[Kabul, Afganistán] [Recuerdan reino del terror del Talibán].
[Matthew Rosenberg y Sangar Rahimi] La escena que funcionarios afganos dicen que fue captada en video el mes pasado cerca de Kabul fue tan horrorosa como lo fue en el pasado en Afganistán: un combatiente talibán ejecutando a una mujer con repetidos disparos en la nuca mientras sus compatriotas y decenas de campesinos observaban, para luego festejar su muerte.
El delito del que acusaban a la mujer era adulterio.
El video, que empezó a circular en Kabul, recuerda el reinado de cinco años del Talibán en Afganistán, cuando las ejecuciones públicas eran anunciadas en la radio y las personas acusadas de delitos eran ejecutadas en presencia de multitudes que atiborraban el estadio de la capital. El adulterio era uno de los delitos castigados con la muerte.
La ejecución captó en video lo que ocurrió en el distrito de Shinwari, en la provincia de Parwan, en Afganistán central, a menos de dos horas de viaje en coche de Kabul. Ocurrió el 23 de junio, dijo el coronel Masjidi, un alto funcionario policial de la provincia. El coronel Masjidi, como muchos afganos, solo usa un nombre.
En el pasado, la zona era considerada suficientemente segura como para que los extranjeros pudieran recorrerla. Pero la seguridad se ha deteriorado fuertemente en los últimos años e incluso muchos afganos lo piensan dos veces antes de adentrarse por la avenida que atraviesa el distrito.
En el video se oye a miembros del Talibán diciendo que el verdugo es el marido de la mujer, aunque funcionarios afganos ofrecieron versiones contradictorias de lo que pasó en el pueblo Qol-i-Heer.
El coronel Masjidi dijo que el verdadero marido de la mujer era un miembro de la milicia de la aldea que había asesinado a un líder local del Talibán. La mujer fue ejecutada en venganza después de que fuera acusada falsamente de adulterio, dijo.
Roshna Khalid, vocera del gobierno provincial, dijo que la mujer fue asesinada por tener relaciones múltiples con combatientes talibanes. Khalid dijo que el nombre de la mujer era Najiba, que tenía algo más de veinte años y que no tenía hijos.
Un tercer funcionario, Qari Abdul Rahman Ahmadi, miembro del consejo provincial, dijo que la mujer había huido con un comandante talibán, que a su vez fue acusado de pasar información a las fuerzas del gobierno.
Fue fusilado en un pueblo cercano antes de que Najiba fuera trasladada a Qol-i-Heer para ser ejecutada por su marido, dijo Ahmadi.
No se pudo localizar a un portavoz talibán para que comentara el incidente. La embajada estadounidense y la coalición dirigida por la OTAN condenaron la ejecución.
Al principio del borroso video, que dura casi cuatro minutos y parece haber sido filmado por un miembro del Talibán con un celular, Najiba es una figura periférica que se ve arrodillada en el fondo. Su cuerpo da la espalda a la cámara, y su cabeza está cubierta por un pañuelo gris.
Combatientes talibanes se apiñan en el primer plano. Unas decenas de aldeanos observan desde una colina el improvisado campo de ejecución. La existencia del video fue comunicado primero por la agencia de noticias Reuters, y obtenido el lunes por el New York Times.
Uno de los talibanes dice que el Corán prohíbe el adulterio. La ejecución de la mujer es “una orden y decreto de Dios”, dice. “Si el problema fuera vengar una muerte, podríamos suplicar que fuera indultada. Pero en este caso Dios dice que hay que matarla”.
Concluye diciendo: “Es una orden de Dios y ahora su marido debe castigarla”.
Luego alguien dice: “Pásenle un Kalashnikov”.
Armado con el rifle de asalto prestado, el hombre identificado como su marido se acerca a Najiba por la espalda. Se oye a varios combatientes talibanes susurrando: “Acércate a ella”.
El marido dispara nueve tiros contra Najiba. El tercer tiro arroja su cuerpo hacia atrás sobre el suelo. El marido sigue disparando.
Entonces alguien dice: “¡Larga vida al héroe del Islam!” Los talibanes empiezan a festejar y los campesinos se suman a ellos. Uno de los talibanes dice: “Toma mi video”. Se lo ve sonreír, con cartuchos adosados a su chaleco.
El video termina cuando el verdugo dispara cuatro veces más contra el cuerpo de Najiba.
Khalid, la portavoz de la provincia, dijo que fuerzas de seguridad afganas fueron enviadas a la aldea después de la ejecución, pero la mayoría de los talibanes habían escapado. Los que se quedaron se escondieron en las casas de los aldeanos, que tenían demasiado miedo de los talibanes como para ayudar a las fuerzas de seguridad, dijo.
Pero un funcionario del ministerio del Interior en Kabul dijo que al menos algunos aldeanos estaban coludidos con los insurgentes. El funcionario dijo que el festejo después de la ejecución era una prueba de que los campesinos la apoyaban.
Kabul y otras ciudades afganas, donde muchas mujeres trabajan y van a la escuela, no se parece al campo, donde a menudo circulan informes sobre mujeres que son asesinadas tras ser acusadas de adulterio y otros crímenes morales, dijo el funcionario.
“Los campesinos son más tradicionales”, dijo.
El domingo, la coalición dijo que siete militares murieron en dos atentados con bomba no relacionados en el sur y este de Afganistán. Seis militares murieron en el ataque en el este del país, un número de bajas inusualmente alto para un solo atentado.
En el sur de Afganistán al menos dieciocho civiles murieron el domingo en tres atentados con bomba a lo largo de un tramo de una carretera en la provincia de Kandahar. La primera bomba explotó después de que un minibús pasara sobre ella, dijo Jawid Faisal, portavoz del gobierno provincial. Hombres de una aldea cercana se dirigieron entonces al sitio de la explosión para ayudar a los sobrevivientes y trasladarlos en un tractor, que pasó por encima de una segunda bomba. Algunas horas después otro vehículo pasó por encima de la tercera bomba.
[Habib Zahori contribuyó al reportaje].
16 de julio de 2012
9 de julio de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer
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