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[Cineasta muy versátil.]

Murió el martes en su casa en Tokio, el venerable director cuya obra estuvo marcada por la devastación de la guerra en su nativa Hiroshima. Tenía cien años.
Su oficina confirmó su muerte ante la Agence France-Presse.
Director de casi cincuenta películas –su más reciente, el melodrama de la Segunda Guerra Mundial, ‘Tarjeta postal’ [Postcard], fue estrenada en 2010-, Shindo era el director de cine más longevo de Japón. Se cree que era el segundo más longevo del mundo, después de Manoel de Oliveira, de Portugal, que tiene 103.
La obra de Shindo era conocida por su enorme diversidad estilística: durante seis décadas incursionó en el realismo social, el horror, el sexo, la comedia y el documental. Lo que enhebraba su producción era su obsesiva calidad; su interés en la gente –campesinos, prostitutas, los pobres- en los márgenes de la sociedad; el uso de espacios a menudo aislados y claustrofóbicos; la dañina interferencia de fantasmas (del tipo psicológico, aunque a veces también del tipo literal); y la presencia de mujeres fuertes.
Pero pese a su oscuridad, las películas de Shindo estaban en última instancia impregnadas de un esencial humanismo, incluso esperanza. El efecto neto extasió a algunos críticos occidentales y desconcertó a otros. Como resultado de esta tibia recepción en el Occidente, Shindo nunca alcanzó la fama global de otros compatriotas suyos, como Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi.
Shindo alcanzó prominencia internacional temprano en su carrera con dos largometrajes, ‘Los niños de Hiroshima’ [Children of Hiroshima] y ‘La isla desnuda’ [The Naked Island].
Estrenada en 1952, el año en que terminó la ocupación estadounidense, ‘Los niños de Hiroshima’ fue la primera película japonesa en tratar el bombardeo atómico del país por tropas de Estados Unidos en 1945. La actriz estelar, Nobuko Otowa, representó a una maestra de escuela que vuelve a la ciudad varios años después de la guerra, buscando a sus ex estudiantes –los que han sobrevivido.
La película fue estrenada en Estados Unidos recién el año pasado, en una retrospectiva de la obra de Shindo en la Academia de Música de Brooklyn.
En su reseña de la película en el New York Times, A.O. Scott llamó a Shindo “un peculiar y proteico narrador visual” cuyas películas “mantienen el equilibrio entre la seriedad ética con un apetito casi voluptuoso por la belleza natural y la elegancia gráfica”.
‘La isla desnuda’, estrenada en 1960, es un austero y silencioso drama rodado en un estilo cuasi documental sobre una familia empobrecida que se gana a duras penas la vida en un árido promontorio sin agua fresca. La película, que no tiene diálogos, sigue la dura vida de sus personajes en sus diarias peregrinaciones en busca de agua en el continente.
La película compartió el Grand Prix en el Festival de Cine de Moscú de 1961.
Shindo, que también era conocido por dos películas de horror que fueron elogiadas por la crítica, ‘Onibaba’ (1964) y ‘El gato negro’ [Black Cat] (1968). Ambas están ambientadas en la Edad Media, una época dominada por las guerras, el hambre y el caos.
En ‘Onibaba’, una mujer y su nuera desesperadas por sobrevivir, asesinan a un samurai itinerante y venden sus armas y armadura. En ‘El gato negro’, dos campesinas, violadas y asesinadas por un samurái, vuelven a la vida como seductores y vengativos demonios.
Shindo también escribió los guiones de más de cien películas, tanto de las suyas como de las de prominentes directores, como Kozaburo Yoshimura, con el que colaboró durante largo tiempo.

Kaneto Shindo nació en Hiroshima en abril de 1912. Su familia, que en el pasado había sido una de prósperos terratenientes, había caído en la miseria y, como escribiría más tarde, había visto a sus padres trabajando en “las matadoras faenas de la cosecha del trigo” y en “el duro trabajo de trillar a mano con instrumentos primitivos”.
Enrolado en la Armada Imperial de Japón, Shindo fue uno de sólo seis miembros sobrevivientes de la guerra, de una unidad de cien hombres.
Después de iniciar su carrera cinematográfica en los años treinta como revelador de películas para un pequeño estudio japonés, Shindo fue más tarde asistente de Mizoguchi. Un largo retrato documental, ‘Kenji Mizoguchi: La vida de un director’ [Kenji Mizoguchi: The Life of a Film Director], escrito y dirigido por Shindo, fue estrenado en 1975.
La primera esposa de Shindo murió a principio de los años cuarenta; su primera película como director, el drama ‘La historia de la esposa amada’ [Story of a Beloved Wife] (1951), con Otowa en el papel estelar, se basó parcialmente en su matrimonio. Después del fin del segundo matrimonio, Otowa, que trabaja en casi todas sus películas, se convirtió en su tercera esposa.
Otowa murió en 1994. Los sobrevivientes de Shindo incluyen un hijo, Jiro, y una nieta.
Shindo volvió a tocar el tema de la devastación nuclear en varias otras películas. Entre estas ‘Lucky Dragon No. 5” (1959), que dramatiza la verdadera historia de los pescadores japoneses contaminados en 1954 por la radiación de las pruebas nucleares de Estados Unidos en el atolón Bikini.
Si la obra de Shindo se nutrió inevitablemente de la guerra, la inspiró también su aguda conciencia de que los caprichos del destino –y nada más- lo habían dejado sobrevivir mientras que murieron casi todos los de su unidad.
Como dijo en una entrevista citada en su obituario en el diario británico The Guardian, “siempre he llevado conmigo las almas de los noventa y cuatro y los he convertido en el tema de mi existencia”.
11 de junio de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer

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