[Washington, Estados Unidos] [Pese a la reducción de la lista de asesinatos selectivos.]
[Greg Miller] La CIA está instando a la Casa Blanca para que apruebe una significativa ampliación de la flota de drones equipados con armas de la agencia, una medida que extendería la transformación del servicio de espionaje en una fuerza paramilitar, un desarrollo que ya lleva diez años, dijeron funcionarios estadounidenses.
La propuesta del director de la CIA, David H. Petraeus, reforzaría la campaña de la agencia para mantener su campaña de letales ataques en Pakistán y Yemen y le permitiría, si se le ordenara, enviar aviones a emergentes amenazas de al Qaeda en África del Norte u otras zonas conflictivas, dijeron funcionarios.
Los funcionarios dijeron que si se aprueba, la CIA podría agregar hasta diez drones a su inventario que ha variado de treinta a treinta y cinco en los últimos años.
El resultado tiene amplias implicaciones para la política de contraterrorismo y si la CIA vuelve poco a poco a ser una organización dedicada principalmente al recabamiento de inteligencia, o sigue siendo un actor central en el asesinato selectivo de sospechosos de terrorismo en el extranjero.
En el pasado, funcionarios del Pentágono y otros departamentos han expresado su preocupación por el creciente arsenal de la CIA y su participación en operaciones letales, pero un alto funcionario de Defensa dijo que el Pentágono no se había opuesto al plan actual de la agencia.
Funcionarios de la Casa Blanca, la CIA y el Pentágono se negaron a comentar la propuesta. Funcionarios que hablaron sobre el asunto lo hicieron a condición de conservar el anonimato, mencionando su carácter sensible
Un funcionario estadounidense dijo que la petición refleja una preocupación de que la inestabilidad política en Oriente Medio y África del Norte ha creado nuevas oportunidades para al Qaeda y sus aliados.
“Lo que pasó en Libia, nos ha hecho darnos cuenta de que estos lugares se van a caldear”, dijo el funcionario, refiriéndose al ataque el 11 de septiembre contra la avanzada diplomática estadounidense en Bengasi. No se ha decidido todavía sobre el uso de drones equipados de la CIA en estas regiones, pero los funcionarios han empezado a planear las contingencias. “Creo que en realidad lo estamos esperando”, dijo el funcionario.
Funcionarios de la Casa Blanca están particularmente preocupados sobre la emergencia de una organización asociada a al Qaeda en África del Norte, que ha obtenido armas y ganado territorio después del colapso de los gobiernos en Libia y Mali. Con el fin de reforzar la vigilancia de la región, Estados Unidos se ha visto obligado a depender de pequeños turbohélices desarmados disfrazados de aviones privados.
Entretanto, la campaña de ataques con aviones no tripulados estadounidenses se ha intensificado. Funcionarios yemeníes dijeron que un ataque el jueves –el 35 del año- , mató al menos a siete militantes asociados a al Qaeda cerca de Jaar, una ciudad al sur de Yemen controlada previamente por al Qaeda en la Península Arábica, como se conoce a la filial de la organización terrorista.
La propuesta de la CIA tendría que ser evaluada por un grupo dirigido por el asesor de contraterrorismo del presidente Obama, John O. Brennan, dijeron funcionarios.
El grupo, que incluye a altos funcionarios de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado y otras agencias, está implicado directamente en la decisión de qué presuntos militantes de al Qaeda deben ser agregados a la lista negra [de asesinatos selectivos]. Pero ex y actuales funcionarios dijeron que el grupo también juega un rol menos conocido en la asignación de fondos, incluyendo si la CIA o el Departamento de Defensa toman posesión de los nuevos drones.
“Tienes que dar a conocer tus necesidades y el sistema tiene que aceptar que tus necesidades perjudiquen a otros”, dijo un ex alto funcionario que participó en las deliberaciones. “A veces se pelean por la comida”.
