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[Estados Unidos] [Dueños de caballos de carrera prometen evitar medicamentos en días de carrera].

[Joe Drape] Algunos de los miembros más prominentes de la Asociación de Criadores y Dueños de Purasangres de Estados Unidos anunciaron el jueves que dejarían de inmediato de medicar a sus caballos de dos años en días de carreras y llamaron a otros dueños a hacer lo mismo. La decisión fue un intento de recuperar la confianza pública en que los caballos están corriendo sin lo que muchos veterinarios dicen que son medicamentos utilizados para mejorar el rendimiento.
“El uso de medicamentos en días de carreras ha crecido hasta el punto de que casi todos los caballos en todas las carreras están siendo medicados apenas horas antes de su traslado al corral para ser ensillados”, dijo en una declaración Peter S. Willmott, presidente de TOBA, la organización gremial nacional con sede en Lexington, Kentucky. “Esta práctica no sirve los intereses a largo plazo del caballo, ni es el mensaje adecuado que debemos comunicar a nuestro público si queremos fomentar el deporte”.
Este llamado a la acción se produce después de que normas poco estrictas, una cultura desarrollada en torno al uso de medicamentos y la ausencia de sanciones significativas llevaran al Congreso a examinar la situación en los hipódromos y provocaron un chaparrón de nuevas normas relacionadas con el uso de medicamentos y medidas de integridad. En Estados Unidos prácticamente todos los caballos reciben furosemida, un diurético contra las hemorragias conocido como Lasix, algunas horas antes de una carrera.
La semana pasada, en una sesión del Senado, el senador Tom Udall, demócrata de Nuevo México, citando las conclusiones de una serie de reportajes en el New York Times, instó a las autoridades hípicas a castigar el engaño y dejar de tolerar el maltrato de los caballos. Udall y un congresista republicano, Edward Whitfield, de Kentucky, presentaron un proyecto de ley que quiere imponer una prohibición nacional de fármacos que mejoren el rendimiento.
En Europa y en la mayor parte del resto del mundo, Lasix está prohibido en días de carreras porque extrae entre nueve y trece litros de agua en un caballo. Un caballo que corre con menos peso, lo hace más rápido.
El mes pasado, la Comisión Hípica de Kentucky aprobó por un estrecho margen una prohibición limitada de Lasix después de meses de un enconado debate entre dueños, criadores y preparadores.
Entre los más de cuarenta dueños y criadores que se comprometieron a dejar de usar el medicamento en potros en días de carreras se encuentran muchos miembros del Jockey Club, incluyendo a su presidente y vicepresidente Ogden Mills Phipps y Stuart Janney III, así como jinetes tradicionalistas de Kentucky como Arthur y Seth Hancock y William S. Farish. A ellos se unió Frank Stronach, que también posee hipódromos, incluyendo el Santa Anita Park en California del Sur y el Gulfstream Park en Florida.
La lista también incluye organizaciones que operan internacionalmente, incluyendo Darley, de propiedad del jeque Mohammed bin Rashid al-Maktoum, gobernante de Dubai; y Juddmonte Farm, del príncipe Khalid Abdullah, miembro de la familia real de Arabia Saudí.
Arthur Hancock dijo que creía que sus caballos quedaban en desventaja si no les daba Lasix, pero dijo que él y otros querían asumir una postura.
“Prefiero hacer lo correcto independientemente de las consecuencias”, dijo. “Si haces lo correcto, no te puedes equivocar. No espero ganar a la primera, pero quizá si aumentamos el número de salidas los caballos compensarán por la pérdida del mejoramiento inmediato del rendimiento”.
La esperanza es que un apoyo popular decidido empuje a los reguladores del estado en las otras jurisdicciones hípicas del país a prohibir Lasix y adoptar normas más uniformes y estrictas sobre los medicamentos. Nueva York, por ejemplo, está revisando su política de medicamentos en días de carreras.
“Creo que el uso generalizado de furosemida, y el estrés por deshidratación que provoca –y que impone un periodo de recuperación más prolongado-, ha contribuido a que los caballos tengan menos salidas y ha alimentado la creencia del público de que darles medicamentos para mejorar su rendimiento es un abuso y una ruindad”, dijo Bill Casner, que fue co-dueño y criador de Super Saver, el campeón del Kentucky Derby de 2010. “Somos una industria global, y no estamos sintonizados con el resto del mundo. Los medicamentos el día de carreras es un experimento fallido, y es hora de que hagamos lo que es bueno para nuestros caballos y la industria”.

Se Mantiene Inhabilitación de Preparador
Una corte de apelaciones de Nueva York mantuvo el jueves la inhabilitación de diez años contra el preparador de caballos Richard Dutrow Jr.
En octubre la Junta de Carreras y Apuestas del Estado de Nueva York revocó su permiso y le impuso una multa de cincuenta mil dólares después de que se encontraran jeringas hipodérmicas en su cuadra y uno de sus caballos diera positivo en un analgésico prohibido.
Dutrow, que ganó el Kentucky Derby de 2008 con Big Brown, fue notificado por casi setenta infracciones en quince hipódromos en nueve estados por infracciones que van desde el ocultamiento de sesiones de entrenamiento al uso de potentes analgésicos en caballos de carrera.
Un tribunal de una corte de apelaciones de Albany rechazó unánimemente el argumento de Dutrow de que el juicio era injusto y que el presidente de la Junta de Carreras y Apuestas del Estado de Nueva York, John D. Sabini, tenía prejuicios que lo perjudicaban y que debía haberse inhabilitado.
El abogado de Dutrow, Michael Koenig, dijo que ahora recurriría al más alto tribunal de Nueva York, la Corte de Apelaciones, para que reconsiderara el caso.
“Estoy decepcionado y tan desanimado como no lo he estado casi nunca en casi veinte años de ejercicio de mi profesión”, dijo Koenig. “Creemos que el tribunal aplicó una norma equivocada de la ley”.
Mientras Dutrow continúa buscando una solución legal, seguirá preparando caballos y podrá hacerlos correr después de que la corte aplazara la ejecución de la sentencia.
21 de julio de 2012
20 de julio de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer

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