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[Londres, Reino Unido] [Comisión de la ONU investigará aumento de ataques con aviones no tripulados.]

[John F. Burns] Un prominente abogado derechos humanos británico dijo el jueves que una comisión de Naciones Unidas presidida por él investigará lo que llamó el “aumento exponencial” de los ataques con aviones no tripulados utilizados en operaciones antiterroristas, “con el objetivo de determinar si hay un caso plausible de asesinatos ilegales”.
El abogado, Ben Emmerson, investigador especial del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, dijo en una rueda de prensa que el estudio de nueve meses analizará “los ataques de drones y otras formas de asesinatos selectivos por control remoto”, incluyendo una amplia gama de las llamadas armas de lanzamiento a distancia en la guerra moderna, como los misiles de emplazamiento terrestre y armas similares disparadas desde aviones tripulados.
El centro de estudio inmediato, dijo Emmerson en una entrevista, serán los veinticinco ataques selectivos con drones que se han ejecutado en los últimos años en Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia y los territorios palestinos. Eso pone el foco de la comisión sobre Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, los países que han realizado ataques con drones en esas zonas, pero Emmerson dijo que la pesquisa no se concentrará solamente en Estados Unidos u otros países.
“De ninguna manera”, dijo en la entrevista. “Estados Unidos puede ser el líder del mercado en el uso de la tecnología drone, pero hay más de cincuenta país con esa tecnología, la que puede ser convertida fácilmente en un arsenal de drones activos”.
Agrego: “Esta forma de guerra llegó para quedarse, y es completamente inaceptable permitir que el mundo se deslice ciegamente hacia el precipicio sin ningún acuerdo entre los estados en cuanto a las circunstancias en las que los asesinatos selectivos con ataques de drones son legales o en las garantías necesarias para proteger a los civiles”.
En la rueda de prensa, Emmerson, co-fundador del bufete de abogados de Londres que incluye a Cherie Blair, la esposa del ex primer ministro británico, Tony Blair, dijo que la comisión evaluará los ataques con drones elegidos y los informes de que algunos de ellos causaron “bajas civiles desproporcionadas”, mientras que no representaron ningún riesgo, o muy poco, para los operadores de los aeroplanos y ofrecieron una opción de ataque relativamente barata a los países que los utilizan.
El informe subsiguiente, dijo, hará recomendaciones a la Asamblea General en Nueva York en octubre sobre “el deber de los estados de realizar investigaciones exhaustivas, independientes e imparciales” de los casos que implican bajas civiles, “con el fin de garantizar la rendición de cuentas y la reparación cuando las cosas han salido terriblemente mal”.
Cualquier intento de poner los asesinatos selectivos en el centro del escrutinio internacional probablemente se enfrentará una fuerte resistencia de parte del gobierno de Obama, que ha hecho un amplio uso de los aviones no tripulados, particularmente en las zonas fronterizas de Pakistán. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Obama mismo ha aprobado personalmente muchos de los asesinatos, que fueron ejecutados principalmente desde drones operados por la Agencia Central de Inteligencia.
En la rueda de prensa, Emmerson observó que John O. Brennan, asesor de seguridad nacional en la Casa Blanca, defendió los ataques con drones como parte del derecho de Estados Unidos a defender su seguridad nacional contra un enemigo sin estado. Pero dijo que el argumento había sido rechazado por la mayoría de los países “y por la mayoría de los abogados internacionales fuera de Estados Unidos”.
La investigación emergió de una declaración de condena de los ataques con drones emitida en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra el año pasado por un grupo de países que han criticado severamente el uso estadounidense de los drones, dirigido por China, Rusia y Pakistán. Subsecuentemente, Emmerson indignó a los funcionarios estadounidenses cuando sugirió que algunos ataques sucesivos o dobles, que implican un segundo ataque contra un objetivo a veces segundos o minutos después del primero, podían ser descritos como crímenes de guerra porque habían sido denunciados en algunos casos por haber asesinado a los familiares presentes en el funeral de las personas asesinadas en el primero, o a líderes tribales reunidos en sitios atacados.
Emmerson dijo que la comisión de diez miembros incluye a dos estadounidenses. Uno de ellos, Sarah Knuckey, es un abogado de derechos humanos que enseña en la Universidad de Nueva York y escribió un informe el año pasado sobre las bajas civiles causadas por ataques de Estados Unidos con aviones no tripulados en Pakistán, que mencionó “el desastroso impacto que están teniendo los ataques con drones sobre la gente que vive bajo la amenaza”. El otro, el capitán Jason Wright, es un abogado del ejército que fue uno de los abogados defensores en Bahía Guantánamo, Cuba, de Khalid Shaikh Mohammed, el profeso cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Entre los otros miembros de la comisión se incluyen dos prominentes abogados británicos, un patólogo forense británico, un juez paquistaní y activistas de derechos humanos de Yemen.
En la entrevista, Emmerson dijo que había recibido “indicios fiables de cooperación de una variedad de estados” y que se sentía “muy optimista” de que el gobierno de Obama siguiera su ejemplo, pese a su reluctancia pasada a revelar detalles de sus pesquisas sobre ataques con drones a investigadores independientes y organizaciones de derechos humanos.
19 de febrero de 2013
25 de enero de 2013
©new york times
cc traducción @lisperguer

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