplemente, nuestra actitud hacia las mascotas ha evolucionado, dice la doctora Nancy Scanlan, veterinaria practicante y directora ejecutiva de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria Holística, con sede en Maryland. “Muchos dueños están tratando a sus mascotas como su fueran de la familia”.
Buscan alimentos que creen que son más saludables y naturales en comparación con las grandes marcas comerciales. Quieren alimentos sin subproductos (partes de animales, como patas, orejas y hocicos), alimentos que esperan que alivian las alergias o los problemas intestinales, y creen que el alimento sin granos o crudos (vendido congelado o deshidratado) es una opción más sana para los animales que no comerían maíz en estado salvaje. Muchos dueños se pasaron a las especialidades después del retiro de marcas que estaban contaminadas con melanina en 2007.
“Los consumidores están empezando a exigir más de las empresas de alimentos para mascotas”, dice Lucy Postins, de San Diego, que inició una línea de alimentos para mascotas crudos y deshidratados en 2002 después de tratar de alimentar a su cachorro con una dieta casera de alimentos crudos para eliminar los conservantes. (Se cansó pronto de limpiar la cocina “cubierta de sangre y brécol y todo tipo de cosas espantosas”). Su negocio, la Honest Kitchen, vende a 2.100 tiendas estadounidenses. Utiliza pollos de granja y pavos de granja y organismos no modificados genéticamente.
Los clientes son más educados en estos días, agrega John Sturm, vicepresidente de márketing de Petco. «Hay más gente que entra con la lista de las compras”.
El alimento para mascotas es regulado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), que exige que el alimento sea seguro, producido en condiciones higiénicas y que lleve una etiqueta verídica. La agencia también se asegura de que los fabricantes se hagan responsables de toda afirmación en el envase, tales como “controla el sarro” o “elimina las bolas de pelo”.
El alimento también es supervisado por la Asociación Americana de Funcionarios de Control de Piensos [Assn. of American Feed Control Officials], una organización voluntaria compuesta por agencias locales, estatales y federales. Fija las definiciones de los ingredientes –se tiene que especificar el tipo de carne- y fija las cantidades mínimas y máximas de ciertos ingredientes y nutrientes. Algunos estados tienen exigencias adicionales.
De hecho, a veces las mascotas pueden ser vendidas a bajo precio por opciones aparentemente más “naturales” y saludables. Una reseña de cinco dietas de alimentos crudos para perros y gatos en el Canadian Veterinary Journal de enero –dos comerciales y tres caseros- concluyó que tres de cada cinco contenían muy poco calcio y fósforo y dos muy poco potasio, magnesio y zinc. Los autores concluyeron que el alimento crudo puede ser hipotéticamente un riesgo de nutrición para las mascotas (aunque se necesitan mejores estudios) y que esto también puede representar un riesgo de enfermedades infecciosas para mascotas y humanos.
Pero otras veces, gastar más dinero puede valer la pena para la mascota. Un estudio de 2002, en el American Journal of Veterinary Research, comparó la harina de carne con la menos cara harina de maíz con gluten (un subproducto de la molienda de maíz que es un ingrediente común en las marcas de alimento para mascotas más grandes) como fuente de proteína en el alimento seco para gatos. Después de alimentar con diferentes piensos a ocho gatos adultos sanos (divididos igualmente entre machos y hembras) y tras analizar su orina, los investigadores constataron que la harina de carne era más digerible que la harina de gluten, y que la absorción y retención de nitrógeno, calcio, fósforo y magnesio también mejoraban con la proteína de carne.
Pero de la misma manera que con los alimentos orgánicos para humanos, las especialidades para mascotas no son inmunes a las retiradas debido a la contaminación con E. coli o salmonella. En febrero, por ejemplo, la FDA anunció que la compañía Merrick Pet Care, de Texas y fabricantes de alimento para mascotas sin conservantes y de procesamiento mínimo, ordenó una retirada de una delicia para mascotas debido a la posible contaminación con salmonella (no se informó de ningún animal que haya enfermado).
Y los compradores deberían tener cuidado a la hora de leer las etiquetas, del mismo modo que lo hacen en las tiendas de abarrotes. Sólo porque un alimento para mascotas se publicite como “sin granos” o “sin subproductos” no quiere decir necesariamente que hará una diferencia en la salud de un animal, dice la doctora Jennifer Larsen, veterinaria y profesora de nutrición clínica en la Universidad de California en Davis.
“El alimento no tiene que probar que redunda en beneficios sanitarios”, dice. “A menos que una mascota individual tenga una intolerancia específica y documentada a cierto tipo de grano, no hay ninguna ventaja”.
Además, un alimento “sin granos” no tiene necesariamente un contenido proteínico más alto, agrega Larsen. “Todavía puede contener ingredientes, tales como tapioca y guisantes. A menudo esas dietas simplemente tienen un alto contenido graso”.
En algunos casos, dicen los veterinarios, hay razones legítimas para preferir las comidas especiales, tales como satisfacer las necesidades nutricionales de la vejez o para el tratamiento de las alergias.
La enfermedad celíaca, que causa intolerancia al gluten, está presente más a menudo en algunas razas de perros, tales como el setter irlandés. Y los veterinarios, en general, están de acuerdo en que algunos perros y gatos pueden presentar intolerancia a ciertos granos, como el trigo y el maíz; esto puede provocar diarrea y vómitos, y los dueños de mascotas no siempre reconocen la causa.
¿Cómo hace un dueño de mascota para filtrar toda esta información? Debido a que cada animal es diferente, quizá se deba experimentar para encontrar el alimento adecuado, dice Scanlan, el veterinario holístico. “Pero porque algo debiera ser bueno para ellos, no significa que lo sea. No existe ‘la’ mejor dieta”.
En lugar de confiar en los dependientes de las tiendas de mascotas, Scanlan sugiere a los dueños que consulten con su veterinario, aprendan a leer las etiquetas del alimento para mascotas y lean los estudios en revistas profesionales especializadas. Y si quieren mejorar el alimento de sus mascotas pero simplemente no pueden permitírselo, no deberían sentirse culpables.
“Alimentarlos con una marca corriente es mejor que dejarlos en la calle”, dice. “Les tienes que dar lo mejor que puedas”.
10 de junio de 2012
18 de julio de 2011
©los angeles times
cc traducción c. líspergue
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