[Estados Unidos] Miles de millones de dólares y decenas de años gastados en crueles, inútiles y estúpidos experimentos con ratones –como escaldándolos con agua hirviendo para ver sus reacciones ante un antinflamatorio. La escandalosa y bizarra realidad de los laboratorios de experimentación médica.]
[Piper Hoffman] Los ratones son los sujetos más comunes de los experimentos médicos. Durante décadas, medicamentos y tratamientos han sido probados con ratones antes de administrarlos a humanos. Pero ahora resulta que todo eso fue una pérdida de miles de millones de dólares y que la tortura y muerte de innumerables animales fue totalmente inútil.
Revolucionario Estudio
Un grupo de investigadores publicó el 11 de febrero de 2013 un estudio en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos que muestra que las reacciones de los ratones ante enfermedades inflamatorias no tienen nada en común con las reacciones humanas. De hecho, cuando se comparan las respuestas de las dos especies, “los resultados parecen ser aleatorios”.
Algunas de las diferencias, comentadas por CBS News, son que los humanos tenían tres veces más genes afectados que los ratones, y los humanos mostraron respuestas genéticas hasta seis meses después de la lesión, mientras que los ratones sólo experimentaron cambios durante algunos días.
El estudio analizó “casi 150 tratamientos potenciales contra la inflamación severa” que habían sido probados en ratones en una enorme variedad de espeluznantes modos, como escaldándolos con agua hirviendo o abriéndoles el estómago “y extrayéndoles una parte importante de su flujo sanguíneo”. Todos los tratamientos experimentales de este estudio parecieron prometedores para los ratones, pero ninguno de ellos sirvió para el tratamiento de humanos.
El estudio se concentró en “tres importantes causas de muerte”, de acuerdo al New York Times: “sepsis, quemaduras y traumas”. Los autores del estudio dicen que sus hallazgos plantean la posibilidad de que otros experimentos con ratones sean igualmente inútiles, incluyendo enfermedades que afectan el sistema inmunológico, como el cáncer.
Es extraordinario que los científicos lleguen a esta conclusión solo ahora, y no hayan tomado la molestia de hacer la pregunta hace algunos miles de millones de dólares antes. Slate informa que las diferencias entre los sistemas inmunológicos y las respuestas inflamatorias entre ratones y humanos eran evidentes:
“Si tú inyectas a una persona con un bolo de bacteria, la persona podría tener fiebre. Su ritmo cardíaco subiría, y su respiración empezaría a acelerarse. Si no se la atiende, corre el riesgo de que su cuerpo sucumba a la inflamación, sus órganos dejen de funcionar y muera”.
Si hacemos lo mismo con un ratón de laboratorio, el animal se recupera. Para matar al ratón, “hay que aumentar la dosis en varios millones de veces”.
Uno podría pensar que eso debería haber llamado alertando a los científicos de que estaban llamando a la puerta equivocada con su obsesión con los ratones.
Hayan estado o no al tanto de la crítica falla de su trabajo, ahora los científicos han optado por defender lo indefendible. Los autores del estudio apenas sí pudieron publicar sus hallazgos debido a que sus colegas se unieron contra ellos y sus conclusiones, las que deben haber inquietado a muchos de ellos. La respuesta de publicaciones que rechazaron el manuscrito: “Tienen que estar equivocados. No sé por qué están equivocados, pero tienen que estar equivocados”.
¿Menos Investigación Animal Ahora?
El New York Times menciona al doctor Mitchell Fink, “experto en sepsis de la Universidad de California en Los Angeles”, diciendo que el estudio (en el que no estuvo implicado) “es innovador”. El Times informó que “expertos médicos no asociados con el estudio dijeron que las conclusiones deberían cambiar el diseño de las investigaciones de algunas enfermedades en todo el mundo”.
O no. Slate concluye que “todavía no estamos en vísperas del Gran Ajuste de Cuentas con los Ratones”. Contiende que los autores del estudio mismos “no tienen interés en abandonar” a los ratones como “el modelo estándar incluso en su modesto campo de la inflamación”. Aquí no hay ningún cambio de reglas.
La razón de esta inercia es que en los últimos noventa años se ha creado una línea de ratones que son casi idénticos unos con otros. Es por eso que la línea “ha sido el tema de millones de investigaciones y será el tema de millones de investigaciones más. Ningún otro organismo modelo proporciona tanta profundidad y flexibilidad. Ninguno es tan brillantemente eficiente”.
Los autores del estudio hacen un modesto llamado al cambio: “les gustaría subir el nivel de los estudios con ratones diseñados para curar enfermedades humanas pidiendo a los colegas mostrar, antes que nada, que cualquiera sea el gene o molécula presente en animales, también se aplica a humanos. Este vital paso ha sido ignorado durante mucho tiempo”.
Es asombroso: los científicos han estado haciendo experimentos con ratones con la manifiesta intención de aplicar las conclusiones a humanos, sin siquiera corroborar si los humanos tienen los mismos genes o moléculas que las implicadas en el experimento. Es como si los científicos hubieran abandonado la curación de humanos como el objetivo de su trabajo. ¿Su misión ahora será asegurar el financiamiento para no perder sus empleos? ¿Para cosechar elogios de profesionales? ¿Para hacer ciencia por hacer ciencia?
Sea lo que sea que estén pensando, los científicos que experimentan con animales deben restringirse. Por “brillantemente eficientes” que hayan parecido los ratones como víctimas de la vivisección, no son para nada eficientes a la hora de encontrar curas para humanos con enfermedades inflamatorias.
22 de febrero de 2013
17 de febrero de 2013
©care2
cc traducción @lisperguer
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