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[Edmundo Magaña & Carmen Satié Negami] [Reportaje publicado en la revista Pasaje 3, marzo de 1994, y en el fanzine Ciudadela 49, agosto-septiembre de 2002, y en el número 50, octubre de 2002].

Guerra entre dioses y hombres. ¿Somos los únicos seres existentes en el universo? ¿Hay otras civilizaciones en otras galaxias? La pregunta ha ejercido una fascinación particular sobre la humanidad desde los tiempos más remotos. Varias religiones del pasado se han basado casi enteramente en el culto a seres estelares a quienes se atribuye el origen mismo de la humanidad. Aunque hoy en día subsisten pocas religiones explícitamente basadas en la adoración de seres extraños –una iglesia protestante sostiene que Dios es un ser extraterrestre proveniente de otra galaxia-, las observaciones de platos volantes y otros fenómenos asociados a ellos han originado desde los años cincuenta varias corrientes que creen firmemente en la existencia de civilizaciones extraterrestres. Para muchos no cabe ninguna duda de que no estamos solos. Que los extraterrestres ya se encuentran en la Tierra.

Jan van Toren es uno de aquellos que cree en la invasión extragaláctica. De alrededor de un metro noventa de estatura, 65 años, canoso y bien cuidado, dice que la Tierra es objeto de disputa entre varias civilizaciones de otras galaxias. Afirma que la Federación del Dragón y del Imperio de Orión han formado una coalición con el propósito de apoderarse del planeta y que, de hecho, gran parte de este se encuentra ya ocupado por ellos. La Confederación Intergaláctica, un grupo dirigido por una civilización del grupo de las Pléyades, en la constelación del Toro, procura impedir esta ocupación. A la Confederación pertenecen también civilizaciones de Sirio, Andrómeda, Vega y otras estrellas. Los humanos tienen aliados. El Imperio de Orión, dice van Toren, ya ha contactado a varios gobiernos del planeta y sellado pactos con Estados Unidos y la Unión Europea. De hecho, los agentes de ese imperio, que suman ya varios millones en la Tierra, son responsables de muchos de los cambios políticos de nuestro tiempo. Así, por ejemplo, la reunificación de Alemania, el fin del comunismo y las guerras del Golfo y Somalia, iniciadas por Naciones Unidas, tienen por objeto unificar el planeta para facilitar la ocupación por los ejércitos del Imperio de Orión, dice van Toren.
Pero los emisarios del Imperio no recurren solamente a tratados y pactos secretos con gobiernos establecidos. Tratándose de una civilización que anima propósitos agresivos hacia la humanidad, recurre a todo tipo de maniobras para dominar el planeta, incluyendo espías o walk-ins [extraterrestres que ocupan un cuerpo humano], control de los servicios de información, mensajes subliminales en televisión y otras cosas. Según van Toren, las películas de Walt Disney, en las que los marcianos son representados como enanos verdes, forman parte de un plan concertado del Imperio y de la CIA para restar credibilidad a los informes sobre los extraterrestres. El Imperio no se limita a estas infantiles campañas manipulativas. El SIDA mismo hace parte de la estrategia de ocupación. Se trata, dice, de un plan llamado Global 2000, que tiene por objeto eliminar a una parte considerable de la humanidad para hacer posible la nueva colonización extraterrestre.
Aunque el gobierno de Estados Unidos colabora con el Imperio de Orión, este no abriga ninguna simpatía hacia este. Es solamente utilizado para llevar a cabo sus planes de invasión. Canadá y Estados Unidos serán los primeros países en ser ocupados. El Imperio, a través de sus emisarios terrestres, ya ha redactado una nueva Constitución, ‘The New State of America’, que se aplicará durante el primer periodo. En esta Constitución se establece un estado policial, aunque sus redactores prevén las dificultades que enfrentará. “Uno de los problemas más graves”, dice van Toren, “es que seguramente habrá una gran resistencia porque los ciudadanos estadounidenses tienen muchas armas y las leyes actuales les permiten tenerlas. Eso significa que la gente puede resistir y por eso están tratando ahora de limitar el derecho a poseer armas de fuego”.
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos habrían construido varios campos de concentración para encerrar a los disidentes. Tienen varias guillotinas que piensan reintroducir en las sentencias a muerte para aterrorizar a la gente. De todos modos, una parte de los planes del Imperio ya ha sido realizada. Uno de los problemas que enfrentaba originalmente era cómo obligar a la clase política norteamericana a aceptar la invasión. Y una de las estrategias utilizadas fue la creación de la deuda externa. A través del control del sistema bancario, han obligado a Estados Unidos a declararse en quiebra. A cambio de la deuda externa del país, sus políticos dirigentes deberán aceptar las nuevas reglas del juego.
Otra de las estrategias del Imperio incluye el dominio de la población misma, en todo el planeta. Para esto han recurrido a las drogas, y han utilizado a la CIA, que fue originalmente fundada por ex agentes nazis que, a su vez, tenían un pacto con el Imperio para introducir y traficar cocaína, heroína y otras drogas. La lucha contra los carteles sudamericanos, piensa van Toren, es solamente una lucha por el control delos mercados. Una vez que la población se habitúe a las drogas, el gobierno tendrá más posibilidad de controlarla manipulando su suministro de una substancia que terminará dominándola.
