[Los legisladores deberían elaborar un proyecto de ley que regule el castigo en los reformatorios juveniles de California. Editorial LAT].
En los últimos diez años, el sistema de justicia juvenil ha empezado a emerger desde lo más oscuro de sus días oscuros. El estado accedió a apartarse de prácticas inhumanas y reducir la violencia en los reformatorios, acatar las leyes que imponen servicios educacionales y de salud y salud mental y proporcionar acceso a los discapacitados físicos. El estado fue sorprendido abusando físicamente de los reclusos, haciendo a veces la vista gorda cuando estallaban peleas, alentándolas de vez en vez y permitiendo que los gendarmes en realidad llegaran a golpear a los reclusos. Lo más chocante de todo esto es que hubo que interponer una demanda para poner fin a estas prácticas.
Sin embargo, hay algunos aspectos en los que el obscurantismo de la justicia juvenil sigue tan oscuro como siempre. En los centros detención los reclusos siguen siendo encerrados en régimen de incomunicación o aislamiento, de acuerdo a los abogados de Books Not Bars, una campaña del Centro Ella Baker para los Derechos Humanos y la Coalición Justicia Juvenil [Youth Justice Coalition].
La práctica es a menudo oculta, dicen activistas, porque no existe una definición consistente del régimen de incomunicación y porque los funcionarios de prisiones para menores usan términos como “detención temporal” y “programa de tratamiento de conducta”. Pero el aislamiento sigue siendo aislamiento, y puede durar hasta un mes o más, tiempo durante el cual los menores son encerrados en las celdas, solos, durante 23 y hasta 24 horas al día.
El régimen de incomunicación es brutal para todos, pero especialmente para los menores. El senador del estado Leland Yee (demócrata de San Francisco) informa que más de la mitad de los suicidios de jóvenes encarcelados ocurrían durante periodos de incomunicación.
Yee escribió un proyecto de ley (boletín 1363) -co-patrocinado por el Centro Ella Baker y la Coalición de Justicia Juvenil- para regular el aislamiento de delincuentes juveniles. No prohibirá la práctica, pero exigirá sensatamente que el periodo de encierro solitario dure tanto como deba para impedir cualquier riesgo serio de daño o un riesgo importante de su seguridad, y sea usado solo después de que haya tratado con otras medidas restrictivas.
El proyecto de ley avanzó, hasta que se estancó. Fracasó la semana pasada en la comisión cuando dos demócratas clave de Los Angeles –los senadores del estado Ron Calderon y Curren D. Price- se abstuvieron de votar antes que aprobarlo o rechazarlo. (Dos republicanos votaron contra el proyecto, pero se esperaba que lo hicieran).
De momento, esa ha sido el mismo destino de otro proyecto de Yee, el boletín 9, para poner fin a la sentencia de prisión perpetua calificada para los menores. Es como si el obscurantismo estuviera defendiéndose.
El martes el boletín 1363 tiene otra posibilidad, cuando sea reconsiderado. Quizá esta vez los demócratas permitirán ver un poco de luz.
29 de junio de 2012
24 de abril de 2012
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer