[Concepción, Chile] [Restrenamos las historias que ocultan los olvidados cines del centro penquista. Esta semana vuelven las películas a las galerías que alguna vez albergaron una sala de cine en la ciudad.]
Mientras miles de penquistas están atentos y a la espera de las nuevas salas de cine en la ciudad, producto de la apertura de los nuevos centros comerciales, hay otros que recuerdan con nostalgia la época dorada del séptimo arte en Concepción.
Entre las décadas de los sesenta y los noventa, brillaban al menos ocho carteleras de renombre en la capital penquista. Sin embargo, hoy en día, de esos espacios que albergaron millones de historias, amigos y pololos, ya no queda nada más que un recuerdo. El único que resiste el paso del tiempo, es el antiguo Cine Plaza, ubicado en la Galería Ramos. Allí, convencimos a uno de los conserjes del recinto, para que nos dejara ver cómo se encuentra el mítico espacio.
Abajo, los candelabros y otros aspectos de la decoración evocan los años de gloria que allí se vivieron. En la sala de estar aún están los sillones en donde los visitantes salían a fumar durante la función. Ahora, cubiertos de polvo al igual que algunas sillas, son los únicos habitantes de la recepción. Don René, conserje del lugar, comentó que andan algunos ratones, pero que es inevitable que lleguen hasta este lugar olvidado por los años y desconocidos por algunas generaciones de penquistas.
En la foto (a la izquierda) se puede apreciar, aún imponente, la que fuera la primera sala de cine subterránea de la capital regional. Fue inaugurada en 1958, y pese a que ya ha pasado más de medio siglo, sus 610 butacas aún se mantienen estoicas en dirección a un telón que no recibe la luz de un proyector desde hace décadas.
Recuerdos
Bien lo sabe María Isabel Mesa, quien ha trabajado 42 años en la galería Ramos. Con nostalgia recuerda que «con mis compañeras nos íbamos todas juntas a ver las películas al cine. Por ahí por los setenta, la entrada costaba 150 pesos, que eran como 10 mil de ahora».
«Era tan bonito cuando daban musicales y películas de Raphael, Sandro, Luis Aguilar, Libertad Lamarque. El ambiente era súper bueno. Todos quienes íbamos harto al cine nos conocíamos y el ambiente era otra cosa», contó ella, recordando historias de antaño.
«Con mis amigas íbamos al mercado, en donde vendían unos sánguches y nos los llevábamos a la sala. Era lo mejor», contó.
Según narró la señora María Isabel y así como recuerda gran parte de quienes vivieron esa época, ir al cine era la cita más top a la que podían ir. «Claro que todo eso era con los permisos de los papás. No es como ahora que los chiquillos andan solos para todos lados. Cuando salíamos tarde, nos venían a buscar», señaló.
En cuanto al tipo de cintas que daban, ella aseguró que también eran muy distintas en cuanto a las temáticas. «Ahora la mayoría de las películas son violentas, pero antes los cines de Conce estaban llenos de amor, de dramas e historias bien bonitas. Pero este cine (el Plaza) murió como en los noventa. Ahí empezaron a dar películas para adultos y ya no venía casi nadie. Pero a una le queda el recuerdo de esos años en que había filas y filas de personas que esperaban entrar a las salas de las galerías».
Lo Mejor de la Época
Antiguamente el centro estaba lleno de cines. Pero de esos, no queda más que la historia y los recuerdos. En calle Barros Arana estaba la llamada Ruta de los Cines. Si incluso la popular Habana, punto de encuentro de miles de jóvenes, hasta hace unos años también solía exhibir películas.
En la misma céntrica calle estaba el también famoso Cine Romano y al lado suyo, su tradicional confitería. Joaquín Lillo (62), vecino del centro penquista, relató que era un gran panorama comprar calugas toffee y luego ir al cine. «El Romano murió en el 2006 y luego pasó a ser un teatro y lo empezaron a ocupar como templo religioso. Ahora quedó como una tienda de ropa», comentó.
«Por aquí cerca (también en Barros Arana) quedaba el Gran Ducal, pero lo derrumbaron en 1997 para construir lo que ahora es un Preunic», indicó.
Un poco más allá del Plaza, siguiendo por Barros, estaba ubicado el Cine Cervantes. Este destacaba por dos imponentes escaleras en su entrada. Luego de terminar su época de carteleras, pasó a ser la discoteque Gatsby y posteriormente un cyber.
Dos cuadras más allá, casi al llegar a Angol, solía estar ubicado el Cine Regina, al interior de la Galería Carlos Akel. Este es otro de los más recordados.
Además, se decía que era una de las más elegantes y podía albergar a 467 personas en sus butacas. Sin embargo, dejó de funcionar en 1997. Tras una época como tempo evangélico, pasó a ser el centro de eventos Salón Atenea del Hotel El Dorado. En su interior aún perduran algunas de las antiguas máquinas proyectoras.
En calle San Martín con Caupolicán, también se recuerda con cariño lo que fue el cine Windsor, el único emplazado en una esquina de la ciudad y que, tras algunos años exhibiendo películas de corte adulto, tampoco pudo sobrevivir a la modernidad. Hoy en día, en su lugar funciona un hotel.
El que se mantiene vigente, pero con otro nombre es el famoso Cine Lido, al interior de la Galería Iconsa. La mayoría de los jóvenes lo conoce hoy como Sala Dos, sin embargo más de alguno habrá escuchado a sus papás referirse a ella como Lido. Y es que así se llamó hasta 1997. Hoy en día sigue luchando, ya que hasta hace poco quisieron vender el espacio, pero finalmente se conservó.
Proyecto Vermut
Hoy, y cerca de medio siglo después de los mejores años de la cinematografía en el centro de Concepción, se espera revivir un poco de esa magia, por medio del Proyecto Vermut, que comienza este lunes.
La idea de esta iniciativa es proyectar películas chilenas al interior de las galerías tradicionales que alguna vez albergaron un cine en la ciudad. Para ello ya se cuenta con autorizaciones y con financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Las galerías en donde se exhibirán las películas serán la Lido, Ramos, Irazabal y Carlos Akel. Todos los horarios son a las 20.00 horas. La entrada es liberada, pero los cupos son limitados por el espacio.
El ciclo durará hasta el viernes y el arranque hoy está a cargo de la cinta ‘No’, en la Galería Lido. El martes la cita es en la Irazábal, con la película ‘Bombal’. El miércoles se proyecta ‘Post Mortem’ en la galería del ex cine Regina, y el jueves le toca a la Galería Ramos, con ‘El Año del Tigre’. El viernes la Lido se repite el plato con ‘Joven y Alocada’, como una manera de traer de vuelta el cine a los lugares donde alguna vez vivió su gloria.
8 de octubre de 2012
©estrella de concepción