El Nuevo Orden Internacional inaugurado por Bush y Clinton es solamente una de las expresiones de los planes del Imperio, porque el objetivo es instaurar ese sistema internacional para facilitar la invasión. El Imperio se ocupa desde hace décadas de infiltrar los gobiernos del planeta. Prueba de ello son las actividades coordenadas del Council on Foreign Relations, la Comisión Trilateral y el grupo de Bilderberg, todas organizaciones controladas por Orión, y los esfuerzos de notorios emisarios, tales como Henry Kissinger, David Rockfeller y la familia Rothschild.
Las actividades del Imperio no se limitan a controlar los gobiernos por medios indirectos. Poseen una tecnología superior a la de la humanidad y están en condiciones por ejemplo de reproducir a una persona utilizando solamente un pelo de ella. Muchos de los grandes líderes del mundo son en realidad clones, dice van Toren. Aparte los clones, los extraterrestres han infiltrado a la humanidad por medio de manipulaciones genéticas. Según van Toren, el Imperio de Orión y sus aliados de la Federación del Dragón se encuentran en graves problemas. Quieren colonizar la Tierra, pero al mismo tiempo se encuentran incapacitados de hacerlo porque su material genético original se ha deteriorado. Por esta razón secuestran a seres humanos y raptan a mujeres para inseminarlas. Están tratando, dice van Toren, de crear una nueva raza híbrida que reúna las características de seres extraterrestres y las de la especie humana. A partir de un pacto con Estados Unidos, dice van Toren, la gente del Imperio ha logrado establecer una base de experimentación genética en una reserva apache en Nuevo México, al sur de Estados Unidos. Hay muchos testimonios de que allí se realizan mezclas entre seres humanos y animales. El Imperio está desesperado por crear una nueva raza antes de la invasión.
La gente del Imperio de Orión y de la Federación del Dragón no se parece en nada a los humanos. Son chicos, de un metro más o menos, con aspecto de reptil, de cabeza grande y ojos negros, grandes y acuosos. Es peligroso mirarlos directamente a los ojos porque poseen grandes poderes hipnóticos. “Si los miran a los ojos, están perdidos”, dice van Toren. Tienen la piel gris y se comunican a través de telepatía.

Enemigos de Otro Imperio del Mal
Los adversarios del Imperio de Orión se han agrupado en la Confederación Intergaláctica, que procura expandir la paz en todo el universo. Muchos de ellos se encuentran también en la Tierra, pues los pleyadianos acostumbran reencarnarse en seres humanos para orientar de alguna manera el desarrollo de la humanidad. Aparte esto, hay una flota espacial dirigida por personal de Andrómeda, que controla el planeta desde hace ya al menos treinta mil años. En una nave matriz que, para sus conceptos, se encuentra cerca de la Tierra, el Comando Ashtar ha instalado una especie de jardín zoológico y botánico con todas las especies animales y vegetales de la Tierra para poder reproducirlas en caso de que la humanidad, guiada por sus instintos agresivos, destruya el planeta.
La gente de las Pléyades es como los humanos. Quizá demasiado. Según van Toren, son altos, rubios, de ojos azules y hablan en su planeta una lengua similar al sánscrito. En realidad, la humanidad los conoce desde tiempos inmemoriales pues han sido representados en varios textos sagrados como dioses. En esa civilización se conoce la felicidad perfecta y es aparentemente el origen de las ideologías sobre el Paraíso. La energía es ilimitada, no existe el trabajo compulsivo y aman la libertad y el amor. Lo importante es que los pleyadianos se sienten responsables por la humanidad, porque descendemos de ellos; somos el producto de la unión entre ellos y los primeros hombres.

Ananda
Ananda es uno de los gurúes más jóvenes de esta época. Es un joven de 24 años, 1.75 de estatura, de pelo negro y largo, un poco a la moda new age. Confirma muchas de las cosas que dicen van Toren. Nos encontramos en el Café Dantzig, detrás del Palacio de la Ópera de Ámsterdam, unos días después de sus seminarios sobre la conspiración extraterrestre. Sobre el tema ya ha publicado un primer tomo, ‘The Alien Presence’, una obra cuyo fin es difícil de imaginar. Otro de sus libros reúne los mensajes que ha recibido de uno de esos seres extragalácticos.
Anada refuerzas las aseveraciones de van Toren. Según él, sin embargo, el Imperio de Orión no ha logrado aún controlar a todas las civilizaciones de esa constelación. Las estrellas Alnitak y Mintaka, en el cinto de Orión, por ejemplo, están pobladas por sociedades pertenecientes a la Confederación Intergaláctica. Además, hay otras civilizaciones extraterrestres que tienen intenciones hostiles hacia los habitantes de la Tierra, aparte, es decir, del Imperio.
