[Joshua Tree, California, Estados Unidos] [Lugareños creen que los tramperos de linces están abusando en Joshua Tree. Es legal capturar animales fuera del parque nacional. Pero los críticos dicen que los tramperos tratan de capturar a los linces que cruzan los invisibles límites del parque. En la imagen, Brendan Cummings, abogado del Centro para la Diversidad Biológica, y Annica Kreuter buscan a linces en la propiedad de Kreuter en Joshua Tree. Kreuter ha estudiado el crecimiento y conducta de los linces durante años.]
[Louis Sahagún] El patio de Annica Kreuter al borde del Parque Nacional Joshua Tree ha sido el lugar perfecto para hacer la crónica de las aventuras de ocho linces.
En los últimos diez años ha visto a un joven lince trepar a un árbol huyendo de un coyote; a un macho alfa oteando el horizonte desde el capó de su coche; un minino paseando tranquilamente por su jardín mientras jardineaba; una madre olisqueando la nuca de Kreuter mientras dormía la siesta en una hamaca.
Últimamente, siete de los ocho han desaparecido. “Al alba, todavía oigo a uno llorando por su familia”, dijo Kreuter.
Ella y otros vecinos de esta comunidad en el desierto de cerca de ocho mil habitantes dicen que los linces últimamente han estado desapareciendo, capturados, por el valor de sus pieles, por tramperos que a menudo invaden predios privados para colocar sus trampas. Los tramperos vienen armados con jaulas de alambre, atomizadores con potentes aromas y cebos para linces: juguetes vibradores a pila adornados con plumas para hacerlos parecer aves moribundas.
La caza y la captura mediante trampas de linces son legales durante la temporada de caza fuera de los límites del parque nacional. Pero para los lugareños eso hace poca diferencia. “La idea misma de colocar trampas en un lugar donde los linces son tan conocidos que tienen nombres –Big Gray, Leroy, Tomboy- es perturbadora y desgarradora”, dijo Kreuter.
Como uno de los depredadores más importantes de este parque de 291 mil hectáreas visitado por 1.4 millones de personas al año, la presencia del lince –o su ausencia- tienen una cascada de consecuencias, convirtiéndolo en una fuerza dominante en el ecosistema y en la economía local del ecoturismo. Un lince adulto llega a medir hasta 38 centímetros de alto y puede cubrir entre cuarenta y 48 kilómetros en un día. Con sus afiladas garras y fuertes piernas, caza conejos y hace una importante contribución al control de los roedores.
Los críticos creen que los tramperos se han especializado a los linces que cruzan rutinariamente los invisibles límites del parque.
“Esto está muy, muy mal”, dijo el astrónomo y conservacionista Tom O´Key, que fue el primero en descubrir una trampa. “Estos tipos son intrusos que invaden predios privados para matar a linces sin ningún respeto por una comunidad unida a la que le importa profundamente lo que pase con el parque nacional y su fauna silvestre”.
O’Key alertó a la comunidad después de encontrar una trampa encadenada a una jojoba y camuflada con ramas rotas y hojas en su propiedad al norte del parque. Notificó al Departamento del Sheriff del condado de San Bernardino y al diario Hi-Desert Star.
Los linces están siendo capturados por el valor de sus pieles en los mercados en China, Rusia y Grecia. Una piel de calidad de abundantemente moteada puede reportar a un trampero más de seiscientos dólares, de acuerdo a Nathan Brock, que desolló a diez linces que capturó en la zona de Joshua Tree durante la temporada de caza que terminó el 31 de enero.
Brock, 38, un infante de marina en servicio activo asignado a la cercana Base del Cuerpo de Infantería de Marina de Twentynine Palms reconoció que una de sus trampas fue colocada en un predio privado y no en tierras de la Oficina de Administración de Bienes Nacionales [Bureau of Land Management; BLM por sus siglas en inglés], donde la colocación de trampas es legal. La región es un retal de predios privados y bienes nacionales de la BLM.
“Me siento muy mal sobre eso”, dijo Brock. “Es mi culpa por no haberme cerciorado”.
El fabricante de la trampa de Brock, Mercer Lawing, de Barstow, dijo que los críticos no entienden de qué se trata. “Nosotros queremos a esos animales más que la gente que se queja de que los capturemos”, dijo Lawing. “Nathan y yo atrapados felinos adultos y dejamos libres a hembras adultas y mininos”.
El parque nacional ha adoptado una posición neutral sobre el asunto, dado que su jurisdicción sólo llega a los límites del parque.
Sin embargo, el biólogo del parque, Michael Vamstad, dijo que “los vecinos tienen todo el derecho a molestarse. El hecho de que no haya límites a la cantidad de linces que pueden ser cazados legalmente durante la temporada de caza no cuadra con los límites del parque nacional. Es una norma que es una reliquia del pasado”.
Los conservacionistas están llamando a crear una zona de exclusión de las trampas en la zona debido a que los linces viajan a lo largo de una red de corredores interconectados que se extienden desde el parque nacional hasta la base de los infantes de marina a unos dieciséis kilómetros al norte.
“La ley tiene que cambiar si acaso es legal que un puñado de personas puede cercar los límites del parque nacional con trampas para capturas linces, y luego enviar sus pieles a China con fines de lucro”, dijo Brendan Cummings, director de bienes nacionales para el Centro para la Diversidad Biológica. “No vamos a permitir que esto vuelva a ocurrir”.
Palabras igualmente incisivas expresó Nancy Karl, directora ejecutiva del Mojave Desert Land Trust, una organización sin fines de lucro dedicada a la preservación de un pasaje seguro para la fauna silvestre, entre áreas protegidas. “Estamos observando y prestando estrecha atención –y vamos a cambiar las cosas”, dijo Karl. “Esos tramperos harían bien en marcharse”.
15 de marzo de 2013
11 de febrero de 2013
©los angeles times
cc traducción @lisperguer