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[Estados Unidos] [Las campañas publicitarias de los fabricantes de armas atraen a mentes débiles y permiten que armas mortíferas caigan en las manos equivocadas. Editorial NYT]

Adam Lanza mató a tiros a veinte niños y seis adultos en la Escuela Básica Sandy Hook en Newtown, Connecticut, usando un rifle semiautomático de estilo militar fabricado por Bushmaster. La semana pasada William Spengler Jr. usó el mismo tipo de rifle Bushmaster para matar a dos bomberos en Webster, Nueva York. Los francotiradores de Washington, John Allen Muhammad y Lee Boyd Malvo, también usaron un Bushmaster en una balacera que mató diez personas en 2002.
Los rifles Bushmaster no son de ninguna manera las únicas armas de asalto preferidas por los asesinos en masa (el asesino de Aurora utilizó un Smith & Wesson), pero la repetida presencia de la marca en incidentes homicidas refleja la enorme popularidad de Bushmaster en el mundo de las armas, el resultado de una exitosa campaña de marketing dirigida a poner la potencia de fuego militar y el machismo en manos de civiles. Los dueños de armas hablaban en el pasado de la necesidad de la protección personal y de la caza deportiva, pero campañas publicitarias descontroladas como la de Bushmaster han remplazado revólveres y escopetas por fantasías paramilitares extremadamente mortíferas.
Las armas, algunas de las cuales vienen camufladas y de color caqui, rebosan de elementos que sólo son útiles para los soldados de infantería o para operaciones de fuerzas especiales. Un supresor de flash en un extremo del cañón hace posible disparar en la noche sin producir ningún destello. Los cargadores rápidos permiten recargar fácilmente. Las fundas de los cañones posibilitan un control preciso sin miedo a las quemaduras que puede causar una boca que se pone caliente después de múltiples rondas de tiros. Pero ahora cualquiera puede poseer estas armas, y millones de ellas están en manos de civiles.
“Este arma tiene algo fascinante que la hace inusualmente atractiva”, dijo a USA Today el ex presidente del Comité Internacional de Jefes de Policía para Armas de Fuego [International Chiefs of Police Firearms Committee], Scott Knight, hablando sobre los rifles Bushmaster. “Se ve como un arma de asalto y se maneja como un arma de asalto”.
El catálogo y anuncios de la empresa muestran a soldados patrullando una selva, con rifles Bushmaster a la mano. “Cuando tienes que rendir bajo presión, Bushmaster responde”, dice el texto del anuncio sobreimpuesto sobre la silueta de un soldado sujetándose el casco contra el telón de fondo de una bandera estadounidense. “Fuerzas de la oposición, inclínense. Han sido superadas por una sola persona”, dice un catálogo de 2010, promoviendo un rifle de asalto descrito como “el último sistema de armas de combate militar”. (Disponible por 2.500 dólares.)
En caso de que el mensaje fuera demasiado sutil, la empresa apeló directamente al ego masculino de sus probables clientes. “Considere como renovada su tarjeta de hombre”, dice un texto publicitario de Bushmaster (retirado de la web después de la masacre de Newtown), junto a una foto de una carabina. “Si es suficientemente buena para un profesional, es suficientemente buena para ti”.
El efecto de estas campañas de marketing sobre mentes débiles es demasiado obvio, y permite que armas letales caigan en las manos equivocadas. Pero dado su éxito económico, los fabricantes de armas aparentemente decidieron que el riesgo de una ocasional masacre es parte de los costes de hacer negocios.
9 de enero de 2013
29 de diciembre de 2012
©new york times
cc traducción ©lisperguer

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