Los enanos de cabeza grande a los que se refiere van Toren y que han sido descritos minuciosamente por Hopkins en su libro ‘Intruders. The Incredible Visitations at Copley Wood’ (1987) como pequeños y de piel gris blancosa pertenecen, dice Ananda, a los estratos más bajos de la sociedad oriónica. La clase gobernante del Imperio, dice, está formada por seres en todo parecidos a los humanos y los enanos cabezones son en realidad robots genéticos incapaces de reproducirse. Hopkins lo ha demostrado pues ha recogido en sus informes sobre secuestros varias noticias sobre la conducta coordinada, robótica, de esos seres: se mueven al mismo tiempo, realizan los mismos movimientos, piensan lo mismo simultáneamente. “Son diseñados como grupo y tienen una sola mente. Son como muñecos”, dice Ananda. Las conclusiones de Hopkins, de que los extraterrestres se encuentran en la Tierra y que secuestran a mujeres para inseminarlas y dar origen a una nueva raza híbrida –hasta el punto de que millones de híbridos se confunden con la humanidad- son plenamente apoyadas por Ananda. El ADN oriónico se ha deteriorado de tal manera, dice Ananda, que perdieron la capacidad de reproducirse y asisten a la extinción inevitable de su raza. Y visitan la Tierra para recoger material genético que les permita reproducirse, aunque esta vez en mestizaje con la especie humana. El Imperio de Orión, afirma Ananda, ha arrojado redes electromagnéticas sobre la Tierra para atrapar la mayor cantidad posible de almas, a la manera como lo hace un pescador en el mar.
Tomás Castillo, cuenta Ananda, era agente de seguridad de una planta subterránea del ejército norteamericano que descubrió que la instalación, de 37 metros de profundidad, estaba manejada por seres extraterrestres en colaboración con humanos. En el séptimo nivel vio cientos de niños que estaban siendo sometidos a tratamientos con drogas. Según las autoridades, se trataba de gente retirada de hospitales psiquiátricos para experimentar con nuevos fármacos para curar la violencia. Pero la verdad, dice Ananda, es que muchos de ellos eran personas que habían desaparecido en varios países del mundo. En el sexto nivel, Castillo descubrió una realidad más cruel aun. Había ahí, también en celdas, los resultados de las combinaciones genéticas: humanos con cabeza de murciélago, de oso, de conejo y otras aberraciones. La base en Arturito Mesa, en la reserva apache de Nuevo México, está controlada por esos seres enanos y otras entidades reptiles más altas, con ayuda de científicos humanos.
Los seres de Orión jerarquía más alta, dice Ananda, son en todo parecidos a los humanos, pero se les puede reconocer porque tienen pupilas de vaca. Según van Toren, la carencia de nuez de Adán, es otro de los rasgos que los delata. Pero, en realidad, hay cientos de seres diferentes en el universo. Una dificultad adicional en el reconocimiento e identificación de los extraterrestres, dice Ananda, es que los oriónicos pueden asumir cualquier forma, y eso lo hacen a menudo para confundir y desorientar a los humanos contactados. Muchos de esos seres pueden convertirse a voluntad en cualquier cosa, desde plantas hasta sillas.

Están Entre Nosotros
La célebre autora Ruth Montgomery, en su ‘Aliens Among Us’ (1985), describe una cantidad increíble de seres extraterrestres provenientes de diferentes civilizaciones. Ella misma ha vivido, en sus vidas pasadas, en Sirio y Orión. Los seres de Orión, dice ella, son etéreos y no conocen el sexo. Son todos de una sola especie y se reproducen a través de apareamientos espirituales. Están estrechamente unidos a la voluntad del Creador, escribe, y se manifiestan en la Tierra bajo la forma de pensamientos espirituales. Pero esos pensamientos no pueden ser transformados por ellos en cuerpos físicos, de modo que podamos verlos y sentirlos.
La gente del planeta Alabran, en la galaxia de Andrómeda, dice Montgomery, es parecida a los humanos, pero a causa de la escasez de oxígeno han desarrollado un diafragma y pulmones muy grandes. Ese planeta, poblado por millones de seres, fue habitado cuando la Tierra aún estaba derretida. Su manera de concebir es diferente: el periodo de gestación es más corto y llevan el feto, que es regurgitado al término del embarazo en el estómago. Los recién nacidos son extremadamente pequeños, pero crecen rápidamente. Alcanzan la madurez a los siete años de tiempo terrestre. Tienen cerebros grandes, pues aprenden a través de osmosis, “leyendo” la información en la mente de los otros y manteniendo memoria de ese conocimiento y de sí mismos en todas sus encarnaciones. Se alimentan de un líquido similar al agua y de unos frutos cultivados en cuevas y túneles, ya que la estrella que les sirve de sol quema toda planta de la superficie.
El señor Goodlett, que ha estado conectado con seres extraterrestres durante varios años, describe a los habitantes de un planeta cerca de Sirio como similares a los humanos pero con una piel gruesa de color cremoso, de ojos grandes y pelo largo. Miden alrededor de un metro de alto. La atmósfera de ese lugar es de aire líquido. En ese planeta vio a otros seres inteligentes. Una especie es como la humana, pero no tiene nariz sino dos agujeros en lugar de ella y cejas gruesas sobre unos ojos chicos. “Entré a la casa”, escribe Montgomery resumiendo los informes de Goodlett, “que era solo una gran habitación, y vi una larga fila de seres extravagantemente diferentes y comprendí, sin que nadie me dijera nada, que se trataba de una reunión de seres de varios planetas. No había muebles y estaban todos sentados en el suelo. […] Uno tenía un poco más de un metro, con una gran cabeza y sin cuello. Su boca era grande, sus orejas largas, y era alto, pero de piernas cortas, y tenía una cresta en lugar de cabellos, que iba de una oreja a la otra. Temblaba al caminar porque carecía de huesos y tenía una protuberancia como la bolsa de los canguros. […] Otro ser parecía solamente una enorme cabeza, como un pulpo, excepto que tenía cuatro piernas y pies. Se inclinó sobre mí y me tocó la cabeza. […] Cada ser era diferente y uno de ellos, que yo entendí que era una mujer, se agachó para saludar a un ser muy pequeño. Tenía el cuerpo de un pollo, excepto que medía algo menos de un metro y cuando yo estaba mirando, ella abrió su trasero como si fuera una gran rosa enfrente del ser chico y redondo. Mi guía me explicó que ella estaba despidiendo su delicado y delicioso aroma a modo de saludo”.

