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[Estados Unidos] [Con nuevo procedimiento propuesto por el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, más pollos podrían ser hervidos vivos. Pero para evitar el sufrimiento animal, la mejor opción sigue siendo dejar de comerlos.]

[Piper Hoffman] En los mataderos de aves de corral, los pollos pasan zumbando frente a los operarios a un velocidad de 35 por minuto por inspector, que les cortan algunas partes. En una de las estaciones se les cercena la garganta, de modo que parece irrelevante para los pollos a qué velocidad va la cadena de producción, excepto que algunos de ellos están todavía conscientes.
Ahora el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) se está preparando para implementar una norma que aumentaría la velocidad a 175 pollos por minuto por inspector. Los inspectores tendrán menos tiempo para examinar a las aves, lo que quiere decir que “los empleados de las plantas remplazarán a los inspectores del gobierno federal para ciertas actividades de inspección”. En otras palabras, los mataderos deberán fiscalizarse a sí mismos de un modo bastante significativo.
United Poultry Concerns describe el proceso de faenado. Los pollos entran en la cadena de faenado donde un operario los cuelga cabeza abajo por las patas (o de una sola pata; cuando las cosas van tan rápido es difícil ser muy meticuloso) de una cinta transportadora.
Luego son pasados por agua electrificada. Esto no los mata ni los aturde y tampoco es la intención. El propósito es paralizarlos de modo que no obstaculicen el resto del proceso.
Después de esto las aves llegan a la sección o al operario que las degüella. El modo más rápido de matarlas aquí es cercenar las dos arterias carótidas, lo que provoca la pérdida de conciencia en dos minutos. Eso no siempre ocurre. Las carótidas se encuentran debajo de los músculos del cogote de las aves, así que las cuchillas a veces no las encuentran y en lugar de eso cortan una vena yugular, lo que deja a las aves conscientes y sufriendo durante ocho minutos. Las aves son entonces colgadas durante noventa segundos para que se desangren.
La siguiente operación es el tanque de escaldado. Los pollos son sumergidos en agua hirviendo para sacarles las plumas. En esta fase, muchos de ellos están todavía conscientes y son cocidos vivos.
Algunas aves tuercen sus cabezas hacia arriba para evitar la máquina degolladora. Los operarios de los mataderos llaman a estas aves conscientes “pieles rojas” porque están todavía llenas de sangre cuando son sumergidas en el agua. En un año del que el gobierno conserva las estadísticas, se sumergieron en los tanques de escaldado tres millones 121 mil 617 aves.
Luego de esto empieza el proceso de desmembramiento.
Acelerar el proceso, como piensa hacer el USDA, hará más difícil cortar las dos arterias carótidas, lo que dejará a más aves conscientes. Si se reduce el tiempo del desangramiento, todavía más aves serán cocidas vivas.
Si la nueva velocidad es humanitaria no es un criterio relevante para la decisión del USDA. No existe ninguna ley federal que proteja a las aves durante el faenado, lo que permite que sea el propio ministerio el que tome decisiones que basa en consideraciones sobre los costes. La agencia “calcula que los cambios ahorrarán a los contribuyentes noventa millones de dólares en tres años y 256 millones de dólares en costes de producción al año”.
Algunos creen que reducir el tiempo que tienen los inspectores para examinar a las aves pondrá en peligro la oferta de alimentos. McClatchy escribe:
“Los inspectores federales de aves de consumo protestan que no pueden ser los cardenales, ampollas, tumores, pus, huesos rotos y otros signos de aves contaminadas cuando sus cadáveres zumban frente a ellos a una velocidad de un tercio de segundo. No pueden mirar dentro de las aves para extraer la bilis, alimentos a medio digerir o excrementos, ni examinar las entrañas para controlar síntomas de enfermedades como la gripe aviar –contaminantes que según los inspectores pueden ser en el mejor de los casos desagradables y, en el peor, peligrosos.
“La normativa gira constantemente sobre el dinero que se ahorrará en las plantas procesadoras con este proceso”, dijo Stan Painter, presidente del Consejo Nacional Conjunto de Inspectores de Alimentos [National Joint Council of Food Inspection Locals], un sindicato que representa a cerca de seis mil inspectores federales. “¿Por qué razón está la agencia preocupada del dinero que va a ahorrar la planta? Entiendo que ese puede ser el punto de vista de un accionista, pero nuestro interés debería concentrarse en la seguridad de los alimentos”.
Acelerar el proceso de faenado probablemente redundará no sólo en que las aves sufran más que ahora, sino que además aumentará la posibilidad de que la gente que las coma ingiera contaminantes y enferme.
También hará que los operarios corran un mayor riesgo de lesiones. Es por esto que una “coalición de organizaciones de consumidores, de trabajadores, de funcionarios de la salud pública y de derechos civiles ha llamado” al USDA a no aprobar la nueva normativa. De acuerdo a la coalición, “el 59 por ciento de los operarios de plantas procesadoras de aves de corral adquirieron el síndrome del túnel carpiano cuando la velocidad de la cadena fue de 70 a 91 aves por minuto”. Estos números sólo aumentarán si las cintas se mueven más rápido.
Acelerar las cintas transportadoras en los mataderos de aves de corral aumentará el sufrimiento de las aves, reducirá la seguridad de la carne y aumentará la probabilidad de que los operarios sufran lesiones. Usted puede pedir al USDA que no adopte esta normativa, firmando esta petición.
27 de diciembre de 2012
18 de diciembre de 2012
©care2
cc traducción c. lísperguer

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