[Nueva York, Estados Unidos] [Las bebidas grandes tuvieron su día en tribunales. En la imagen, Kim Ward bebe de un refresco grande en el McDonald´s de Brooklyn.]
La prohibición decretada por el ayuntamiento de Nueva York sobre los refrescos en envases grandes aparentemente ha encontrado importantes obstáculos.
Un juez de la Corte Suprema de Nueva York ha paralizado la nueva normativa que prohíbe los refrescos azucarados en envases de más de medio litro, que se suponía debía entrar en vigor el martes. El juez describió la ley como “arbitraria”, y cuestionó que vaya a resultar efectivamente una reducción de las tasas de obesidad.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, está detrás de numerosos proyectos relacionados con la salud pública, y esta no es la primera vez que alguno de ellos ha sido paralizado por una acción legal. En 2006, una regulación del ayuntamiento que obligaba a las cadenas de restaurantes a dar a conocer el contenido calórico de sus platos en las cartas de menú recibió un aluvión de críticas.
Tal como fue redactada inicialmente, la ordenanza de descripción de las calorías sólo exigía que las cadenas de restaurantes dieran a conocer información nutricional que ya habían publicado en sus páginas web. La Asociación de Restaurantes del Estado de Nueva York impugnó esa ordenanza como arbitraria: no trataba del mismo modo a todos los restaurantes.
Una corte de distrito federal de Nueva York coincidió con la asociación y las descripciones con las calorías fueron paralizadas. Sin embargo, el ayuntamiento siguió imperturbable: simplemente revisó sus normas de modo que se aplicaran a todos los restaurantes, independientemente de si hubieran o no publicado previamente información sobre las calorías de sus platos.
Una vez introducido el cambio, las descripciones de las calorías volvieron a tribunales. Esta vez la Asociación de Restaurantes del Estado de Nueva York impugnó las etiquetas como una violación de la Primera Enmienda. La corte de distrito federal no aceptó esta vez el alegato debido a los fines que perseguía el ayuntamiento en el marco de la salud pública.
“La corte no constató ninguna violación a la Primera Enmienda porque la publicación obligatoria de información efectiva estaba relacionada racionalmente a los intereses del ayuntamiento en reducir la obesidad”, escribe Christine Cusick en su excelente historia del litigio.
Las descripciones con las calorías han resistido como ley desde que el Segundo Circuito corroborara el fallo.
¿Tendrá la prohibición de los refrescos grandes un destino similar? Hay un interesante paralelo entre las dos normativas: ambas fueron impugnadas por arbitrarias. La prohibición afecta a los grandes vasos, pero no dice nada sobre los rellenos ilimitados. Se hace una excepción con la leche de soya, pero no se tolera la leche de arroz.
Quizá lo más llamativo es que los Big Gulps [grandes tragos] de 7-Eleven parecen haber sido ignorados, porque los supermercados no caen bajo la jurisdicción del departamento de Salud.
“La regla está… plagada de consecuencias arbitrarias y caprichosas”, escribió en su fallo el juez Milton Tingling. “Una simple lectura de la regla lleva… a la implementación desigual de esta incluso dentro de una misma calle”.
Es posible que el ayuntamiento de Nueva York trate de remediar la situación del mismo modo que lo hizo con la etiquetación de las calorías: ampliando la norma y reduciendo las excepciones al tamaño máximo de los refrescos. El ayuntamiento de Nueva York ha anunciado que recurrirá esa decisión.
Pero hay todo un abanico de otros problemas legales que trató Tingling que representan diferentes retos a la prohibición del refresco. El juez alegó que la junta de salud no tiene autoridad para “limitar o prohibir un artículo legal bajo la pretensión de ´controlar una enfermedad crónica’”, y que esa atribución sólo la tiene el Consejo Municipal.
Las descripciones de las calorías sobrevivieron las impugnaciones parlamentarias y serán pronto nacionales: La Ley de Cuidados Sanitarios Asequibles exige que todas las cadenas de restaurantes agreguen pronto informaciones similares en sus cartas. Si la prohibición de los refrescos grandes tendrá un alcance similar es algo que está por verse.
24 de marzo de 2013
11 de marzo de 2013
©washington post
cc traducción c. lísperguer