[Estados Unidos] [Aumento de drones en Estados Unidos provoca esfuerzos para limitar su uso por parte de la policía. En la foto, un agente de policía de Seattle, Jim Britt, con un drone en octubre. Más tarde, Seattle prohibió el uso de esos vehículos aéreos].
[Somini Sengupta] Pueden filmar imágenes de vídeo y producir mapas térmicos. Pueden ser utilizados para rastrear a delincuentes prófugos, excursionistas extraviados –o también simplemente para vigilar a manifestantes políticos. Y para departamentos de policía cortos de dinero, son más baratos que los helicópteros.
Los drones se están convirtiendo en las joyas predilectas de las autoridades policiales en todo el país. Pero han dado surgimiento a temores a la vigilancia del gobierno, incluso antes de que despeguen. Y eso ha llevado a legisladores locales y del estado, de Seattle a Tallahassee, a definir cómo pueden usados por la policía o prohibirlos enteramente.
Aunque las tecnologías de vigilancia se han hecho ubicuas en la vida estadounidense, como los dispositivos para leer matrículas de coches o cámaras para detectar coches que superan los límites de velocidad, los drones evocan una inusual incomodidad en la conciencia pública.
“Para mí, es el Hermano Mayor en el cielo”, dijo Dave Norris, concejal de Charlottesville, Virginia, condado que este mes se convirtió en la primera ciudad en el país en restringir el uso de drones. “No quiero sonar paranoico, pero estos drones están llegando y tenemos que definir algunas salvaguardas para que no se los utilice mal”.
En Charlottesville, los agentes de policía no pueden usar en casos penales evidencias obtenidas con drones, también conocidos como vehículos aéreos no pilotados. No importa que el departamento de policía de la ciudad no tenga drones, ni haya sugerido que compraría uno. La policía sí puede usar drones en otras actividades, como en operaciones de búsqueda y rescate.
Norris dijo que el advenimiento de nuevas tecnologías policiales representa nuevos dilemas para el ayuntamiento.
Charlottesville permite que la policía instale temporalmente cámaras en zonas conocidas por la presencia de vendedores de drogas, pero ha rechazado una petición de la policía de instalar cámaras a lo largo del corredor comercial en el centro de la ciudad. También ha decidido no instalar cámaras en los semáforos para detectar infractores de los límites de velocidad, como es ya habitual en otras ciudades.
“Los drones son capaces de llevar las labores de vigilancia a un nivel totalmente nuevo”, dijo Norris.
La semana pasada, el Departamento de Policía de Seattle accedió a devolver sus dos drones todavía no usados al fabricantes después de que el alcalde Michael McGinn respondiera a las protestas públicas prohibiendo su uso. El jueves, la Junta de Supervisores del Condado de Alameda en Oakland, California, escuchó la propuesta del sheriff del condado de usar fondos federales para comprar un drone de dos kilos para ayudar a sus agentes a rastrear a sospechosos, y luego escuchó a una estridente oposición del lobby anti-drone, incluyendo una organización con una cuenta en Twitter @N.O.M.B.Y., la abreviatura de Not Over My Back Yard [No por encima de mi patio trasero].
Esta semana, miembros del Congreso introdujeron un proyecto de ley que prohibiría los drones en tareas definidas como “vigilancia selectiva” de individuos y propiedades sin una orden judicial.
Una ley federal aprobada el año pasado allanó el camino para que los drones puedan ser usados comercialmente e hizo más fácil que las agencias de gobierno las puedan adquirir. El Ministerio de Seguridad Interior ofreció subsidios para ayudar a los gobiernos locales a comprarlos. Los fabricantes de drones empezaron a comercializar vehículos livianos y pequeños diseñados específicamente para tareas de vigilancia. Los drones ya estaban siendo usados para monitorear movimientos en las fronteras de Estados Unidos y por un puñado de departamentos de policía, y servicios de emergencia en todo el país están empezando a explorar sus usos.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha recibido cerca de ochenta peticiones, incluyendo algunas de la policía y otras agencias de gobierno, de autorización para operar drones, de acuerdo a una petición por la Ley de Libertad de Información presentada por la Fundación Fronteras Electrónicas, que quiere limitar su uso para tareas de vigilancia policial.
