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[Los Angeles, California, Estados Unidos] [Los Angeles considera prohibir los espectáculos con elefantes.]

[Ian Lovett] El ayuntamiento de Los Angeles está determinado a prohibir dentro de los límites de la ciudad el uso de elefantes en espectáculos circenses después de presiones de activistas animalistas que han condenado durante décadas, por violentos y crueles, los métodos utilizados para adiestrar y transportar a los elefantes.
Si el Consejo del Ayuntamiento adopta la prohibición a principios del próximo año, Ringling Brothers, el circo más antiguo que opera en el país, será excluido de la segunda ciudad del país a menos que sus dueños acepten abandonar uno de sus números característicos.
“El trato dado a los elefantes en los circos itinerantes es una de las prácticas más crueles, y es hora de que los defendamos”, dijo Paul Koretz, concejal que patrocina la prohibición. Koretz predijo que una vez que Los Angeles prohíba los circos con elefantes, otras ciudades seguirán el ejemplo. “En algún momento, estos espectáculos serán prohibidos en todo el país”, dijo.
El movimiento para prohibir los espectáculos con elefantes, que hasta hace poco no había avanzado demasiado en el país, podría tener ahora un punto de apoyo en California del Sur, una región que ha emergido como un centro de leyes de protección animal de todo tipo. (Es ilegal que los dueños de mascotas amputen (desungulación) las garras a sus gatos, mientras que en el vecino West Hollywood el gobierno municipal ha definido oficialmente a las mascotas como “animales de compañía” y a sus dueños como “tutores”).
Seis ciudades del California del Sur ya han prohibido los circos con elefantes, más que en cualquier otro estado, de acuerdo a organizaciones animalistas. Además, el último año, el Zoo de Santa Ana y la Feria del Condado de Orange han ambos dejado de ofrecer paseos en elefante.
Ringling Brothers se ha defendido, alegando que el trato que da a los elefantes, tigres y otros animales es humano, y mencionando las frecuentes visitas de inspección del Ministerio de Agricultura como prueba de que los animales reciben un trato ejemplar.
Pero la guerra sobre si debería permitirse que los elefantes actúen en espectáculos itinerantes muestra que se trata sólo parcialmente de cómo son tratados: una especie en peligro, los elefantes asiáticos son parte de un debate más amplio sobre cómo y si los humanos deberían interactuar con animales silvestres.
Los domadores de elefantes dicen que dejar que la gente interactúe con los elefantes hace más probable que apoyen proyectos conservacionistas.
“Ver a los animales de cerca es una de las principales razones de porqué viene la gente al circo Ringling Brothers”, dijo Stephen Payne, portavoz de Feld Entertainment, que compró Ringling Brothers en 1967. “Las organizaciones animalistas rechazan la interacción humano-animal, independientemente de lo bien cuidados que estén los animales”.
Los elefantes han sido adiestrados para trabajar con humanos desde hace miles de años, antes de que se convirtieran en elementos de circos y ferias itinerantes (sólo pregúntenle a Aníbal). Inteligentes y normalmente dóciles, los elefantes pueden aprender trucos como pararse de cabeza para entretener a los niños.
Pero la presión sobre los circos para que abandonen los números animales ha ido creciendo firmemente a medida que los activistas libran campañas para convencer a la opinión pública de que es cruel hacer recorrer a los animales el país una y otra vez para que actúen para audiencias.
Las organizaciones animalistas han criticado las condiciones en que se mantiene a los animales, ofreciendo lo que dicen que son pruebas claras de malos tratos, entre estas videos filmados clandestinamente de domadores golpeando a los elefantes en la cabeza con un gancho uno de cuyos extremos es curvo y afilado, que se usa para adiestrar y someter a los elefantes.
Algunas organizaciones, como People for the Ethical Treatment of Animals, quieren prohibir los animales no solamente en circos, sino también en zoológicos, aunque estos animales no viajen en vagones ni deban actuar.
“Para los circos, las ganancias son siempre la primera prioridad”, declaró Lindsay Rajt, portavoz de PETA. “Cada vez que se usa a animales para generar rentas, se cercena su bienestar, porque este no es prioritario”.
Incluso la gente que no participa activamente en el movimiento animalista entiende este argumento.
Rebecca Goldstein, vecina de Los Angeles, dijo que sería una lástima que no pudiera llevar a sus hijos a un circo con animales, como los que ella conoció de niña.
“Pero si el modo en que los están tratando es inhumano”, dijo la señora Goldstein, 29, “prefiero llevarlos a espectáculos con gente”.
Más de una docena de países han prohibido al menos algunos animales silvestres en espectáculos con público. Varios importantes circos estadounidenses han sacado voluntariamente a animales de sus espectáculos, concentrándose en su lugar en acrobacias humanas, mientras que los zoológicos, incluyendo el Zoo de Los Angeles, han dejado de usar el gancho con que se somete a los elefantes.
Pero el impulso de ver a los elefantes desde cerca ha sido una fuerza difícil de superar. Las denuncias para obligar a Ringling Brothers a abandonar los números con elefantes han sido desechadas. Sólo algunas ciudades pequeñas han adoptado prohibiciones propias.
Cerca de diez millones de personas en todo el país visitaron los circos Ringling Brothers en 2012, de acuerdo a Feld Entertainment, entre ellas cien mil de Los Angeles.
Pese a la continuada popularidad de los espectáculos con elefantes, empero, algunos domadores de elefantes temen que su trabajo sea pronto prohibido.
Kari Johnson, co-propietaria de Have Trunk Will Travel, una compañía que adiestra y arrienda elefantes para espectáculos, incluyendo películas de Hollywood, dijo que el fin de los paseos en elefante en el condado de Orange ha perjudicado a la industria. Una prohibición en Los Angeles sería la ruina.
“Creo que si no ocurre algo drástico, seremos la última generación que adiestrara a elefantes”, dijo Johnson, cuyo padrastro también era un domador de elefantes. “La gente adora a los elefantes porque pueden subirse a ellos para dar un paseo”.
26 de diciembre de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer

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