El gobierno ha fomentado la colaboración entre la CIA y las operaciones militares contraterroristas, contribuyendo a borronear sus roles tradicionales. En Yemen, la CIA toma prestado rutinariamente aviones del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las fuerzas armadas para realizar sus ataques. El comando conjunto participa crecientemente en actividades de espionaje.
La petición de la CIA para operar con más aviones no tripulados indica que Petraeus se ha convencido de que hay límites a los que comparten ciertos programas y que la agencia debe controlar totalmente un mayor número de aviones.
La flota de las fuerzas armadas estadounidenses parece pequeña al lado de la de la CIA. Un informe del Pentágono emitido este año contó 246 Predators, Reapers y Global Hawks solamente en el inventario de la Fuera Aérea, con cientos de otros aviones pilotados por control remoto distribuidos entre el ejército, la armada y los marines.
Petraeus, que tenía el control de gran parte de esas flotas cuando era el comandante de las fuerzas norteamericanas en Iraq y Afganistán, ha tenido que adaptarse a una escala diferente de recursos en la CIA, dijeron funcionarios. El presupuesto de la agencia ha empezado a estrecharse, después del aumento de dos dígitos durante gran parte de los últimos diez años.
“No está acostumbrado a los presupuestos limitados”, dijo un funcionario de la Cámara estadounidense. En sesiones en el Capitolio, Petraeus a menudo se maravilla del papel de la agencia en relación con sus recursos, diciendo: “Lo hacemos bien si se considera el poco dinero que tenemos”. El funcionario se negó a hacer comentarios sobre si Petraeus había solicitado drones adicionales.
Al principio de su mandato en la CIA, Petraeus se vio obligado a una intervención de emergencia en el inventario de los drones equipados del inventario de la agencia. Para intensificar la cacería de Anwar al-Awlaki, un clérigo musulmán nacido en Estados Unidos vinculado a atentados terroristas de al Qaeda, Petraeus trasladó varios drones de la CIA de Pakistán a Yemen. Tras el asesinato de Awlaki en un ataque con un avión no tripulado, el drone fue retornado a Pakistán, según informaron funcionarios.
El número de ataques en Pakistán cayó de 122 hace dos años a cuarenta este año, de acuerdo a la Fundación Nueva América. Pero funcionarios dijeron que la agencia no ha reducido sus patrullajes allá, pese al asesinato de Osama bin Laden y al menguante número de objetivos.
La agencia continúa buscando al sucesor de bin Laden, Ayman al-Zawahiri, y ha realizado decenas de ataques contra la red Haqqani, la organización terrorista responsable de los ataques contra tropas estadounidenses en Afganistán.
La CIA también mantiene una flota aparte, más pequeña, de aviones de reconocimiento furtivos. Los drones furtivos fueron utilizados para vigilar el recinto de bin Laden en Abbottabad, Pakistán. Su uso de vuelos de vigilancia sobre las instalaciones nucleares de Irán quedó al descubierto cuando uno de los aviones se estrelló en ese país el año pasado.
Cualquiera decisión de aumentar el alcance de la flota de drones equipados con armas de la CIA requerirá probablemente que la agencia habilite bases secretas adicionales. La agencia depende de pilotos militares estadounidenses para pilotar los aviones desde bases en el sudoeste de Estados Unidos, pero se ha mostrado reticente a compartir con el Departamento de Defensa las pistas de aterrizaje en el extranjero.
Los Predators de la CIA que son usados en Pakistán despegan desde pistas a lo largo de la frontera con Afganistán. La agencia inició una base secreta en la Península Arábica cuando empezó sus vuelos sobre Yemen, pese a que los aviones del Comando Conjunto de Operaciones Especiales despegan desde una instalación diferente en Djibouti.
[Karen DeYoung contribuyó a este reportaje.]
6 de noviembre de 2012
18 de octubre de 2012
©washington post
cc traducción c. lísperguer