Otros Seres
Pero también hay otros seres en el espacio. Una de esas razas se parece enormemente a nuestros ángeles, ya que tienen apariencia humana –son, en realidad, algo más altos-, excepto dos alas que les crecen en la espalda. Otros seres, de acuerdo a George Andrews (‘Extraterrestrials Among Us’, 1986), son pequeños, de casi un metro de altura, con una enorme cabeza, y calvos. Hay otros que tienen varios pies. Destaca una raza de personas de tres pies, con cuerpos gruesos y la cabeza en forma de calabaza. Tienen la piel gris, cabeza larga, unas pequeñas protuberancias en lugar de orejas y manos como garras. Los seres llamados “swedes” son tan en todo parecidos a los humanos que uno se los podría topar en la calle sin darse cuenta. Los agentes del Imperio de Orión y de la Federación del Dragón ya dominan casi completamente la política y la economía mundial: han llegado al punto de introducir clones en varios gobiernos y en las principales empresas del planeta. Bush, Clinton, Noriega y Jimmy Carter, entre otros, son clones. “Una vez”, cuenta Ananda, “Jimmy Carter estaba haciendo jogging, tropezó y cayó y siguió moviendo las piernas como si estuviera trotando”. Esto prueba, dice, el carácter robótico del ex presidente. La gente que se ocupa de desenmascarar a los invasores descubrieron la verdadera naturaleza de Clinton cuando, hace algunos meses, el presidente tuvo un ataque cardiaco en un avión. Permaneció casi un día en él y cuando salió se observaba una ligera modificación en las orejas. “Esos extraterrestres”, dice Ananda, “manejan a los clones metiéndoles un aparato detrás de las orejas. Por eso es frecuente que, después de intervenirlos quirúrgicamente, se noten pequeñas diferencias en esa área de la cabeza”. Ananda agrega que, con todo, ha tecnología extraterrestre ha avanzado muchísimo en los últimos tiempos y no volverán a cometer el mismo error.

El Ángel Emanuel
Para Ananda no es extraño que alguna gente de la Confederación Intergaláctica adopte la apariencia de ángel. Él mismo está en contacto con el ángel Emanuel. Los seres de las Pléyades son de luz, dice, y pueden adoptar cualquier forma que deseen, y adoptan a menudo la forma de ángeles porque es una forma que no desconcierta a los humanos. Ananda contactó a Emanuel en 1985, cuando se preparaba para un campeonato internacional de ciclismo. “Yo estaba viviendo en Avalon, Inglaterra”, cuenta, “y estaba tratando de subir en bici una colina muy empinada. Justo antes de llegar a la punta del cerro, se soló la cadena y fui impulsado por encima del manillar. Caí de cabeza. Todo comenzó a girar y de repente me envolvió una luz. Yo estaba fuera de mi cuerpo, podía verme, y estaba rodeado de seres dorados”. Después de ese incidente, Ananda ha tenido otros muchos encuentros con ángeles. Su nombre mismo le fue dado por esos seres. Ananda es su nombre cósmico. Ha visitado, dice, Venus, Marte y Saturno, y algunas galaxias.

Ananda y Otros
Ananda es solamente uno de los pocos que está en contacto con seres extraterrestres. Nydia, una mujer de 1.63, 32 años, morena, de grandes ojos negros algo acuosos, que encontramos en una conferencia de van Toren, afirma provenir de la estrella Vega, que forma parte de la Confederación Intergaláctica. Lauri Fransen, una conocida channeler [alguien que se comunica con seres de otras dimensiones] de Ámsterdam, afirma provenir de Sirio, también miembro de la Confederación. Es una mujer de 1.65, 40 años, de cabellos blancos, y dice que está en comunicación abierta, es decir permanente, con Michael, el nombre colectivo de un grupo de seres de luz. Wil van Gemert, 1.90, delgado, con una cuidada barba, y Caroline van Noord, una mujer de 1.65, de alrededor de 35 años, delgada y rubia, que dirigen la fundación Stardust –que se ocupa de prepararse para los grandes cambios que se avecinan- dicen provenir ambos de estrellas de fuera de la estrella Alcyon, en las Pléyades. Caroline proviene de una estrella cercana a Alcyon.
“Siempre soñé que mi familia no era de aquí de la Tierra”, dice Caroline. “A veces, por la noche, veía pequeños cristales de luz que se acercaban a mí. Yo sabía que se trataba de ellos, pues pueden adquirir la forma que quieren”. Según Caroline, todos nosotros vivimos en el pasado, en el presente y en el futuro al mismo tiempo, pues los seres de luz que somos no tenemos historia y estamos siempre en todas partes. Sólo que no tenemos conciencia de eso porque estamos atrapados en una dimensión densa que obstaculiza nuestra comprensión.
