[California, Estados Unidos] [Pero la pelea no ha terminado. Faltan otros estados].
[Piper Hoffman] Trabajadores pateando a pollitos y golpeando a sus madres. Pollos muertos, pudriéndose, dejados en apretadas jaulas junto a los corrales con los vivos. Todo ocurre en secreto y ningún psicópata asume responsabilidad.
Excepto cuando hay investigadores encubiertos haciendo el trabajo.
La actual tendencia entre los trabajadores de granjas de cría intensiva para tratar de ocultar de la vista del público sus despreciables prácticas es fomentar las leyes contra las denuncias [ag-gag bills] -llamadas generalmente leyes mordaza. Los proyectos varían de estado en estado, pero por lo general criminalizan la fotografía o la grabación de lo que pasa en las granjas de cría intensiva, o incluso solicitar un empleo si lo que en realidad quieres es hacer una investigación encubierta.
La Asociación de Ganaderos de California (California Cattlemen’s Association) presentó un proyecto mordaza a la Legislatura del estado que habría exigido que los investigadores entregaran a las autoridades todas las pruebas de delitos cometidos en recintos agrícolas dentro de 48 horas. También habría criminalizado fotografiar y grabar en vídeo de manera encubierta en granjas y mataderos y exentado a las granjas de entregar metraje de crueldad animal filmados con cámaras de vigilancia.
La ASPCS informó que el legislador patrocinador tuvo que retirar el proyecto de ley frente a la abrumadora oposición.
Las investigaciones encubiertas en operaciones agrícolas son clave para exponer la crueldad y las prácticas reñidas con la seguridad. Por ejemplo, las leyes mordaza podrían haber prevenido o criminalizado investigaciones de la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (HSUS) que rindieron evidencias de violaciones al bienestar animal y seguridad alimentaria en el matadero Hallmark/Westland. Green is the New Red informó que gracias a las evidencias de la HSUS, Hallmark/Westland tuvo que realizar la retirada de carne más grande en la historia de Estados Unidos. En Wyoming, un vídeo encubierto mostraba a trabajadores pateando a cerditos y golpeando a sus madres, lo que provocó cargos penales contra los maltratadores.
Sin esas investigaciones encubiertas el maltrato animal (es decir, más allá de la tortura que es la práctica normal de la industria) y las violaciones a la seguridad alimentaria continuarían sin castigo.
Incluso investigaciones que no archivan los delitos pueden ser útiles. La tortura que es la práctica industria normal –como la castración sin anestesia, las jaulas de pila, estabulaciones de ternera, etc. –pueden no ser criminales según las leyes de la mayoría de los estados, pero mostrando estas cosas a la opinión pública afecta sus opiniones sobre la cría intensiva. El New York Times (que ha arremetido contra las leyes mordaza) informa que la American Farm Bureau Federation, “que trabaja en nombre de las industrias agrícola y cárnica… advierte que algunos métodos [vistos en los vídeos] representan las mejores prácticas respaldadas por expertos en cuidado animal”. Tienen que decirlo porque de otro modo sería imposible decir que no todo es crueldad animal ilegal.
La pelea no ha terminado. Solo este año, once estados presentaron de momento leyes mordaza: Arkansas, California, Indiana, Nebraska, Nueva Hampshire (este proyecto abortó), Nuevo México (lo mismo: muerto), Carolina del Norte, Pensilvania, Tennessee, Vermont y Wyoming. Otros estados –Missouri, Iowa y Utah – ya implementaron este tipo de legislación contra los denunciantes. Puede identificar esa ley en su estado y verificar cuando se aprobó (hubo una avalancha de proyectos de este tipo en 1911), en Grist.
Algunos proyectos mordaza son particularmente atroces. El proyecto de Tennessee dará a la gente solo veinticuatro horas para informar sobre cualquier evidencia que encuentren de mala conducta. Indiana exigiría el consentimiento escrito del dueño de una granja intensiva para filmar un vídeo allá. Obviamente, estas disposiciones no tienen otro propósito que dejar que los trabajadores de estas granjas intensivas continúen con sus horribles métodos en completa privacidad.
No podría dejar de hablar de este tema sin quitarme el sombrero ante la Primera Enmienda. Ken Paulson, presidente y director ejecutivo del Centro Primera Enmienda en Nashville, arremete contra los proyectos mordaza por sus restricciones al derecho a reunir y compartir información y denunciar conductas impropias. Estadounidenses de todas las orientaciones políticas deberían oponerse por esa sola razón a esas leyes.
¡Ah! ¡Estaba bromeando! Los estadounidenses de todas las inclinaciones políticas no pueden hacer nada juntos. Digamos que los estadounidenses con compasión, integridad, inteligencia, un respetable conocimiento de la Constitución o cualquier medida de justicia deberían oponerse a estas leyes. ¿Se encuentra en algunos criterios? Aquí está la petición. Fírmela.
Actualización (27 de abril de 2013): El proyecto ag-gag de Indiana ha sido definitivamente derrotado. De acuerdo a la HSUS:
Aplaudimos a la legislatura de Indiana por reconocer la insensatez de este peligroso proyecto e insta a los legisladores en estados con proyectos pendientes similares a que sigan a Indiana en su rechazo.
23 de mayo de 2013
25 de abril de 2013
©care2
cc traducción c. lísperguer