[Estados Unidos] [Las cámaras de gas son el despiadado final para millones de perros y gatos en el país.]
[Piper Hoffman] Los refugios animales matan entre tres y cuatro millones de animales al año, y algunos de ellos lo hacen con cámaras de gas.
Leyó bien: cámaras de gas.
En la cámara, las mascotas arañan las paredes mientras sus pulmones se queman, y vomitan. Matar a un gato o perro de este modo puede tomar hasta treinta minutos (algunos perros han sobrevivido incluso después de treinta minutos).
Hace poco Pensilvania se convirtió en el “vigésimo estado en prohibir el uso de cámaras de gas en refugios animales e instalaciones de control animal”, informó el Sacramento Bee. El gobierno federal también está considerando una resolución para prohibir la cámara de gas, como informó Alicia Graef en Care2. Fue enviada en julio al comité encargado en la Cámara de Representantes.
Se cree que la inyección letal causa menos sufrimiento a las víctimas que la cámara de gas, lo que explica el creciente movimiento para ilegalizar la cámara.
La Asociación de Veterinarios de Refugios (AVS, por sus siglas en inglés) “cree que el uso de monóxido de carbono para individuos o en eutanasias animales masivas en refugios es inaceptable debido a significativos problemas humanitarios, operacionales y de seguridad”. La asociación menciona una lista de razones por las que la cámara de gas es inhumana (dejando de lado el hecho de que matar animales sanos e inocentes es un acto inhumano, como quiera que se les mate).
La Asociación Nacional de Control Animal también “condena” la cámara de gas. También lo hace la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (HSUS, por sus siglas en inglés).
Algunos refugios argumentan que otros métodos más humanos de destrucción de compañeros animales en situación de calle son demasiado caros. Al contrario, la ASV dice que los estudios han mostrado que la cámara de gas en realidad es más cara que la inyección letal, lo que también corrobora la HSUS.
Algunos dicen que no hay nada de inhumano en gasear a los animales. Juzgue usted. Pinche aquí para ver el vídeo.
Hay numerosas objeciones contra el uso del gas para matar animales, explica la ASV. Muchas de ellas tienen que ver con el hecho de que “todo lo que has inhalado debe alcanzar cierta concentración en los pulmones antes de que sea efectivo”. El tiempo que se necesita para llegar a ese grado de concentración no es conocido con exactitud y varía entre los perros, lo que puede causar varios problemas:
“Con una concentración de monóxido de carbono del seis por ciento, el tiempo promedio en perder la conciencia no ha sido determinado con precisión, ni se sabe tampoco si la vocalización y agitación que exhiben algunos perros son signos de angustia”.
“La absorción o circulación diferida del gas prolonga el tiempo que toma en provocar la pérdida de conciencia y la muerte”.
La absorción y circulación de monóxido de carbono pueden retrasarse en “animales de menos de dieciséis semanas; animales con funciones respiratorias mermadas; en animales viejos, enfermos o lesionados; y en hembras embarazadas”. Debido a que “en muchos refugios es poco probable que se conozca la edad y condición sanitaria del animal… es muy probable que ocurran eutanasias inhumanas”.
“Poner a múltiples animales en una cámara de gas… puede diluir la concentración efectiva de monóxido de carbono que recibe cada animal”, lo que puede prolongar el tiempo que les lleva perder la conciencia.
“Pequeñas filtraciones de gas pueden ocasionar concentraciones de gas inconsistentes durante la operación, lo que puede provocar angustia animal extrema y sufrimiento” antes de la muerte.
El monóxido de carbono conoce otros inconvenientes aparte del tiempo que toma que los pulmones de los animales se llenen con suficiente gas para que pierdan la conciencia:
“Poner a múltiples animales en una cámara de gas puede… asustarlos y estresarlos”.
“La pérdida de conciencia puede estar acompañada de convulsiones y espasmos musculares. No se ha establecido claramente que estas convulsiones ocurran sólo después de la pérdida de conciencia”.
“La incapacidad para mantener la cámara en condiciones aptas puede resultar en peligrosas filtraciones de gas, que se sabe que son peligrosas para otros animales”.
“El rápido suministro de gas necesario para alcanzar la concentración recomendada de monóxido de carbono del seis por ciento puede resultar en niveles de ruido que asusten a los animales”.
“La reducción de flujo de gas para bajar los niveles de ruido puede causar un retraso en alcanzar una concentración efectiva de gas”, lo que aumenta “el tiempo que se necesita para perder la conciencia”.
Las cámaras de gas también representan riesgos para los humanos que las operan.
“El mantenimiento inadecuado de la cámara de gas puede resultar en peligrosas filtraciones de gas”, que son “extremadamente peligrosas para la salud humana”.
El gas puede “causar explosiones en altas concentraciones” y ha provocado “la muerte de al menos un empleado de un refugio”.
“La exposición crónica a bajos niveles de monóxido de carbono también puede causar problemas graves para la salud humana”.
La inyección letal no representa ninguno de estos riesgos.
Los diecinueve estados que han prohibido la cámara de gas antes de Pensilvania, son Alabama, Arizona, Arkansas, California, Delaware, Florida, Georgia, Illinois, Luisiana, Maine, Maryland, Nueva Jersey, Nuevo México, New York, Oregón, Rhode Island, Tennessee, Virginia y West Virginia, de acuerdo a la HSUS.
Por favor firme la petición aquí para pedir a sus representantes en el Congreso que apoyen el proyecto que prohíbe la cámara de gas en todo el país.
12 de febrero de 2013
4 de noviembre de 2012
©care2
cc traducción @lisperguer