Caroline dice que los pleyadianos vuelven a la Tierra porque somos una parte de su propio pasado y quieren, modificando nuestra realidad, corregir algunos errores que cometieron. “Teníamos que venir a la Tierra”, explica Wil, “para hacer experiencias y traducirlas. Tenemos que traducir vibraciones altas”. Según él, ellos hacen parte de una misión de 126 enviados de la Confederación.
Guillermo, un funcionario del servicio diplomático de una delegación sudamericana, fue raptado por seres extraterrestres hacia unos diez años. Hemos prometido cambiar su nombre y mantener en secreto el país al cual sirve. De cerca de 45 años, es delgado y lleva el pelo negro. Tuvo esa experiencia cuando todavía vivía en su país. “En esa época yo trabajaba en la industria petrolera y una vez, después del trabajo, paramos en la carretera con unos amigos a tomarnos unos tragos. Era tarde y estábamos cenando cuando vimos una luz muy fuerte afuera y salimos a mirar. Era un plato volador. Nos quedamos paralizados. Al lado del plato había unos seres raros, sin forma, como amebas, que nos estaban mirando. Uno de ellos extendió la mano y nos dijo, pero sin hablar, que subiéramos, que venían porque estaban muy interesados en nuestra vida sexual. Subimos. En menos de unos segundos estábamos en el mar y volamos sobre el Triángulo de las Bermudas. Vimos América Central y nos metimos debajo, en el agua, y vi que ese continente reposa sobre unas columnas de cristal. No sé si son de ahora, porque después llegamos a Machu Picchu –pero en otra época, antes de la llegada de los españoles. Es posible, por eso, que esas columnas de cristal hayan existido en tiempos de la Atlántida. Machu Picchu no estaba en las montañas como ahora, sino junto al mar. Aterrizamos ahí y un indio subió al plato. Me di cuenta de que él no sabía nada de los españoles y traté de explicarle lo que pasaría, pero no me entendió”. Él y sus amigos, que tenían posiciones muy importantes en la industria, juraron no contar jamás lo que les había ocurrido por temor a perder sus posiciones. Guillermo asegura que otro de los motivos por los cuales somos visitados por extraterrestres es su interés en diamantes y en uranio y que es por esa razón que el gobierno de Brasil quiere ocupar la zona norte de la Amazonía.

Descendemos de Extraterrestres
Para muchos, la presencia de extraterrestres no sorprende en absoluto. Se han involucrado en la vida de la Tierra desde el principio mismo de nuestra historia. Más aun, la humanidad actual desciende de ellos. La teoría general es que los seres extraterrestres llegaron al planeta hace unos 300 mil años, cuando la Tierra estaba deshabitada. Esos seres, con propiedades de dioses, pues han aparecido en casi todas las religiones del mundo, son usualmente llamados “Custodians” [custodios, tutores]. William Bramley, un historiador de la presencia extraterrestre, afirma que la verdadera historia de la humanidad se encuentra en las tablas de arcilla que provienen de las más antiguas civilizaciones de Mesopotamia. Los dioses llegaron y comenzaron a edificar y a trabajar en la minería, pero pronto surgió un grupo de descontentos. A raíz de esto, los dioses crearon una raza de esclavos que se ocupara de las labores pesadas. Comenzaron a experimentar en la creación de seres parecidos a los humanos actuales –de hecho, varios de los intentos fallidos son considerados por la ciencia como razas precursoras de los humanos, con el nombre de Neandertal. El ser humano creado era, físicamente hablando, en todo similar a los dioses.
El Dios responsable de los experimentos genéticos, Ea, decidió “animar”a la nueva raza y por eso ocupó almas de criminales y forajidos de su propio planeta. En la nueva sociedad humana, el control era estricto.
“Los humanos eran tratados como bestias de carga por sus amos extraterrestres. Las tablas sumerias relatan grandes y terribles catástrofes perpetradas por los Custodios contra sus sirvientes humanos. Y llevaban cabo programas de control de la población calculados fríamente”. Los extraterrestres causaban sequías, lluvias continuas, inundaciones. Finalmente, cansados de los humanos, habrían decidido destruirlos. Ese episodio de la historia de la humanidad es conocido como el diluvio bíblico.
Ea y otros dioses tomaron partido por la humanidad y es posible que se hayan unido con mujeres humanas, dando así origen a las leyendas sobre uniones entre ángeles y mujeres de la Tierra. Fue gracias a los esfuerzos de Ea que la humanidad no fue totalmente destruida en ese entonces. Ea formó una sociedad secreta, la Confraternidad, que se ocuparía de proteger a los humanos contra las intenciones hostiles de los dioses. Los dioses se ocuparon entonces, fracasados sus intentos de eliminar a la humanidad, de crear grandes sistemas religiosos para mantener ocupados y divididos a los hombres. En todos esos sistemas, escribe Bramley, el dios Ea ha sido representado como el Señor de la Obscuridad –aunque originalmente su rango era de Señor de la Tierra.
