[Libia] [Gobierno emite orden para desmantelar a milicias paramilitares.]
[David D. Kirkpatrick] El gobierno interino libio ordenó el domingo el desmantelamiento de todas las milicias que no caen bajo su autoridad, y exigió que esas milicias se retiren de todos los recintos militares y públicos dentro de 48 horas.
La orden es una respuesta a la creciente indignación pública contra los paramilitares después de que un grupo armado asaltara la misión diplomática de Estados Unidos en Bengasi a principios de mes, matando al embajador estadounidense J. Christopher Stevens. Exasperados por la incapacidad del gobierno interino para controlar a las milicias, miles de civiles irrumpieron el viernes en los cuarteles de varias de ellas en Bengasi y obligaron a dispersarse a sus paramilitares –en realidad, una enfurecida turba exigiendo ley y orden.
Mohamed al-Magarief, presidente del Congreso nacional de Libia y jefe de estado interino, trató aparentemente de apaciguar la indignación pública y capitalizarla con una orden de retiro y desmantelamiento de las milicias. Presidentes interinos anteriores han emitido llamados similares antes, pero sin éxito, en parte debido a que el gobierno libio todavía depende de muchas de las milicias autónomas que actúan como sus fuerzas armadas, policía y guardia nacional.
Cientos de esos grupos armados se formaron durante y después de la revuelta contra el gobierno del coronel Moamar al-Gadafi. Armados normalmente con rifles Kalashnikov, lanzagranadas y camionetas con artilleros, se apoderaron o saquearon las armerías del gobierno. Desde su derrocamiento, los grupos han sido al mismo tiempo los principales guardianes del orden social en Libia y su principal amenaza.
Tan recientemente como el viernes pasado, el jefe del estado mayor del ejército libio, Yousef al-Mangoush, instó a los manifestantes a no importunar a las numerosas milicias que estaban ahora autorizadas para actuar ostensiblemente bajo la dirección del ejército, debido a que el gobierno todavía las necesita para controlar el país.
Pero puede ser difícil determinar cuáles paramilitares son los autorizados y cuáles no. Las milicias autorizadas normalmente obedecen a sus comandantes originales y estos comandantes pueden o no obedecer órdenes del Ministerio de Defensa o actuar por cuenta propia. Los combatientes y sus comandantes dicen a veces que forman parte del gobierno libio, y otras veces que no pertenecen a este.
El viernes, la turba en Bengasi marchó primero contra la milicia islámica de la que se cree que dirigió el ataque contra la delegación estadounidense, pero esa milicia, conocida como Ansar al-Sharia y que se opone a la democracia, también juega orgullosamente un papel en la vida cívica local custodiando el principal hospital de la ciudad.
El siguiente objetivo de la turba fue la Brigada Rafallah al-Sehati, que tiene vínculos con los islámicos, pero es más moderada y de carácter democrático. Esa brigada está autorizada, es un pilar de la seguridad en la zona y aliada de la milicia que defendió a la delegación estadounidense. Miembros del grupo Rafallah al-Sehati apoyaron al jefe del estado mayor del ejército en Bengasi cuando habló defendiendo a la milicia autorizada. Pero los manifestantes atacaron de todos modos a la brigada, y al menos cuatro personas fueron abatidas por los paramilitares antes de huir.
Sólo algunas milicias desacatan abiertamente la autoridad del gobierno como lo hace el grupo Ansar al-Sharia, y la orden del gobierno, el domingo, se aplica solamente a las organizaciones no autorizadas. La agencia de prensa del estado libio dijo que el ejército “empleará la fuerza para ejecutar las órdenes”. Pero no quedó claro si se refería al despliegue de una milicia que está nominalmente bajo el control del Ministerio de Defensa o a alguna fuerza nueva y más profesional.
[Suliman Ali Zway contribuyó al reportaje desde el Cairo.]
15 de octubre de 2012
24 de septiembre de 2012
©new york times
cc traducción @lísperguer