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[Los Angeles, Estados Unidos] [Feld Entertainment Inc. pagará 270 mil dólares para resolver reclamos por su tratamiento de los animales de circo. Pero la verdadera solución sería dejar de usar elefantes en el espectáculo. Editorial LAT.]

La compañía detrás de Ringling Bros. y el circo Barnum & Bailey ha aceptado pagar una multa de 270 mil dólares como parte de un acuerdo con el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, que supervisa la implementación de la Ley de Bienestar Animal. El acuerdo observa que más de una docena de inspecciones resultaron en informes sobre el incumplimiento de las normas, desde vallados inadecuados hasta perder temporalmente el control sobre un animal y permitir la fuga de una cebra. El Ministerio de Agricultura también inició cuatro investigaciones sobre el circo en los últimos dos años, de acuerdo a un portavoz, lo que habría permitido descubrir violaciones más graves antes de que el acuerdo pusiera fin a las pesquisas.
Aunque la multa es la más alta impuesta al propietario de un animal bajo la ley de protección, para el circo no significa nada. Y Feld Entertainment Inc. no admitió haber actuado mal, aunque se comprometió a dar a sus empleados un curso de bienestar animal y a nombrar un funcionario encargado de su cumplimiento.
Esas son decisiones concienzudas, pero Feld debería hacer más. Durante una década organizaciones de bienestar animal han presentado demandas y reclamos a nivel federal contra el circo por el tratamiento que otorga a animales exóticos, especialmente a los elefantes, afirmando que son encadenados durante horas, sometidos a arduos viajes por carretera y obligados a obedecer mediante el uso de la picana. La época en que se toleraba a elefantes en el circo terminó hace mucho tiempo. Por su parte, funcionarios de Feld han defendido enérgicamente la preocupación de su empresa por el bienestar animal. La página web de la compañía dice que los elefantes cuentan con alojamiento adecuado, son transportados y cuidados y realizan apenas una o dos horas de actuación en los días de espectáculo. Además, Feld dice que se enorgullece de estar criando elefantes asiáticos en peligro de extinción en su centro de conservación en Florida.
Si los funcionarios de Feld se preocuparan tanto de los animales como dicen –especialmente en los mamíferos terrestres más grandes del planeta-, deberían retirarlos del espectáculo. Además, deberían sacar de las giras a los elefantes que sufren de artritis –una enfermedad que afecta a los elefantes cautivos más viejos.
En momentos en que los zoológicos están gastando millones de dólares para encontrar mejores modos de cuidar a los elefantes –construyéndoles extensos hábitats y minimizando e incluso prohibiendo el contacto irrestricto con sus cuidadores, eliminando así la necesidad de usar la picana para protegerse-, esta debería ser una buena ocasión para que Feld deje de ofrecer espectáulos con animales de circo a la antigua usanza. Hasta entonces, los espectadores de circo que encuentran perturbadores los actos con animales pueden mostrar su descontento no asistiendo. Si quieren ver a algún paquidermo, Tina, Jewel y Billy pueden ser visitados todos los días en el Zoológico de Los Angeles.
21 de diciembre de 2011
2 de diciembre de 2011
©los angeles times

4 pensamientos en “son elefantes, no payasos

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