Desde entonces la historia de la humanidad ha sido la constante lucha secreta entre la Confraternidad y los ángeles custodios. Usualmente los últimos adoptan ideologías totalitarias con sistemas sociales y económicos rígidos donde un pequeño grupo de la población domina a los esclavos que están por debajo de ellos. Los miembros de la Confraternidad se encuentran a menudo entre los partidarios de causas democráticas y libertarias. Con todo, parece difícil distinguir siempre entre buenos y malos, cuanto más porque los ángeles custodios han infiltrado casi todos los movimientos revolucionarios de la historia del mundo con el fin de desvirtuar sus objetivos. De la misma manera, los miembros de la Confraternidad han tratado de penetrar las organizaciones manejadas por los ángeles custodios. Moisés, por ejemplo, era un confraternado infiltrado en una de las religiones que los custodios lograron imponer a partir de Oriente Medio. Una característica que permite detectar a los custodios, dice Bramley, es el tipo de ideologías que propugnan. Casi siempre se trata de ideologías apocalípticas en las que se anuncia el fin del mundo y la nueva de que se salvarán solo aquellos que permanezcan fieles a los dioses involucrados –como el cristianismo. Bramley asegura que esta religión monoteísta es uno de los productos de las maquinaciones de los custodios, que los ángeles del Nuevo Testamento eran todos hostiles a los hombres y que el nacimiento de Cristo y la inseminación de María fueron experimentos genéticos. Lo que no calcularon los custodios era que Jesús, destinado a ser el nuevo mesías para causar la destrucción de la humanidad, se pasaría al bando de los humanos y llegaría a ser miembro de la Confraternidad.
Los dioses no han dejado nunca de perjudicar a los humanos. Así, la historia de la Edad Media europea es una crónica larguísima de los intentos de los custodios de golpear a la humanidad con plagas y epidemias espantosas –medios para mantener en pie sistemas sociales y políticos que los custodios prefieren para la humanidad. Las guerras características de la época fueron todas causadas por los intentos de mantener las monarquías europeas. La aristocracia, según la teoría, se origina en la unión de los ángeles custodios con mujeres terrestres, lo que dio origen al concepto de “sangre pura”. La preocupación por la pureza de la sangre es un rasgo característico de sus ideologías. Cuando la Confraternidad triunfó en Francia con la revolución francesa los custodios actuaron de inmediato logrando infiltrar a los grupos revolucionarios y deformando sus ideales. Algunos custodios fueron los líderes que originaron el periodo de la dictadura del Terror en Francia.
También el protestantismo se remonta a las conspiraciones extraterrestres. El calvinismo y otras iglesias enfatizan el apocalipsis y la salvación por medio de la obediencia ciega y los movimientos protestantes inspiran constantemente la guerra –porque les parece que un estado de paz es equivalente a traicionar a su Dios. Ideas semejantes tendrían éxito más tarde, con el surgimiento del marxismo y del nazismo. La conexión entre el nazismo y los extraterrestres es más explícita que en otras ideologías, dice Bramley, porque los nazis mismos confesaron su alianza con ellos y los planes que habían elaborado para construir una sociedad de esclavos basada en el concepto de pureza racial. Los extraterrestres nunca han dejado de intervenir, hasta el día de hoy, en los asuntos de la humanidad.
Basándose en los escritos de Charles Fort (1867-1923), mucha gente atribuye a los extraterrestres intenciones hostiles. “Nosotros somos propiedad de alguien”, escribió Fort en su ‘The Book of the Damned’. “En eras lejanas, cuando el planeta no estaba habilitado, llegaron otros mundos aquí y explotaron y colonizaron y lucharon entre ellos por la posesión del planeta, pero ahora el planeta es la posesión de algo”. Para los extraterrestres somos como ganado y esa es la razón por la que no se comunican abiertamente con nosotros.
“¿Educaríamos a los cerdos y a las cabras y a las vacas, si pudiéramos? ¿Estableceríamos relaciones diplomáticas con los pollos cuando ellos ahora se contentan con una compensación limitada?” ¿Ese algo que posee la Tierra, de acuerdo con Fort, se nutre de ella o de los seres que la habitan. Supone que se trata de un vampiro, un súper murciélago que se alimenta de sangre. La conclusión de Bramley, que no todo el mundo new age acepta, es que la Tierra es una especie de prisión que es usada por seres extraterrestres. Por alguna razón esos dioses necesitan el conflicto y las guerras que tratan de imponer y provocar en todas partes.

Ángeles Caídos
Según Ananda, en tiempos remotos, los que después serían llamados los ángeles caídos, se rebelaron contra el Creador o la Mente Infinita y se dedicaron a hacer toda clase de experimentos genéticos –porque como eran ángeles menores, su poder de creación se limitaba a producir seres a partir de los ya existentes. Uno de los propósitos de esos experimentos era crear una materia que permitiera mantener aprisionadas a las almas, las cuales eran usadas entonces como esclavas. “Usaban sus almas porque tienen mucha energía”, explica Ananda. “Ellos cortaban un alma en dos y las mezclaban con partes de otras y luego comenzaron a mezclar almas humanas con las de animales, dando origen a seres mitad animal, mitad hombres”. Pero fracasaron en sus intentos en Orión y fueron exiliados a la Tierra. El origen de la humanidad se remonta a la colonización oriónica y los seres de ese lugar han tratado siempre de volver a obtener poder imitando la creación original.
Algunos de los ángeles caídos son conocidos. Azaziel y Semjuza, que son seres bellos. La sociedad oriónica es extremadamente jerárquica. Debajo de los dioses hermosos, se encuentran los asuras, que son seres con rasgos animales, y los nagas, que provienen de la estrella alpha draconis.
