[Algunos preparadores están dando a sus caballos substancias extraídas de animales como ranas y serpientes, que aumentan el rendimiento en las carreras y permite que caballos lesionados corran sin problemas, porque las substancias bloquean el dolor].
Los reguladores hípicos siguen recibiendo informes de que los preparadores están dando a sus caballos una poderosa poción que mejora su rendimiento y es extraída del lomo de un tipo de rana sudamericana. Pero las muestras tomadas durante meses después de las carreras no lograron encontrar la substancia, un analgésico más poderoso que la morfina. Entonces un laboratorio del área de Denver retocó su procedimiento de control y en las últimas semanas más de treinta caballos de cuatro estados dieron positivo para la substancia –dermorfina-, de la que se sospecha que ayuda a los caballos a correr más rápido.
Ningún preparador ha sido imputado formalmente, aunque los reguladores hípicos esperan que eso ocurra pronto. Debido a su potencia y capacidad para influir en el resultado de una carrera, el uso de dermorfina es considerado como una de las violaciones más graves del sector en materia de medicamentos.
“Recibimos informes sobre substancias bastante exóticas”, dijo el doctor Steven Barker, que dirige el laboratorio de experimentación de la Universidad de Luisiana. “Jugo de rana –eso es exótico”.
El descubrimiento se produce en momentos en que el sector hípico hace esfuerzos para contrarrestar las opiniones que lo describen como una generalizada cultura de los medicamentos. En realidad, la dermorfina es el último de una larga lista de medicamentos ilegales que aumentan el rendimiento y que han logrado introducirse en las pistas de carrera. El veneno de la cobra también ha sido usado por preparadores para embotar el dolor de modo que los caballos lesionados puedan correr. A diferencia de la dermofina, este veneno funciona como un bloqueador nervioso local, un supresor de dolor más amplio que es cuarenta veces más potente que la morfina, dijo Barker.
Si los caballos no pueden sentir sus lesiones, dicen los veterinarios, es más probable que corran más rápido de lo que lo harían de otro modo.
Craig W. Stevens, profesor de farmacología en la Universidad de Oklahoma que ha estudiado la dermorfina, dijo que la substancia provoca que los animales se vuelvan hiperactivos.
“Es bueno para una carrera de caballos”, dijo. “El animal no siente dolor, y sentirá excitación y euforia”.
Stevens dijo que la dermorfina se encuentra en la piel de una rana llamada Phyllomedusa sauvagei, conocida comúnmente como rana mono encerada, que es nativa de América del Sur.
Barker dijo que sospechaba que la mayoría de la dermorfina había sido sintetizada artificialmente. “Hay un montón de ranas, pero se necesitan muchas”, dijo, agregando: “Hay un montón de químicos en el paro”.
Otros medicamentos que mejoran el rendimiento que han sido detectadas en las carreras de caballos incluyen las usadas para aumentar artificialmente la masa de vacunos y puercos antes del sacrificio.
“Este es un problema difícil”, dijo Edward J. Martin, presidente de la Asociación Internacional de Comisarios de Carrera [Racing Commissioners International], una organización gremial de inspectores de carreras. “Es como jugar al gato y al ratón. Tan pronto como retiras la dermorfina, empiezan a buscar otra cosa. Esa es la guerra que se libra todos los días”.
No se sabe lo frecuente que es el uso de la dermorfina en las carreras –muchos estados no tienen la capacidad de detectarla- pero de momento los laboratorios la han encontrado en Luisiana, Oklahoma y Nuevo México. También se sospecha de su uso en Texas. Algunos de los resultados fueron dados a conocer primero en onnola.com, la página web del diario The Times-Picayune de Nueva Orleans.
“Todo esto nos ha tomado por sorpresa”, dijo Charles A. Gardiner III, director ejecutivo de la Comisión Hípica de Luisiana. “No podía ocurrir en un peor momento. Estamos resistiendo la intervención federal. Nos están atacando y estamos perdiendo nuestra base de espectadores. El público cree que el deporte es sucio, que hay trampa. Y este es un obvio intento de engañar”.
En Luisiana, dijo Gardiner, once caballos, tanto cuartos de milla como purasangres, dieron positivo para dermorfina, aunque ninguno de ellos colapsó. Dijo que dos cuartos de milla habían ganado importantes premios. “Hay un montón de dinero que tiene que ser devuelto”, dijo.
Cuatro purasangres dieron positivo: tres ganaron sus carreras y el cuarto llegó segundo, todo en carreras en mayo. “Estoy seguro de que hay más positivos en el país”, dijo Gardiner. “No es inusual que algunas cosas no se detecten”.
Barker, del laboratorio de la Universidad de Luisiana, dijo que en Oklahoma quince caballos habían dado positivo para dermorfina. Funcionarios de Oklahoma se negaron a hacer comentarios; tampoco lo hicieron los inspectores hípicos de Texas.
Vince Mares, director ejecutivo de la Comisión Hípica de Nuevo México, dijo el martes que un laboratorio de California había hallado dermorfina en seis muestras después de las carreras en Nuevo México.
Industrial Laboratories, en los suburbios de Denver, fue el primer laboratorio en identificar la dermorfina en muestras tomadas después de las carreras. No fue fácil.
Petra Hartmann, directora de servicios de controles directos de la empresa, dijo que los clientes transmitieron denuncias de los trabajadores de que en los hipódromos estaban usando secreciones de rana, y más tarde requisaron algunas substancias que resultaron ser dermorfina.
“Identificamos la dermorfina”, dijo Hartmann. “Sabíamos que estaba en circulación”. Pero, dijo, la prueba del laboratorio no pudo identificar el medicamento en los caballos después de las carreras.
Después de que los inspectores hípicos insistieran en que la substancia se estaba usando en las carreras, “volvimos a la mesa de dibujo”, dijo Hartmann. El científico industrial elaboró seguidamente un test más sensible, desarrollado específicamente para este compuesto, dijo.
“En este negocio no hay descanso”, dijo. “Estás siempre a la caza de algo, tratando de determinar qué es rumor y qué realidad”.
Hartmann dijo que ella no creía que el uso de la dermorfina estuviera muy extendido. “La inmensa mayoría de los jinetes no someterían nunca a sus caballos a este tipo de experimentación química”, dijo.
[Joe Drape contribuyó al reportaje].
23 de junio de 2012
20 de junio de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer