[Prolífico y versátil actor de carácter.]
[Robert Berkvist] Charles Durning, que venció la pobreza, traumas del campo de batalla y una persistente inseguridad, se convirtió en una aclamado actor de carácter, sea en el teatro como Big Daddy en ‘La gata sobre el tejado de zinc’ [Cat on a Hot Tin Roof] o en el cine como el solitario viudo perdidamente enamorado de Dustin Hoffman en su papel de travesti en ´Tootsie’, murió el lunes en su cas en Manhattan. Tenía 89 años.
Su hija Michele Durning confirmó su muerte.
Charles Durning puede haber sido un nombre poco conocido, pero con sus marcados rasgos y corpulencia era una presencia familiar en el cine, la televisión y el teatro estadounidenses, aunque era a menudo eclipsado por las estrellas principales.
Con Paul Newman y Robert Redford como estafadores, Durning fue un poli corrupto en la película ‘El golpe’ [The Sting]; con Nick Nolte en el papel estelar, fue un dedicado ayudante de un entrenador de fútbol americano en ‘El final de un campeón’ [North Dallas Forty] (1979); a la sombra de Robert De Niro, fue un hipócrita corredor de poder en ‘Confesiones verdaderas’ [True Confessions] (1981).
Su aspecto de tipo corriente le privó de papeles principales, pero no lo encasilló. Podía ser arisco y agresivo o amable y divertido. En la comedia ‘Tootsie’ (1982) fue un poco de cada cosa, el desprevenido padre de Jessica Lange que se enamora de un actor de televisión disfrazado de mujer.
No es sorprendente que las dos nominaciones de Durning a un Oscar fueron por papeles secundarios, como un escurridizo gobernador en el musical ‘La casa más divertida de Texas’ [The Best Little Whorehouse in Texas] (1982) de Burt Reynolds y Dolly Parton, y como un lascivo coronel nazi en el remake de ‘Soy o no soy’, de 1983, con Mel Brooks y Anne Bancroft.
Sus actuaciones en televisión fueron voluminosas, desde apariciones como actor invitado hasta roles importantes en películas para la televisión. Fue un actor habitual de ‘La familia Newton’ [Evening Shade], la serie de los años noventa con Burt Reynolds en el papel estelar, y ‘First Monday’, una breve serie de 2002 sobre la Corte Suprema. Tuvo un rol recurrente como sacerdote en ‘Todo el mundo quiere a Raymond’ [Everybody Loves Raymond] y como el ex bombero y padre de Tommy (Denis Leary) en la serie sobre un cuartel de bomberos ‘Rescátame’ [Rescue Me]. En total, Durning recibió nueve nominaciones a un Emmy, aunque nunca ganó el trofeo.
Su rol como Big Daddy, el abusador y moribundo dueño de plantación en un revival de ‘La gata sobre el tejado de zinc’, de Tennessee Williams, en Broadway en 1990, le reportó un Tony Award al mejor actor teatral. Frank Rich, entonces crítico de teatro del New York Times, comparó su actuación con “el final de un volcán escupiendo lava por última vez”. ‘La gata’ fue el primer éxito de Durning en Broadway desde 1972, cuando cosechó elogios como el alcalde de una pequeña localidad que quiere ser relegido en ‘Cuando fuimos campeones’ [That Championship Season], el drama de Jason Miller sobre la reunión de un equipo de baloncesto de una escuela secundaria que fue galardonado con un Tony.
Apareció luego en un par de breves producciones de Broadway en 1973 –‘Boom Boom Room’, de David Rabe, y ‘Au Pair Man’, de Hugh Leonard, en la que fue uno de los actores principales con Julie Harris- y, tres años más tarde, en la comedia ‘Knock Knock’, de Jules Feiffer.
Pese a su éxito, Durning libró batalla consigo mismo toda la vida.
“No tengo la confianza que tienen los actores”, dijo al diario Toronto Star en 1988. Cuando le preguntaron qué pensaba de su imagen, dijo: “¿Imagen? No tengo”. Más tarde dijo a la Pittsburgh Post-Gazette que lo dominaba “el miedo –miedo a no ser reconocido por tus colegas”.
