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[Nuevas recomendaciones de veterinarios para prevenir la agresividad canina son también eficaces para prevenir las agresiones humanas contra los perros].

[Claudio Lísperguer] Hace unos días un grupo de veterinarios de la Universidad Iberoamericana (abollada tras revelarse que es la institución que proporcionaba la inyección letal con que funcionarios de la municipalidad de San Joaquín en Santiago exterminaban a los perros hallados en plazas o calles o incluso sustraídos de patios de casas particulares), publicaban en La Nación una nota que incluía recomendaciones sobre lo que llamaron tenencia responsable, las que, sin duda útiles, ofrecen al mismo tiempo un espantoso retrato de la cultura chilena1. Se trata de diez recomendaciones sobre el control de los perros o de su agresividad para evitar ataques contra humanos u otros perros, y que son al mismo tiempo recomendaciones para prevenir la agresividad humana. Son estas:

– No enseñarles a morder un trapo.
– No mantenerlos encerrados o por periodos prolongados.
– No hostigarlos desde una reja.
– No azuzarlos par que ataquen a gatos u otros animales.
– No utilizarlos para atacar o atemorizar a personas.
– No privarles de sueño.
– No privarles de alimentos o durante jornadas muy largas.
– No adiestrarlos por cuenta propia sino que dejar su adiestramiento en manos de profesionales.
– Acudir a un experto si el perro se muestra agresivo.
– No utilice técnicas para ponerlos más bravos.

¿Esto hacemos con los perros? Entre las cosas que recomiendan no hacer se encuentran algunas que son simplemente delitos, como no alimentarlos. No mencionan no atarlos o, si fuera necesario, no atarlos por periodos prolongados. Los perros, pero en realidad cualquier otro animal, incluyendo a los humanos, sufren estrés y pueden volverse irritables y violentos si se los priva de alimento, agua, sueño o reposo, o si se les ata o golpea constantemente (una técnica que usan algunos, según creen, para reforzar la agresividad o el estado de estrés del perro, lo que lo haría un mejor guardián o peleador). Los perros tratados así pueden tornarse muy violentos. Si escapan a la calle, pueden causar estragos.
Pero también los humanos pueden causar reacciones caninas violentas sin que los perros hayan sido sometidos a ningún método brutal de reforzamiento del estrés. Por ejemplo, hostigarlos o patearlos cuando están al otro lado de la reja. ¿Pero quiénes hacen esto? Mucha gente, más de lo que uno quisiera, y más de lo que uno cree. He visto a niños y hombres y mujeres tratar de patear a los perros que, desprevenidos y sin ninguna intención agresiva evidente, pasan por su lado. Señoras entrando o saliendo de misa dándoles de patadas a los perros reunidos en el atrio.
Detrás de muchas agresiones o ataques caninos, puede haber un ataque humano no provocado ni justificado previo. En otro columna (Humanos contra perros), recordaba el caso de un funcionario municipal que se vio obligado a participar en el sacrificio de un perro clasificado como agresivo después de atacar y morder a un humano. Pero el funcionario contaba que el perro estaba permanentemente atado junto a su caseta y que el hombre le pegaba una patada todos los días -le quedaba en su ruta al trabajo. Un día olvidó el dueño atarlo a la cadena y cuando pasó el infeliz, el perro lo mordió. Lo acusó de haberlo atacado injustificadamente y el dueño decidió matarlo.
Por esta razón, creo que los carabineros deben investigar en lo posible las denuncias por mordeduras o ataques, porque es muy probable que los humanos mientan sobre esos incidentes para ocultar el hecho de que el ataque canino fue precedido por una agresión humana –que constituye maltrato animal y es punible.
Muchos de estas brutalidades pueden provocar la agresividad de los perros y es bueno que los especialistas empiecen a llamar la atención sobre esto. Este punto será cada vez más relevante una vez que se apruebe la ley de responsabilidad civil –del senador Girardi- que permitirá que las personas mordidas o atacadas por perros puedan reclamar indemnización u otra forma de justicia a los dueños. Pero ciertamente habrá que determinar si el ataque no fue en realidad la respuesta a una agresión humana.

Me parece también muy importante que enfaticen estos profesionales la siempre urgente necesidad de que los perros, y muy especialmente los que son puestos a trabajar en labores de vigilancia en parcelas, fábricas, locales comerciales y patios de vecinos, sean adiestrados por profesionales. Este adiestramiento puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de un humano. Los perros pueden ser adiestrados para que retengan a los intrusos o despistados sin causarles daño alguno, hasta que aparezca alguien de la familia. El adiestramiento debiese ser simplemente obligatorio. Esta exigencia se podría transformar igualmente en una importante especialización veterinaria, porque los encantadores de perros llegaron para quedarse y pese a ello siguen siendo muy escasos.

Nota
1 Reconociendo la pertinencia de las recomendaciones, cuando las leí por primera vez recordé lo humillantes que me parecían las que se podían leer en los buses y trolebuses hace unas décadas. Llevaban letreros que decían cosas como “ceda su asiento a las embarazadas”, “ceda su asiento a los inválidos” o, casi peor, “no escupa en el suelo”. ¿Por quién nos toman?
lísperguer

2 pensamientos en “se prohíbe patear o escupir a los perros

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