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[Antofagasta, Chile] [El misterio de los ritos satánicos de la Quebrada de la Chimba. Jóvenes ambientalistas que habitualmente visitan la reserva ubicada sobre el vertedero, denuncian que grupos satánicos y neonazis frecuentan la zona.]

El joven que pertenece a un grupo que puede catalogarse como post scouts, «Pulmón del desierto», dice con elocuencia que arriba, en la quebrada de la Chimba, hay un lugar donde se practican rituales que pueden considerarse de corte satánico. Este periodista abre los ojos y suspira.
Luego el chico, delgado que no pasa los 20 años, exhibe unas fotos. En estas aparece el ruinoso refugio a la entrada de la quebrada, con rayados que evidencian la presencia de carajos personajes que se deleitan evocando a Belcebú. Recuerdo a finales de los años 80, las Ruinas de Huanchaca, y los ridículos cultos al cachudo. Los gatos volaban, lamentablemente.
Sabemos que cada cual es libre de tener sus gustos, sin embargo el chico con los ojos bien abiertos me dice que hay fotos peores; imagino lo peor. Ahora los mismos señores que dibujan pentagramas y otras desorbitadas leseras parecieran ser los responsables, según dice nuestro amigo Alan, sobre las osamentas de perros. Son varios los restos perrunos; parecen charqui sobre las piedras u otros exhiben una sonrisa desde sus despellejados hocicos.
Triste espectáculo.
El joven Alan habla de sacrificios. La ecuación es simple: satánicos + rituales = sacrificios de perros.
Le pregunto si ha visto resto de animalitos de la zona, como zorros, sacrificados en honor al diablo; Alan me hace una negación con la cabeza.
Seguimos viendo fotos. Luego el joven ambientalista me dice que hay otros sospechosos de devastar la reserva natural. Con cara de duda, le pregunto ¿Quiénes señor? Jóvenes skinhead, neonazis, responde.

-Los han visto-.
-Sí- responde.

Más adelante volvemos con los neonazis, ahora conozcamos la ensalzable labor de los amigos de «Pulmón del desierto».

Los Ambientalistas
«Los Pulmón» se forman como grupo el 26 de junio de este año; están en pañales. El germen se produjo después de un taller de emprendimiento.
Daniela López recuerda el hecho: «nos dividimos en gustos en común; nadie se conocía. Coincidimos en medio ambiente y energías renovables. Luego, durante el día, formamos la idea y enfocamos un lugar en común, la quebrada de la Chimba. Sabíamos que la quebrada es una reserva nacional y que está súper descuidada y que no tiene nada de reserva».
El grupo lo integran 11 estudiantes de nivel medio y universitario.
Daniela López, mientras estudia, aclara que el grupo no busca ningún tipo de lucro.
«Estamos trabajando por la personalidad jurídica; nuestro propósito es impulsar la restauración y conservación de los espacios correspondientes a la reserva. Queremos fortalecer la educación ambiental e indirectamente fomentar el respeto al medio ambiente de la diversidad del sector y que la comunidad sea partícipe».
Las buenas intenciones de estos chicos se traducen en que cada dos semanas visitan la reserva, donde principalmente desarrollan limpieza. «Intentamos habilitar circuitos para que las personas y sus familias vayan a conocer la reserva».
La principal traba es cómo llegar. En consecuencia, para alcanzar el lugar se debe pasar por el vertedero con todos sus hedores; los campamentos y los perros vagos que abundan en el sector. Puede decirse que no es el mejor tour, pero si se quiere conocer la reserva es necesario hacerlo.
La idea del grupo es habilitar una entrada nueva, esquivando la entrada actual, y con esto hacer partícipe a la gente.
Los entusiastas chicos dicen que para armar la entrada, quinchos y lugares de descanso en la quebrada pretenden hacer ecoladrillos.
Los ecoladrillos se hacen con botellas de plástico que se llenan, y así van ocupando espacio de lo que se quiere construir.
Daniel dice que darán todo para recuperar la reserva. «Una encuesta nos reveló que los antofagastinos no tienen idea de este lugar; quizás por esto la zona se presta para estas tonteras: malos actos, ritos satánicos y sacrificio de animales. Nosotros hemos visto muchos perros muertos, recién muertos.

Neonazis
Un sábado por la mañana, mientras los chicos ecologistas subían por la quebrada se cruzaron con un grupo de neonazis.
Alan recuerda que los tipos ni los miraron. Ellos tampoco quisieron preguntar.
Les llamó la atención que los neonazis portaran palos y otros elementos que pueden considerarse como armas.
A la conclusión que llegaron todos los ecologistas, fue que estos personajes poco amistosos mantienen un campo de entrenamiento en el sector. Luego hallaron vestigios del lugar.
26 de octubre de 2012
©estrella de antofagasta

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