Charles Edward Durning nació en el seno de una familia pobre el 28 de febrero de 1923 en Highland Falls, Nueva York, un pueblo a orillas del río Hudson. Su padre, James, un inmigrante irlandés, había quedado afectado por el gas mostaza y perdido una pierna en la Primera Guerra Mundial y murió cuando Charles tenía dieciséis. Charles era el último de diez hermanos, y cinco de sus hermanas murieron de viruela y escarlatina durante la infancia, tres de ellas en un lapso de dos semanas.
No fue nunca un buen estudiante y dejó la escuela para marcharse finalmente a Pensilvania, decidiendo que su madre, Louise, lavandera en la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, podría sobrevivir mejor con una boca menos. Trabajó como jornalero y tuvo otros trabajos de poca importancia antes de mudarse a Buffalo, donde también trabajó como acomodador en un cabaret.
Una noche, un comediante que se embriagaba frecuentemente, no se apareció para el espectáculo y Durning, que había memorizado sus chistes, convenció al gerente de dejarlo ocupar su lugar. Logró sacar “risas”, contó más tarde, y quedó “enganchado” con el mundo del espectáculo. Debutó más tarde en el teatro en Buffalo.
Entonces estalló la Segunda Guerra Mundial y se enroló en el ejército. Sus experiencias de combate fueron horrorosas. Fue uno de los primeros soldados en el desembarco en la playa de Omaha en el Día D y el único sobreviviente de su unidad cuando esta fue emboscada por una ametralladora. En Bélgica fue apuñalado en un combate cuerpo a cuerpo con un soldado alemán, al que golpeó con una piedra hasta matarlo. Cuando peleaba en la Batalla de las Ardenas, él y su compañía fueron capturados y obligados a marchar a través de un bosque de pinos en Malmedy, el escenario de una infame masacre en la que los alemanes abrieron fuego contra casi noventa prisioneros. Durning fue uno de los pocos que pudo escapar.
Hacia el final de la guerra había recibido la Estrella de Plata al valor y tres Corazones Púrpuras, y había sufrido heridas de bala y metralla. Pasó meses en hospitales y fue tratado por traumas adquiridos durante la guerra.
Después de la guerra, todavía afectado mentalmente, Durning “cayó en un vacío durante casi una década” antes de decidir estudiar actuación en la Academia Americana de Arte Dramático de Nueva York, según contó a la revista Parade en 1993. La academia lo desvinculó antes del fin de año. “Básicamente me dijeron que no tenía talento y que no podría aprenderlo ni aunque la academia fuera gratis”, contó al Times en 1997.
Peregrinó de trabajo en trabajo, desde portero hasta lavaplatos y taxista. Boxeó profesionalmente durante un tiempo, repartió telegramas y enseñó a bailar en un salón de baile, y conoció a su primera mujer, Carole, en un estudio de Arthur Murray. De vez en vez conseguía algún rol secundario en teatro.
Su gran oportunidad se produjo en 1962, cuando Joseph Papp, fundador del Teatro Público y del Festival de Shakespeare de Nueva York, lo invitó a una audición. Fue el principio de una larga asociación con Papp, que a menudo lo incluyó en los repartos, a menudo como payaso, en 35 obras, muchas de ellas de Shakespeare.
Durning prefería el teatro al cine, y trabajó en ‘The World of Günter Grass’, en ‘Happiness Cage’ (de Dennis J. Reardon) y en ‘On Golden Pond’ (de Ernest Thompson), entre otras obras.
Su trabajo en ‘Cuando fuimos campeones’, producida primero en Teatro Público, fue dirigida por el director George Roy Hill que contrató a Durning para el papel de un corrupto teniente de policía en ‘El golpe’. Dos años después fue un asediado negociador de secuestros de la policía enfrentándose a un maníaco asaltante de bancos (Al Paccino) en la celebrada ‘Tarde de perros’ [Dog Day Afternoon], de Sidney Lumet.
Los años setenta y ochenta fueron fructíferos. Durning recibió nominaciones al Emmy por papeles secundarios en la mini-serie ‘Captains and the Kings’ (1976), en el drama carcelario ‘Attica’ (1980) y en la producción de CBS de ‘Death of a Salesman’ [Muerte de un viajante] (1985), en la que fue Charley, el simpático vecino de Willy Loman (Dustinn Hoffman). También fue nominado por su actuación estelar como un cartero que corteja a una viuda (Maureen Stapleton) en la película para la televisión ‘Queen of the Stardust Ballroom’, de 1975.