Según Ananda, existe una conspiración mundial para ocultar nuestro verdadero origen. No descendemos de los monos, dice Ananda, sino que de esos dioses interdimensionales. Los primeros poblamientos de la Tierra dieron origen a las civilizaciones de Atlántida y Lemuria. Eran sociedades que vivían en armonía con la naturaleza y de un gran desarrollo tecnológico. Se comunicaban con las plantas y vivían en casas vivas. Dice que Emanuel le ha contado que cuando vivían en la Atlántida, algunos de ellos se rebelaron e instauraron una sociedad de esclavos con el fin de llegar a controlar la naturaleza. A los esclavos, que eran humanos, los controlaban implantándoles un cristal debajo de la piel –y el cristal estaba conectado a un ordenador central.
Originalmente, dice Ananda, la creación de los hombres había sido planeada por los seres interdimensionales, que tenían por tarea enseñar las artes y oficios a las mujeres recientemente creadas. A raíz de esto, los colonos oriónicos provocaron la ira de los jefes, que ordenaron la destrucción de sus ciudades. Como son inmortales, salen de vez en vez para recuperar el control de la humanidad, a la que aún consideran su posesión.

Tirantor
Según van Toren, había en tiempos remotos un planeta llamado Tirantor, en una de las estrellas de la constelación de Orión. Esa civilización abusaba de la energía nuclear, hacía manipulaciones genéticas y había instaurado una sociedad policial y jerárquica bajo el liderazgo de una élite político-religiosa. La palabra tiranía, dice van Toren, viene de Tirantor. El planeta de los oriónicos explotó y sus habitantes, sin otros recursos, comenzaron a rencarnarse en el planeta Novex, que también explotó, y a partir de entonces empezaron a rencarnarse como seres humanos, en la Tierra.
Desafortunadamente, los rencarnados trataron de reproducir en la Tierra la sociedad que habían conocido en Orión en sus vidas pasadas: construyeron la Atlántida y se dedicaron a experimentar en ingeniería genética y en energía nuclear, con el resultado de que, por segunda vez, el continente desapareció en una explosión.
Antes de esto, sin embargo, la civilización de las Pléyades había destinado el planeta Tierra a servir de estación de comunicación intergaláctica –esa es la razón, por lo demás, por la que los oriónicos decidieron rencarnarse en seres humanos, aunque ellos misma tengan apariencia de reptil. En una guerra sin cuartel, los oriónicos derrotaron a los pleyadianos y estos se vieron obligados a dejar el planeta. Pero la civilización de las Pléyades se había puesto como objetivo –y eso es exactamente lo que está ocurriendo ahora.
Grandes Cambios
Se acercan grandes cambios en la historia de la humanidad, dice van Toren. El Imperio de Orión y la Federación del Dragón quieren apoderarse de la Tierra cuanto antes por varias razones –las mismas por las que la Confederación Intergaláctica quiere recuperar el control del planeta. Algunos aún esperan que se produzca un giro en el eje de la Tierra (que estaba pronosticado para el año 2000): esta se detendrá y comenzará a girar en sentido opuesto y es probable que los polos muden de lugar. Ese cambio abrirá la comunicación con otro universo, cuyo acceso es ahora imposible, que se halla en algún lugar detrás de Pegaso. Esa oportunidad quiere ser aprovechada por el Imperio para introducirse en un nivel más alto de la Creación –porque ese universo comunica con una nueva dimensión de luz. Y los pleyadianos quieren, naturalmente, impedir que los reptiles de Orión se introduzcan a ese nivel. Por otra parte, el Imperio hace lo posible por ocupar el planeta antes del cambio de eje. Y la gente del Dragón ha tomado ya medidas para ocupar la Tierra: el nuevo planeta IBQ 9092, es en realidad una nave espacial gigantesca en ruta hacia la Tierra para invadirla. Según Wil y Caroline, las teorías sobre la importancia que tenemos para la sobrevivencia de los extraterrestres no son muy rebuscadas. El planeta, dice, se encuentra envuelto en una red de tensión emocional, una red que recoge las emociones humanas. La emoción es un impulso electromagnético, una suerte de energía que, como toda otra energía, puede ser utilizada para algún fin. Esos seres de Orión “se alimentan” de energías negativas, tales como la lascivia o la agresividad, y se ocupan constantemente de provocar entre los humanos esos sentimientos. Eso explica las innumerables e interminables guerras de la humanidad: han sido provocadas por agentes del Imperio para poder “cosechar” nuestros sentimientos negativos. “Y ahora han inventado el SIDA como una forma de mantenernos viviendo en el temor, que es un sentimiento negativo, y para ocupar el planeta cuando esa enfermedad nos diezme. Ellos nos tratan como algunos tratamos a los animales, como a los pollos o los conejos. Cuando nosotros pensamos que los conejos son muchos, simplemente los envenenamos, los exterminamos”, explica Wil.
La Confederación Intergaláctica, bajo el liderazgo de las Pléyades, nos ayudará a liberarnos de la opresión extraterrestre, dice Wil y Caroline. Primero, porque ellos aman la libertad y, segundo, porque se sienten culpables por lo que han hecho en el pasado con la humanidad. Ellos crearon el material genético humano y lo manipularon de tal manera que los humanos han quedado castrados de sus potenciales espirituales reales. “Si tienes un dijo”, explica Wil, “tienes que darle toda la conciencia y la libertad y la conciencia de la libertad. Si no lo haces, tu creación es falsa, porque tú creas a alguien para que sea libre como tú”. El cambio de eje de la Tierra se producirá hacia el año 2011, dice Caroline (ahora se aplazó hasta 2025). Y por esa razón los extraterrestres han aumentado las visitas y rencarnaciones en la Tierra: “Quieren estar aquí para ver el espectáculo”.
