[Guionista que estuvo en la lista negra del gobierno de Estados Unidos. Collins terminó delatando a sus compañeros ante el anticomunista Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara. Prosiguió así su carrera, que se extendió durante treinta años, y trabajó en series como ‘Bonanza’ y ‘Matlock’.
Richard Collins, residente de Brentwood durante toda la vida, expresó su pesar delatar a sus amigos durante la época de McCarthy. “Yo era un chico bueno, hice lo que se suponía que tenía que hacer”, dijo en una entrevista para el libro de Victor Navasky, de 1980, ‘Naming Names´, sobre la lista negra.]
[Elaine Woo] Murió el jueves en Ventura, Richard Collins, el guionista que fue puesto en la lista negra por varios años durante la era de McCarthy antes de que cooperara con el anticomunista Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara.
El ex miembro del Partido Comunista tenía 98 años y era el último de un grupo de guionistas y directores de izquierda conocido como Hollywood 19, de los cuales diez terminaron en prisión por negarse a delatar a sus compañeros ante el comité.
Collins, residente de Brentwood toda la vida, que prosiguió una carrera de treinta años en la televisión como guionista y productor de series como ‘Bonanza’ y ‘Matlock’, murió en un hospicio después de contraer neumonía, informó su hijo, Michael Collins.
Citado dos veces ante el comité, Collins era uno de los 19 testigos hostiles en 1947, cuando la comisión parlamentaria inició su investigación sobre actividades subversivas en Hollywood. No fue llamado a declarar, pero otros diez fueron citados por desacato después de negarse a responder preguntas sobre sus ideas políticas. Para 1950, los diez –entre ellos Ring Lardner Jr., Dalton Trumbo, Edward Dmytryk, Alvah Bessie y Albert Maltz – estaban en la cárcel.
La histeria anticomunista se extendió por toda la industria del cine, provocando una caza de brujas que arruinó vidas y carreras. Cuando Collins fue citado nuevamente en 1951, identificó a más de veinte colegas –incluyendo a su amigo y colaborador Paul Jarrico y al novelista y guionista Budd Schulberg- como miembros o simpatizantes del Partido Comunista. Muchas figuras de Hollywood, incluyendo a Jarrico, nunca volvieron a dirigirle la palabra.
“Richard no se arrepintió por lo que hizo. Pensaba que esa gente estaba traicionando al país”, dijo el productor ejecutivo de ’Matlock’, Dean Hargrove, que conoció a Collins durante treinta años.
Collins puede no haberse arrepentido, pero expresó pesar por delatar a sus amigos. En una entrevista para el libro de Victor Navasky sobre la lista negra, ‘Naming Names’, 1980, se definió a sí mismo como un “hijo de puta, un pequeño bastardo miserable. Fue desafortunado, pero era verdad. Yo era un buen chico; hice lo que se suponía que tenía que hacer”.
Nació en Nueva York el 20 de julio de 1914, hijo del diseñador de moda Harry Collins, que vestía a los Vanderbilts y Astors. Creció en París y Nueva York antes de marcharse al oeste con su familia. Después de graduarse de la Escuela Secundaria de Beverly Hills en 1932, entró a la Universidad de Stanford, donde conoció a Schulberg. Estudió sólo un trimestre, hasta que las dificultades económicas de la Depresión lo obligaron a dejar de estudiar.
Volvió a Nueva York a estudiar teatro y se incorporó a la Unión de Jóvenes Comunistas. De acuerdo a su hijo, consiguió su primer encargo como escritor a través del padre de Schulberg. Hacia mediados de los años treinta, estaba trabajando en Los Angeles y participaba activamente en la regional de Hollywood del Partido Comunista.
Llamó la atención del comité de la Cámara en parte debido a un guión que escribió con Jarrico para ‘Song of Russia’, un drama musical de 1944 sobre un director de orquesta estadounidense que se enamora de una pianista rusa mientras hace una gira en su país. Los miembros del comité lo consideraron como propaganda pro-soviética y pusieron a Collins en la lista.
Cuando fue citado en 1947, le dijo a Navasky, todavía sentía “un gran respeto y algo de afecto” por sus amigos de Hollywood que eran miembros del partido. Collins solidarizó con los otros dieciocho testigos hostiles, pese a que ya se había desilusionado del partido y su enfoque doctrinario de la literatura. Dijo que ese año renunció al partido.