En 1977 fue un presidente de Estados Unidos secuestrado por militares parias en la película ‘Alerta: Misiles’ [Twilight’s Last Gleaming], de Robert Aldrich. Entre sus otros numerosos roles se incluyen el del Jefe Brandon en la original ‘Dick Tracy’ (1990) de Warren Beatty, el amable padre de Holly Hunter en ‘A casa por vacaciones’ [Home for the Holidays] (1995) y, en un par de películas de los hermanos Coen, como un industrial suicida en ‘El gran salto’ [The Hudsucker Proxy; El apoderad Hudsucker] (1994) y como un arisco gobernador sureño en ‘¿Dónde estás, hermano?’ [O Brother, Where Art Thou?] (2000).
Trataba de trabajar en al menos una obra al año. En 1996 libró un duelo en tribunales con George C. Scott en el revival en Broadway de ‘Inherit the Wind’, la obra de Jerome Lawrence y Robert E. Lee basada en la farsa judicial de los Scopes en 1925. Durning fue el procurador, un personaje basado en William Jennings Bryan, y Scott, en su último rol en Broadway, fue el abogado defensor, representando a Clarence Darrow.
Al año siguiente Durning tuvo el papel estelar, con Julie Harris, en un revival en Broadway de ‘The Gin Game’, la obra de D.L. Coburn (que ganó un Pulitzer) sobre dos residentes de un asilo cuyo juego de naipes se convierte en una guerra de voluntades. En 2000, en un revival retitulado ‘Gore Vidal’s The Best Man’, fue un achacoso ex presidente que trata de mediar en una lucha por el poder entre dos candidatos. En 2002 apareció con Al Pacino en una producción Off Broadway de ‘Resistible Rise of Arturo Ui’ [El resistible ascenso de Arturo Ui]. En 2005 en el Lincoln Center fue el senil padre de una profesora universitaria (Dianne Wiest) en ‘Third’, de Wendy Wasserstein.
Siguió actuando prácticamente hasta su muerte. ‘Scavenger Killers’, un thriller policial en el que trabaja con Eric Roberts y Robert Loggia, será estrenado el próximo año.
El primer matrimonio de Durning, con Carole Doughty, terminó en divorcio; se separó de su segunda mujer, Mary Ann Amelio. Además de su hija Michele, le sobrevive otra hija, Jeanine Durning, y un hijo, Douglas, todos de su primer matrimonio.
En 2008 el Sindicato de Actores de Cine otorgó a Durning su Premio a la Trayectoria, como si para disipar las dudas que había abrigado sobre el reconocimiento de sus colegas. Y en 2007, la Academia Americana de Arte Dramático, la escuela que lo había rechazado hace tanto tiempo, creó una beca en su honor y el de otros dos alumnos, Anne Bancroft y Gena Rowlands.
Durning fue también recordado por su hoja de servicio en la guerra, tema que evitó discutir en público hasta tarde en su vida. Habló en ceremonias de conmemoración en Washington y en 2008 Francia le otorgó la Orden Nacional de la Legión de Honor.
En la entrevista en la revista Parade, recordó su combate cuerpo a cuerpo. “Estaba cruzando un campo en alguna parte de Bélgica”, contó. “Un soldado alemán corrió hacia mí con una bayoneta. No debe haber tenido más de catorce o quince años. No vi al soldado. Vi al niño. Pese a que me iba a atacar, no pude dispararle”.
Lucharon, contó más tarde –y fue apuñalado siete u ocho veces- hasta que finalmente cogió una piedra y la usó como arma. Después de matar al chico, dijo, lo tomó en sus brazos y lloró.
Durning dijo que esos recuerdos nunca lo dejaron, incluso cuando actuaba, incluso cuando se convertía, aunque fuera brevemente, en otro.
“Todos tenemos muchos secretos, en lo más profundo de nuestra alma, cosas que no queremos que nadie sepa”, dijo a Parade. “Hay terror y repulsa en nosotros, una cosa terrible sobre la que no queremos hablar. Esas cosas que nadie sabe, cosas horribles que guardamos en secreto y de cuyo peso nos liberamos a través de la actuación”.
[Richard Severo y Margalit Fox contribuyeron al reportaje].
8 de enero de 2013
26 de diciembre de 2013
©new york times
cc traducción @lisperguer