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[Promovido como una práctica gastronómica campesina tradicional, el ñochi (sangre cruda de un animal recién degollado) implica un espantoso sacrificio. No es la única muestra de la esencial crueldad de las culturas campesinas, basadas muchas veces en la explotación animal.]

[Claudio Lísperguer] En Chiloé, extremo sur de Chile, se sigue practicando la bárbara costumbre del ñochi: tras abalanzarse sobre el animal (usualmente un cordero), los nativos lo degüellan sobre una fuente en la que dejan caer su sangre para comerla aderezada con hierbas y verduras como cilantro, cebolla, ajo y ají. Algunos la beben así directamente. Otros esperan que la sangre cuaje (cuando adquiere la consistencia de gelatina) antes de consumirla. En otra variante, se le introducen al animal los aliños a través de la tráquea. Aparentemente el punto de esta receta era consumir la sangre pura y líquida y a temperatura del animal. En el artículo que estoy leyendo, se mencionan prácticas similares en Alemania, España, Italia y Yugoslavia. En lo esencial, la prieta o morcilla se hace del mismo modo, pero con la sangre cocida.
Según el antropólogo Fernando Maureira, el ñochi se reservaba a los niños (probablemente para convertirlos en hombres) y a los hombres adultos, y se desaconsejaba su consumo por mujeres. El veterinario Miguel Salgado señala que las enfermedades que se pueden adquirir, entre otras, por el consumo de sangre cruda incluyen la tuberculosis, la brucelosis, la leucosis y la salmonella. Según el jefe de la autoridad sanitaria de Osorno, Nicolás Daroch, el consumo de sangre cruda puede provocar incluso la muerte. El médico Felipe Ríos agrega que este consumo puede provocar leptospirosis (causada por una bacteria presente en la sangre de bovinos, porcinos, ovinos y equinos) y carbunclo. En el artículo se lee que el siete por ciento de las muertes por carbunclo se deben al consumo de sangre cruda.
Yo mismo, y otros amigos con los que he hablado sobre el tema, debimos consumir de niños esta infame preparación después de presenciar el brutal degollamiento de un cerdo, brutalidad que los campesinos celebran y consideran ocasión para celebrar fiestas con sus mujeres. El ñochi es solo una de otras prácticas igualmente abrrantes, entre las que cuento el charqui (carne seca, siendo especialmente repugnante la de animales de compañía, como el charqui de perro), el consumo de gatos (plato que los campesinos indígenas del norte de Chile ofrecen como picante de conejo) y el rodeo (la tortura reglamentada de animales de granja).
lísperguer

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