“En esa época”, dijo, “me parecía que sobre la base de motivos puramente democráticos y constitucionales, que no era correcto preguntarle a una persona sobre sus creencias políticas”.
Sin embargo, cuatro años después cambió de opinión. No tenía encargos incluso antes de que fuera citado en 1947. Tomó dinero prestado para iniciar una sastrería, pero fracasó. Para entonces ya estaba cuidando de sus padres ancianos y criando a sus dos hijos de su matrimonio con la actriz Dorothy Comingore, mejor conocida por retratar al personaje basado en la amante de William Randolph, Marion Davies, en ‘Ciudadano Kane’ [Citizen Kane].
Él y Comingore se divorciaron en 1945. Comingore perdió la custodia de sus hijos en un juicio altamente publicitado en 1952, en el que fue acusada de no servir como madre debido a su alcoholismo y sus inclinaciones comunistas. Unas semanas antes, había sido una testigo hostil ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara. (En una película de 1999 sobre la era de la lista negra, ‘Caza de brujas’ [Guilty by Suspicion; Culpable], el personaje de una actriz emocionalmente atormentada, acosada por el comité se inspiró en Comingore).
Michael Collins dijo que la política no rompió el matrimonio de sus padres, pero que era un tema polémico. El director Joseph Losey, que fue uno de los delatados como comunista en una sesión del comité, contó en una entrevista en 1985 con el autor Michael Ciment que después de que Comingore oyera declarar a su marido en la radio, estaba tan desconsolada que se cortó el pelo. “De repente me di cuenta de que me había casado con un informante”, le dijo a Losey más tarde.
Comingore murió en 1971. Colloins se casó con Julie Danson en 1949, la que falleció en 1991. Además de su hijo, le sobreviven su hija Judith Collard, dos nietos y una biznieta.
Collins le dijo a Navasky que la principal razón por la que decidió delatar a sus colegas fue que “pensé que era ridículo ir por la vida como miembro del partido, cuando yo ya había dejado de ser uno de sus miembros”.
Entre las dos decenas de personas que identificó como comunistas o simpatizantes estaban el guionista Martin Berkeley, que se convirtió en uno de los testigos más prolíficos del comité, delatando a más de cien personas.
Después de su testimonio. Collins volvió a trabajar y escribió ‘Motín en el pabellón 11’ [Riot in Cell Block 11] (1954) para el productor Walter Wanger.
También escribió para ‘Los usurpadores de cuerpos’ [Invasion of the Body Snatchers; La invasión de los ultracuerpos], la película de ciencia ficción sobre una ciudad cuyos habitantes son remplazados por clones alienígenas carentes de sentimientos. Fue interpretada ampliamente como una parábola sobre la era de McCarthy.
“Hay cierta ironía en esa historia”, dijo el hijo de Collins. “Muchos liberales pensaron que giraba sobre el comité y sobre el lavado de cerebro que hizo. Pero Richard pensaba que a él y sus amigos el partido de Stalin les había lavado el cerebro. Es un tipo interesante de paradoja de esa época”.
En los años sesenta, Collins encontró una fuente estable de trabajo en la televisión, produciendo series dramáticas como ‘Breaking Point’ y ‘Bob Hope Presents the Chrysler Theatre’. Más tarde produjo 127 episodios de ‘Bonanza’ y 108 episodios de ‘Matlock’, antes de retirarse en 1992 a los 78 años.
Era considerado un maestro de la construcción de guiones y admirado por sus repartos y capacidad como redactor. También era conocido como un generoso mentor, que asesoró o adiestró a muchas figuras del cine y la televisión, entre ellos Robert Towne, que escribió los guiones de ‘Shampoo’ y ‘Chinatown’, y Gerry Sanoff, que escribió, editó y produjo ‘Matlock’.
Pese a su éxito, la mancha de los años cincuenta nunca fue olvidada, dijo Sanoff, que recordó haber visto a personas marcharse de una fiesta cuando llegaba Collins debido a su decisión de colaborar con el comité de la Cámara.
“El legado esta cosa de los años cincuenta lo impactaba enormemente. Lamentaba lo que había hecho”, dijo Sanoff el jueves. “Eso dicho, no estoy seguro de que hubiese hecho otra cosas. No estoy seguro de que pensara que tenía otras opciones”.
27 de febrero de 2013
15 de febrero de 2013
©los angeles times
cc traducción ©lisperguer