Las autoridades policiales dicen que los drones son una tecnología rentable que puede respaldar de múltiples maneras actividades policiales, como ubicar bombas, encontrar a niños extraviados, monitorear el tiempo y la vida silvestre o ayudar a los rescatistas en desastres naturales.
“En este tiempo de austeridad, estamos constantemente buscando métodos sensibles y rentable para mejorar la seguridad pública”, dijo el capitán Tom Madigan, del Departamento de Policía del Condado de Alameda. “No andamos buscando drones Predator de calidad militar. Los nuestros son llevan armas”.
De momento, los drones para uso civil funcionan con pequeñas baterías y hacen vuelos de corta distancia. En ellos, en principio, se pueden instalar varios sensores, incluyendo cámaras. Pero no existe un consenso en la ley sobre cómo se pueden usar, compartir o almacenar los datos recogidos.
Autoridades de gobiernos locales y del estado están tratando de llenar ese vacío. Mientras lo hacen, sopesan no sólo las demandas de la policía y de defensores de los derechos civiles sino también complejos asuntos jurídicos. La ley ofrece a los ciudadanos el derecho a tomar fotos en la calle, por ejemplo, del mismo modo que protege a los ciudadanos contra registros irrazonables.
Las legislaturas de los estados han propuesto medidas que permiten ciertos uso de los drones, al mismo tiempo que garantizan protección a los ciudadanos contra el fisgoneo indeseable.
Virginia es el estado que ha ido más lejos en este tema. A principios de febrero, la legislatura del estado aprobó una moratoria de dos años sobre el uso de drones en investigaciones policiales, aunque tiene que ser todavía aprobada por el gobernador.
En varios estados, las propuestas exigirán que la policía obtenga una orden de allanamiento antes de recoger evidencias con un drone.
Arizona es uno de estos. También lo es Montana. El patrocinador del proyecto allá, el senador republicano Matt Rosendale, dijo que no tenía problemas con que los drones fueran usados para otros propósitos, como combatiendo incendios forestales, pero se sentía especialmente irritado por la perspectiva de su uso en tareas de vigilancia del gobierno. Los fabricantes, agregó, estaban ofreciendo la nueva tecnología a agencias de gobierno, pero ni las leyes federales ni las locales especificaban cómo se podía usar. “La tecnología iba por delante de la ley”, dijo Rosendale.
Un legislador de Idaho, Chuck Winder, dijo que no quería restringir a la policía con la exigencia de una orden de allanamiento. Dijo que estaba pensando en una redacción que diera a la policía discreción para evaluar si había una “sospecha razonable de una conducta delictiva”.
La atención de los legisladores ha encantado a los defensores tradicionales de la privacidad. “He estado trabajando en temas de privacidad durante más de una década y rara vez vemos tanto interés en una amenaza a la privacidad que yace en gran parte en el futuro”, dijo Jay Stanley, analista de política de la Unión Americana de Libertades Civiles en Washington. “Los drones son una amenaza concreta e instantáneamente comprensible contra la privacidad”.
El contraargumento ha provenido de un grupo industrial, la Asociación Internacional de Sistemas de Vehículos No Pilotados (Association for Unmanned Vehicle Systems International; AUVSI) que minimiza los temores sobre un espionaje generalizado. Los drones a la venta para uso civil, dijo, no se parecen en nada a los vehículos aéreos armados de capacidad militar utilizados en guerras en el extranjero.
“Son otro arma en el juego de herramientas de la policía”, dijo Gretchen West, el vicepresidente ejecutivo del grupo. “No estamos hablando de vehículos grandes para vigilar zonas extensas”.
La FAA está redactando reglas sobre cómo emitir licencias para drones. El jueves, anunció la creación de seis sitios en todo el país donde se pueden poner a prueba drones de varios tipos. Presionado por organizaciones de activistas, dijo que pediría que el público hiciera comentarios sobre la protección de la privacidad en esos sitios.
La agencia calcula que el mercado de drones global podría crecer a noventa mil millones de dólares en los próximos diez años.
24 de febrero de 2013
16 de febrero de 2013
©new york times
cc traducción @lisperguer