El cambio de eje se produce, dice Wil, porque la galaxia pasa cerca del sol de las Pléyades cada 25 mil años, lo que provoca un aceleramiento de su eje rotatorio. Los extraterrestres de varias civilizaciones, hostiles o no hacia los humanos, han empezado a rencarnarse en la Tierra en grandes números –eso explica el explosivo aumento de la población humana en los últimos años.
Cómo Impedir la Ocupación Alienígena
¿Qué hacer para impedir la ocupación extraterrestre? Las respuestas son ambiguas. La idea corriente de que el Comando Ashtar actuará para obstaculizar cualquier intento del Imperio de Orión de ocupar masivamente el planeta no es un consuelo suficiente. Cuando la Tierra se vuelque, morirá la mayoría de los humanos y se salvarán solo aquellos que sean elegidos. Pero no es suficiente creer en esa salvación. Los humanos pueden influir positivamente en los cambios que se avecinan.
Según Ananda, el ángel Emanuel le comunicó varios de los enigmas más oscuros sobre la vida. Según el ángel, pertenece al grupo que el escritor Bramley llama los ángeles custodios, cada forma de vida es solamente una velocidad determinada de rotación en el átomo. La velocidad de neutrones y protones determina el tipo de materia. Así, se puede establecer, como en los metales, una jerarquía entre los seres de velocidad rápida y velocidad lenta. Sin embargo, todos los seres vivos son en realidad seres de luz, vale decir seres con átomos que se mueven a la velocidad de la luz o mayor –eternos, inmortales, y solo parecen morir porque han debido rencarnarse en materias densas y perecibles. Con todo, para los humanos es posible alcanzar el estado natural y original de ser de luz. El ángel Emanuel le ha enseñado algunas de las técnicas necesarias: una forma especial de meditación que consiste en recluirse en un cuarto sin luz, oscuro, sin ruidos y sin estímulos externos por una semana, alimentación vegana, música y rogativas a los ángeles.
La música, dice Ananda, es una forma de energía y, por tanto, influye en otros cuerpos. Por medio de la música se puede modificar la combinación genética de cada uno. Lo mismo ocurre con el alimento: la carne es una materia densa y espesa que contribuye a mantenernos en un estado primitivo de sensaciones y emociones. A medida que variamos nuestra dieta hacia una alimentación basada en granos y algas, nuestro potencial de transformación aumentará enormemente.
Según van Tore debemos evitar el fluoruro -porque contiene una substancia que endurece el cerebro y nos transforma en esclavos sumisos-, no ver televisión –porque los extraterrestres usan mensajes subliminales-, ni leer los diarios y tratar de crear circuitos económicos y sociales alternativos. Dice que las cartas de crédito y los códigos bancarios internacionales tienen por objetivo acostumbrarnos a una sociedad donde todo es controlado, y que debiésemos formar pequeñas comunidades viviendo sobre la base del trueque, fuera de los circuitos comerciales y monetarios.
En caso de estar en peligro de ser secuestrado por seres alienígenas, dice van Toren. Lo mejor que se puede hacer es decir: “Aléjate de mí, en el nombre de Cristo”, e invocar la ayuda de Dios. Eso es porque el Dios cristiano es solamente uno de los seres extraterrestres al cual los oriónicos tienen terror. Según Ananda, basta con decir: “Mikail elifu”, que significa “árcangel Miguel” en la lengua de ellos –quiere decir que uno reconoce el poderío de los seres de las Pléyades, lo que aleja a los reptiles de Orión.

Viaje a las Estrellas
Llegamos al seminario de Lauri Fransen, la mujer que dice provenir de Sirio. En la buhardilla del edificio donde trabaja, un local de más o menos siete metros de ancho por quince de largo, ha sido transformado en el interior de una especie de plato volante de los años cincuenta y sesenta. El techo está lleno de lámparas blancas y redondas que forman hileras y todas las paredes son blancas y brillantes. Hay alrededor de treinta colchonetas en el suelo y debemos tendernos ahí. En el centro hay un pequeño altar o consola con esencias orientales, piedras, trozos de metal y velas. Sus ayudantes se han ubicado a los lados de los asistentes y cuando cerramos los ojos, al inicio de la sesión, pronuncian fórmulas en una lengua extraña y nos rocían con algunos aromas.
Lauri Fransen dice que ha tomado contacto con Michael, y espera. Un hombre de cerca de cincuenta años alza la mano y pregunta si es verdad que él proviene de Orión. Ha soñado muchas veces con eso. Lauri se hunde en un trance. Con la voz ligeramente cambiada, confirma su origen. Michael va a consultar en los archivos cósmicos –una biblioteca donde se encuentran datos sobre todos los seres que han vivido y vivirán en el universo- sobre el nombre verdadero, cósmico, del señor que pregunta. Más tarde, Nydia, la chica de Vega, nos guiará en un viaje al sol. Se escucha música new age y Nydia dice que acabamos de salir de la atmósfera terrestre.
magaña

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