[La Haya, Holanda] [Golpe al ‘señor de la guerra’. El miliciano congolés Thomas Lubanga entró a la historia universal de la infamia. La Corte Penal Internacional lo sentenció a 14 años de prisión por reclutar niños y obligarlos a combatir.]
[Camilo Jiménez Santofimio] La Corte Penal Internacional condenó el martes al líder miliciano congolés Thomas Lubanga a 14 años de prisión por crímenes de guerra. Si bien los jueces ya lo habían declarado culpable el pasado marzo, la reciente sentencia proferida en La Haya sienta un precedente histórico, pues es la primera vez que el tribunal fija una pena desde su fundación hace diez años.
Entre los años 2002 y 2003, Lubanga, hoy de 51 años, había reclutado forzosamente a cientos de niños —algunos de ellos, menores de once años— en el distrito de Ituri, en la provincia Oriental del Congo. Los menores eran obligados a trabajar para los milicianos, fungir como guardias y combatir. Docenas de niñas fueron sometidas a abusos sexuales y convertidas en esclavas sexuales de algunos jefes milicianos. Los ‘niños soldados del Congo’ empezaron a ser vistos en las calles patrullando, muchas veces bajo el influjo de las drogas y armados de machetes o fusiles.
Lubanga había sido el líder de las Fuerzas Patrióticas por la Liberación del Congo (FPLC), el brazo militar de la Unión de Patriotas Congoleses que lleva años atizando el conflicto étnico en el este del Congo y le ha costado la vida a millones de personas.
En el 2005, Lubanga fue arrestado en Kinsasa, la capital del país, después de que ordenara el asesinato de nueve cascos azules de la ONU. Pocos meses después, en marzo del 2006, arribó a La Haya a bordo de un helicóptero militar.
El tribunal necesitó más de seis años para resolver el caso, por lo cual se había ganado duras críticas por supuesta ineficacia. El proceso, sin embargo, no fue fácil. Abarcó más de 200 sesiones e hizo desfilar por el tribunal a más de 60 testigos, entre los cuales se encontraban algunos ‘niños soldados’.
Aunque la fiscalía había pedido la pena máxima de 30 años, pues según este ente, no hay lugar a dudas de que Lubanga es responsable del reclutamiento de menores (uno de los crímenes de lesa humanidad más críticos), el juez decidió darle una pena relativamente leve. Dos argumentos fueron decisivos para la decisión: que el abuso de niñas como esclavas sexuales no había sido comprobado en su totalidad y que el acusado había cooperado ampliamente con la justicia.
De los 14 años de condena que recibió, el otrora popular líder guerrillero congolés sólo deberá permanecer ocho en la cárcel, pues desde 2006 ha estado en prisión preventiva. Lubanga, que se había declarado hasta el último día “no culpable”, tiene ahora 30 días para apelar la decisión de la Corte.
En el Congo, la condena probablemente no causará gran entusiasmo. A pesar de los esfuerzos por amilanar las hostilidades, el grupo rebelde M23 sigue causando terror en la frontera con Uganda y Ruanda, una de las regiones más ricas del país materias primas.
El conflicto ha causado el desplazamiento de más de 200.000 personas. Hoy, las autoridades señalan como máximo responsable del baño de sangre en el Congo a una suerte de ‘doble’ de Thomas Lubanga llamado Bosco Ntaganda , apodado ‘Terminator’, uno de los criminales más buscados por la Interpol.
La condena de Lubanga, sin embargo, envía una clara señal. 121 naciones apoyan al tribunal, que lleva a cabo investigaciones en siete países y analiza la situación de siete más, entre los cuales se encuentra Colombia. A pesar de su lentitud, la Corte Penal Internacional ha demostrado que sí pude obstaculizar el camino abierto que la impunidad y los crímenes de guerra tienen en varios lugares del mundo.
Lubanga, un psicólogo de profesión, siempre había logrado vender la imagen de un luchador por la Justicia, creyente del Estado de Derecho y capaz de ser un jefe de Estado. Desde ahora, se irá a la historia como uno de los más infames criminales de guerra de la historia reciente.
13 de julio de 2012
©semana